“Me cambió la vida en segundos”, aseguró esta mañana Diego García, esposo y padre de las dos víctimas fatales del accidente en la Costanera Central de Rosario. Es la primera vez que se expresa públicamente, a tres días de la tragedia.
El siniestro tuvo lugar este martes, cuando Agustín Gagliasso (20) atropelló y mató a Tania Daniel Gandolfi (41) y a su hija mayor, Agustina Magalí García (16). La segunda hija, de seis años, también fue herida, pero evoluciona de manera favorable. García resultó ileso.
De acuerdo con la acusación, Gagliasso -a bordo de un Peugeot 206- perdió el control del vehículo por perseguir a un motociclista con el que habría tenido un altercado. Hoy fue imputado por las fiscales Mariana Prunotto y Valeria Piazza Iglesias,y la magistrada Paola Aguirre determinó que quede bajo prisión preventiva.
Consultado por los periodistas de Arriba Córdoba respecto al detenido, García contestó: “La máxima pena que se le pueda dar es poco, porque causó mucho más que ir a la cárcel y pasar unos años ahí. No hay valor para todo esto. Él no tiene idea del daño que causó”.
El hombre, quien en la audiencia relató que había llegado con su familia desde Córdoba para pasear, aseguró que las penas por accidentes de tránsito son leves en comparación al daño causado: “De ahora en más, mi nuevo objetivo es tratar de que, lo que pasó, no se repita. Y si se repite, que sepan que van a tener consecuencias muy altas y que piensen dos veces antes de hacer las cosas. Eso es lo que me queda en la vida”.
Además, advirtió que su hija de seis años -“Vicky”- se encuentra evolucionando “muy bien” y expresó: “Mi prioridad es ella”. Desde el medio local adelantaron que la menor ya se encuentra en el Hospital de Niños de Córdoba.
Si bien no quiso dar más detalles sobre el accidente, aseguró que fueron “milésimas de segundo” y que no tuvo tiempo de reaccionar: “Es un milagro lo que pasó con nosotros, que estemos vivos”.
“Me cambió la vida. Yo no puedo decir qué va a pasar, qué voy a hacer. No sé qué voy a hacer”, concluyó.
Cómo sigue la causa
Ante la jueza penal de primera instancia, Paola Aguirre, las fiscales imputaron a López Gagliasso por homicidio simple con dolo eventual, agravado por la pluralidad de víctimas y una velocidad de ruta en eje urbano: iba a 120 kilómetros por hora. Si bien en un principio se creía que había corrido una picada con una moto, Giovanna R. (20), la acompañante de Gagliasso en el accidente, indicó que el joven se “cegó” en medio de una discusión de tránsito.
Según la acusación realizada por el Ministerio Público de la Acusación, el conductor del 206, para seguir al motociclista, comenzó a sobrepasar a alta velocidad a distintos autos –e incluso una ambulancia–, hasta que perdió el control del volante y chocó a la familia.
Para las fiscales no hay dudas de que López actuó con dolo eventual al desplazarse a esa velocidad por una arteria muy transitada, que linda con un pulmón verde en el que mucha gente, a esa hora, realizada actividades recreativas o deporte.
En la audiencia de hoy viernes, Prunotto y Piazza Iglesias repasaron algunos testimonios recolectados en los inicios de la causa. Giovana R., la joven que iba como acompañante en el auto, relató que no es la novia de López y que después de haber estado juntos con amigos en la isla, el chico la estaba llevando hasta su casa.
Giovanna R. indicó que, en el túnel Illia, una moto pasó al 206 y López Gagliasso comenzó a insultar al motociclista. Luego, lo empezó a seguir y realizó zigzagueos. “Estaba cegado. Yo tenía miedo, pensé que me moría. Me agarré fuerte. No sentí el impacto. Salí sola del auto, me vi llena de sangre. Me dolía todo, al principio no podía caminar, tenía vidrios pegados en la cara. Pedí ayuda. Agustín siempre estuvo enfocado en seguir a la moto, estaba en la suya, no le importó nada, ni si yo me moría o si chocaba con otros autos. Un inconsciente”, señaló.