
Desde la muñeca, el pulso se convierte en un mensaje y la tecnología en centinela: los relojes inteligentes emergen como ojos electrónicos capaces de escuchar el lenguaje silencioso del corazón. El uso de smartwatches para detectar fibrilación auricular ha demostrado una precisión diagnóstica muy alta, según una revisión sistemática y metaanálisis publicados en JACC: Advances por el equipo de Nelson Barrera y colaboradores de la City University of New York School of Medicine, la University of Florida Health y el Dante Pazzanese Institute of Cardiology.
El estudio, que analizó datos de 17.349 pacientes en 26 investigaciones de distintos países, concluye que estos dispositivos pueden identificar esta arritmia cardíaca con una sensibilidad del 95% y una especificidad del 97%.
Estos resultados sugieren que los relojes inteligentes podrían convertirse en una herramienta accesible y eficaz para la detección temprana de una de las principales causas de accidente cerebrovascular y enfermedad cardíaca.

La fibrilación auricular es una arritmia que se manifiesta por una actividad eléctrica caótica en las aurículas y genera un ritmo cardíaco irregular. Esta condición incrementa la probabilidad de formación de coágulos, accidentes cerebrovasculares y falla cardíaca. La Asociación Estadounidense del Corazón (AHA, por sus siglas en inglés) calcula que para 2030 más de 12 millones de personas tendrán esta afección.
“El primer algoritmo de inteligencia artificial de aprendizaje profundo para la salud del consumidor, aprobado por la FDA en 2018, se diseñó para el diagnóstico de fibrilación auricular mediante relojes inteligentes. Observen la asombrosa precisión que ha demostrado, identificando a miles de personas con alto riesgo de accidente cerebrovascular para que tomaran anticoagulantes”, ecribió en su cuenta de X, Eric Topol, pretigioso cardiólogo y genetista estadounidense, quien lleva décadas investigando los secretos de la longevidad.

La fibrilación auricular afecta a más de 52 millones de personas en el mundo y su prevalencia ha crecido un 137% desde 1990. Detectarla a tiempo es clave para prevenir complicaciones graves, como el ictus. Tradicionalmente, el diagnóstico se realiza mediante un electrocardiograma en entornos clínicos, pero la llegada de los smartwatches con sensores avanzados y algoritmos de inteligencia artificial ha abierto la posibilidad de monitorizar el ritmo cardíaco de forma continua y no invasiva fuera del hospital.
El análisis incluyó estudios realizados en países como Japón, Estados Unidos, Suiza, Alemania, Noruega, Francia, China, Turquía, Países Bajos, Bélgica y Taiwán, con una edad media de los participantes de 66,5 años.
Los dispositivos evaluados abarcaron marcas como Apple Watch, Samsung, Withings, Fitbit, Amazfit, Garmin y Seiko Epson. El Apple Watch fue el más estudiado, con una sensibilidad del 94% y una especificidad del 97%. Los relojes de Samsung alcanzaron una sensibilidad del 97% y una especificidad del 96%, mientras que el Withings Scan Watch mostró una sensibilidad del 89% y una especificidad del 95%. Otros modelos, como Amazfit y Garmin, también superaron el 95% en ambos parámetros.

El estudio comparó dos tecnologías principales de detección: la fotopletismografía (PPG), que mide los cambios de volumen sanguíneo en la muñeca, y el electrocardiograma (ECG) de una sola derivación. Ambos métodos ofrecieron resultados similares en cuanto a precisión diagnóstica. Según los autores, “los smartwatches poseen una excelente precisión diagnóstica para la detección de fibrilación auricular y pueden representar una opción adecuada para los pacientes”.
El valor predictivo negativo, que indica la probabilidad de que una persona con resultado negativo realmente no tenga la arritmia, fue del 98%. El valor predictivo positivo, que mide la probabilidad de que un resultado positivo sea correcto, alcanzó el 93%. Estos datos refuerzan la utilidad de los relojes inteligentes como herramienta de cribado, especialmente en personas con factores de riesgo.
No obstante, el estudio advierte sobre algunas limitaciones. La mayoría de los trabajos incluidos se realizaron en poblaciones con una prevalencia de fibrilación auricular superior a la de la población general, lo que podría sobreestimar la eficacia de los dispositivos en contextos cotidianos.

Además, la calidad de las grabaciones puede verse afectada por el movimiento o el mal uso del reloj, y algunos estudios excluyeron registros de baja calidad. Los autores también detectaron una alta heterogeneidad entre los estudios, atribuida principalmente al tamaño de las muestras y a las diferencias entre generaciones de dispositivos.
El análisis identificó que el tamaño de la muestra influye en la precisión reportada: los estudios más grandes tienden a mostrar mejores resultados, probablemente por una mayor robustez metodológica. Por otro lado, la marca o la tecnología base del reloj no generaron diferencias estadísticamente significativas en la precisión diagnóstica cuando se ajustó por tamaño de muestra.
El uso masivo de smartwatches plantea nuevos retos. Aunque la mayoría de los usuarios se siente cómoda con la tecnología, las personas mayores o con baja alfabetización digital pueden tener dificultades para interpretar las notificaciones, lo que podría generar ansiedad o consultas médicas innecesarias, según los expertos.
Además, la gran cantidad de datos generados puede aumentar la carga de trabajo de los profesionales sanitarios y derivar en tratamientos innecesarios, como la anticoagulación precoz en casos de falsos positivos.

El debate sobre la rentabilidad y la conveniencia de utilizar smartwatches para el cribado poblacional sigue abierto. La U.S. Preventive Services Task Force no recomienda el cribado sistemático de fibrilación auricular en la población general, aunque modelos recientes sugieren que el uso de dispositivos portátiles podría ser más rentable que no realizar cribado o emplear métodos tradicionales.
Entre las limitaciones del metaanálisis, los autores señalan la alta heterogeneidad entre estudios, la variabilidad en la prevalencia de la arritmia y la escasez de investigaciones sobre algunos modelos de reloj. Solo un estudio evaluó la utilidad de los smartwatches en la prevención secundaria tras un ictus, lo que impide extraer conclusiones sólidas en este contexto.
La evidencia actual respalda la alta precisión de los smartwatches para detectar fibrilación auricular, tanto con sensores ópticos como con electrocardiograma.

El reto, sugieren los expertos, es ahora validar su eficacia en poblaciones de bajo riesgo y en condiciones reales de uso, así como mejorar la tecnología para reducir los errores y facilitar la integración de estos dispositivos en la práctica clínica.
Como resume el equipo de Nelson Barrera, “estos resultados apoyan el uso de smartwatches en programas de cribado dirigidos, aunque su implementación generalizada requiere más datos sobre su impacto en la atención sanitaria, los resultados a largo plazo y el bienestar de los pacientes”.
Últimas Noticias
La NASA publicó nuevas imágenes del cometa interestelar 3I/ATLAS
La Agencia Espacial de EEUU mostró fotografías del extraño visitante desde 15 diferentes telescopios y naves espaciales
Descubren el secreto genético detrás de la calidad del té
Un hallazgo científico en China revela cómo la manipulación de un gen específico puede transformar la cosecha y el sabor de una de las infusiones más consumidas a nivel global

El protector solar solo no alcanza: qué otras medidas recomiendan los especialistas para prevenir el cáncer de piel
El daño solar es acumulativo y puede manifestarse décadas después. La 32° Campaña Nacional de Prevención de la Sociedad Argentina de Dermatología, advierte el rol fundamental de hábitos como usar sombrero y ropa adecuada

Una nueva técnica de edición genética reescribe el ADN y podría controlar varias enfermedades raras a la vez
Científicos del MIT, la Universidad de Harvard y otras instituciones de los Estados Unidos desarrollaron una solución de edición genética basada en ARN. Cómo es el avance y cuáles son los desafíos para probar su eficacia y su seguridad

La actividad física, incluso en adultos mayores, puede reducir casi a la mitad el riesgo de demencia
Una investigación de la Universidad de Boston encontró que realizar ejercicio desde la mediana edad y aun en edades avanzadas produce una significativa baja de las probabilidades de desarrollar Alzheimer



