El aborto legal cumple 90 años. El 28 de enero de 1935, en Islandia, se legalizó, por primera vez, la Ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo (IVE). En ese momento consideraron que un “grave peligro”, “dificultades domésticas”, “mala salud” o una “situación económica difícil” justificaban el nuevo derecho. Esa norma fue un parteaguas en una lucha que hoy lleva a que la mitad de los países del mundo cuenten con legislación que garantiza los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres y las personas gestantes. El país que siguió fue Suecia que, en 1946, aprobó una ley que consideró que si las condiciones de vida de las mujeres y la fuerza física o mental afectaban el nacimiento y el cuidado de los hijos se permitía la intervención. Islandia es hoy el país con mayor igualdad de género en el mundo.
En Argentina, el aborto legal se aprobó el 30 de diciembre del 2020. Sin embargo, antes que en Islandia, en 1921 el Código Penal aceptó los casos de abortos no punibles “cuando se practica con el fin de evitar un peligro para la vida o la salud de la mujer, cuando se interrumpe un embarazo fruto de una violación o de un atentado contra el pudor cometido sobre una mujer idiota o demente”, en palabras de la época, una letra chica que habilitó los abortos legales por causales y que fue refrendada por la Corte Suprema de Justicia de la Nación con el fallo F.A.L, en 2012.
En la actualidad el aborto no solo es legal sino, con una jerarquía inamovible, con status constitucional en Francia. Además en España, Alemania, Italia, Finlandia, Noruega e Irlanda, entre otros países, es legal. En América Latina en Cuba, Puerto Rico y Uruguay ya no es clandestina y también en Colombia y México por sentencias de los tribunales constitucionales. En mayo del 2019 la mítica cantante islandesa Björk posó con un pañuelo verde de la Campaña por el Aborto Legal, Seguro y Gratuito, de Argentina y lo exhibió en su cuenta de Instagram. El enlace lo hizo la directora de cine Lucrecia Martel que defendió públicamente la Interrupción Voluntaria del Embarazo.
En Estados Unidos, el 23 de enero, el Presidente Donald Trump firmó el indulto para 23 activistas antiderechos que habían sido condenadas por bloquear el acceso a clínicas. El 24 de enero se realizó un marcha con la presencia del vicepresidente JD Vance. El aborto era legal en Estados Unidos, desde 1973 hasta el 2023, con el fallo Roe vs. Wade, cuando la Corte Suprema de Justicia de la Nación, dio marcha atrás al derecho en todo el país. Trump no era presidente, pero en el tribunal había tres jueces conservadores que habían sido designados por él. Trump eliminó la financiación a organizaciones de la sociedad civil que ayuden a las mujeres en el derecho a decidir. El presidente reinstauró la llamada “Política de Ciudad de México de 1984″, que es conocida como la “norma mordaza global” y prohíbe a las organizaciones no gubernamentales utilizar fondos para apoyar los servicios de Interrupción Voluntaria del Embarazo o la defensa del derecho al aborto legal, seguro y gratuito.
Trump no asistió a la denominada “marcha por la vida”, pero envío un vídeo en el que declaró: “Protegeremos los avances históricos que hemos alcanzado y detendremos el impulso demócrata radical por un derecho federal al aborto ilimitado a pedido, hasta el momento del nacimiento e incluso después”. En la manifestación participaron el vicepresidente J.D. Vance y Mike Johnson, presidente republicano de la Cámara de Representantes. En el acto también estuvo el grupo supremacista blanco, racista y neonazi “Patriot Front”.
El avance sobre el aborto no es un derecho reducido a una sola circunstancia, sino un motor para pedir más derechos y un emblema de naciones donde las mujeres toman la vanguardia política y social. En Islandia, el 24 de octubre de 1975, se realizó una histórica huelga feminista con la participación de 25.000 mujeres que paralizaron Reikiavik con la convocatoria de un “día libre de la mujer”. No realizaron trabajos fuera del hogar ni en el ámbito doméstico. Otro hito feminista islandés es que Vigdís Finnbogadóttir fue elegida Presidenta, en 1980, en la primera elección democrática que llevo al poder a una mujer.
La huelga de 1975 inspiró a las mujeres polacas a realizar un acto igual, en 2016, en contra de las restricciones al aborto. Ese mismo año en Argentina se replicó una huelga feminista y, en 2017, se convocó a una manifestación que impactó en el mundo y que, en 2018, se realizó, con mucha repercusión, en España. En Islandia, el país cero en el derecho al aborto, en 1985 se convocó una manifestación con el lema “las mujeres se mantienen unidas”. En 2018 salieron a la calle con la pancarta: “No cambiemos las mujeres, cambiemos la sociedad”.
El 24 de octubre del 2023 se repitió la hazaña. Incluso la entonces primera ministra Katrín Jakobsdóttir (ocupó el cargo desde 2017 hasta 2024) se negó a trabajar. “Queremos llamar la atención sobre el hecho de que nos llaman un paraíso de la igualdad, pero todavía hay disparidades de género y una necesidad urgente de actuar”, expresó Freyja Steingrimsdottir, una de las organizadoras de la huelga. En momentos en que la historia parece retroceder tener memoria de las pioneras no es volver para atrás, sino saber que el camino es largo -y tiene muchos giros- pero nunca se detiene.