Se aprobó en Argentina el primer fármaco biosimilar de la región para la enfermedad de Fabry

Resultados de ensayos preclínicos y clínicos realizados en el país mostraron que cumple con los estándares internacionales. Expertos dijeron que facilita una mayor cobertura para los pacientes con este mal genético

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La aprobación de un biosimilar
La aprobación de un biosimilar argentino mejora el acceso a terapias innovadoras para la enfermedad de Fabry (Imagen ilustrativa Infobae)

La enfermedad de Fabry es una patología genética causada por la deficiencia total o parcial de la enzima alfa-galactosidasa A, responsable de degradar ciertos lípidos en el organismo. La acumulación de estas sustancias en los lisosomas de las células genera daño progresivo en órganos como el cerebro, el corazón y los riñones.

En Argentina, la prevalencia estimada de la enfermedad de Fabry oscila entre 1.200 y 1.500 personas, aunque solo cerca de 900 han recibido diagnóstico y aproximadamente 600 acceden a tratamiento, dijo Juan Manuel Politei (MN 102.741), médico neurólogo y miembro de la Fundación SPINE.

A nivel global, presenta una prevalencia promedio de 1 cada 15.000 personas al nacer, según la base de datos Orphanet, aunque se reconoce que la cifra real podría ser mayor debido al subdiagnóstico. Las estimaciones varían ampliamente: los registros clínicos tradicionales sitúan la prevalencia entre 1 en 40.000 y 1 en 170.000 individuos, mientras que los programas de cribado neonatal han detectado tasas mucho más altas, como 1 en 3.100 en Italia y hasta 1 en 1.250 en Taiwán. Un estudio del UK Biobank en el Reino Unido halló una prevalencia general de variantes causantes de la enfermedad de 1 en 5.573 personas.

El desarrollo y la aprobación reciente en Argentina del primer biosimilar regional de agalsidasa beta para la enfermedad de Fabry constituyen un avance para los pacientes con la enfermedad, ya que representa una oportunidad concreta para mejorar el acceso a tratamientos de alto costo destinados a enfermedades poco frecuentes, con nuevas perspectivas para pacientes y profesionales de la salud en la región.

El biosimilar de agalsidasa beta de Biosidus, una terapia de reemplazo enzimático, recibió autorización recientemente para su comercialización en Argentina. Se trata del tercer biosimilar de este tipo en el mundo y el primero desarrollado en América Latina.

La enfermedad de Fabry afecta
La enfermedad de Fabry afecta a múltiples órganos y su diagnóstico precoz es clave para mejorar la calidad de vida (Imagen Ilustrativa Infobae)

Según el doctor Juan Muraro (MP 2.046), médico cardiólogo de la provincia de La Rioja, “como su nombre lo indica, lo que recibe el paciente en el tratamiento es el reemplazo de la enzima faltante. Esto permite, dependiendo del momento del diagnóstico, detener o retrasar el avance de la enfermedad, evitar o prevenir el daño progresivo de los órganos, aliviar los síntomas y brindarle al paciente una mejor calidad de vida”.

Su validación se realizó mediante un programa de ensayos preclínicos y clínicos, incluyendo el estudio de Fase III SMILE, realizado íntegramente en el país con la participación de centros y especialistas de Buenos Aires, Córdoba y La Rioja. Los resultados confirmaron que el producto de Biosidus presenta un alto grado de similitud con el medicamento de referencia en propiedades fisicoquímicas, biológicas, eficacia y seguridad. “Este biosimilar cumple con todas las normativas y criterios regulatorios, fases clínicas y preclínicas, y ha demostrado seguridad y eficacia. Es un logro nacional muy importante”, enfatizó el doctor Politei.

Según el doctor Fernando Perretta, nefrólogo y director médico de NEFRA Medical Care Escobar, los pacientes con esta condición pueden enfrentar complicaciones graves como accidentes cerebrovasculares a edades tempranas, miocardiopatía hipertrófica e insuficiencia renal que puede requerir diálisis alrededor de los cuarenta años. Explicó también que el tratamiento es endovenoso cada dos semanas o terapia oral en días alternos “únicamente para determinados pacientes con funcionalidad deficiente de la enzima (menos del cuarenta por ciento de los diagnosticados)”, dijo.

La dificultad para identificar la enfermedad radica en la inespecificidad de sus síntomas y en la baja frecuencia con la que se presenta, lo que puede demorar el diagnóstico hasta dos décadas. Existen dos formas principales de la enfermedad: la clásica, que se manifiesta en la infancia, y la tardía, que aparece en la adultez. El doctor Norberto Guelbert, pediatra y jefe del servicio de enfermedades metabólicas de la Clínica Universitaria Reina Fabiola de Córdoba, subrayó la importancia de la detección temprana: “El dolor de las extremidades es un dolor que quema, muy intenso, y se produce por una alteración de los capilares sanguíneos que comprometen los nervios periféricos”. Otros signos de alerta en niños incluyen angioqueratomas en la zona periumbilical y genital —lesiones vasculares que se forman cuando los vasos sanguíneos en la dermis superficial se dilatan y se engrosan—, ausencia de sudoración incluso en calor intenso, y episodios recurrentes de gastroenteritis y diarrea.

Las manifestaciones clínicas de la
Las manifestaciones clínicas de la enfermedad de Fabry son diversas y afectan múltiples sistemas. En el ámbito neurológico, los pacientes pueden experimentar neuropatías dolorosas desde la infancia (Imagen Ilustrativa Infobae)

El doctor Muraro explicó: “En los hombres, al tener un solo cromosoma X, la sintomatología es más evidente, mientras que, en las mujeres, el doble cromosoma X permite que la manifestación pueda ser más leve”.

En la forma tardía, las manifestaciones suelen aparecer a partir de los 30 o 40 años, cuando el daño orgánico ya es considerable. El compromiso renal es una de las complicaciones más severas, pudiendo llevar a insuficiencia renal terminal. La doctora Erika Nieto, coordinadora de nefrología en el Ministerio de Salud de La Rioja, remarcó que la enfermedad es crónica, progresiva y multisistémica, y que la detección precoz es fundamental para preservar la calidad de vida. El doctor Norberto Antongiovanni (MN 91.600), especialista en Medicina Interna y Nefrología del Instituto de Nefrología de Clínica Pergamino, coincidió en que la expectativa de vida se reduce drásticamente si no se interviene con tratamientos específicos.

El diagnóstico de la enfermedad de Fabry puede requerir una pesquisa activa en ciertos grupos de riesgo. “Si bien puede confundirse con otras afecciones, hay ‘banderas rojas’ que nos permiten identificarla. Hubo mucha divulgación científica en nuestro ámbito y estrategias que se llevaron adelante como la pesquisa en pacientes con miocardiopatía hipertrófica o hipertrofia ventricular izquierda de causa desconocida, dado que el uno por ciento de estos pacientes suele ser Fabry”, señaló el doctor Gustavo Cabrera, cardiólogo y responsable del Departamento de Enfermedades Lisosomales del Centro Médico Santa María de la Salud de San Isidro.

Cabrera remarcó la necesidad de ampliar el abordaje más allá del paciente índice: “Una vez realizado el diagnóstico de un paciente o ‘caso índice’, es fundamental la búsqueda de otros casos dentro del árbol genealógico familiar que pueden ser asintomáticos o con síntomas leves”.

El tratamiento es endovenoso cada
El tratamiento es endovenoso cada dos semanas o terapia oral en días alternos (Imagen Ilustrativa Infobae)

El biosimilar y el acceso a tratamiento de enfermedades poco frecuentes

El acceso a un biosimilar como el desarrollado por Biosidus tiene un impacto directo en la disponibilidad y en el acceso amplio a las terapias. Los medicamentos biológicos originales suelen tener costos más elevados debido a la complejidad de su desarrollo y a la baja cantidad de pacientes a los que se destinan. La introducción de un biosimilar permite una reducción de precios amplía el acceso a más personas.

“Este desarrollo es muy importante, no solo para Argentina, sino para otras partes del mundo, donde el acceso al tratamiento está restringido por su alto costo económico. La posibilidad de contar con un producto biosimilar que nos asegura la misma eficacia y seguridad, va a permitir mayor competencia y más gente podrá acceder al tratamiento”, afirmó Antongiovanni.

El estudio SMILE, que validó la eficacia y seguridad del biosimilar argentino, contó con la participación de destacados especialistas: Politei, Perretta, Cabrera y Antongiovanni en Buenos Aires; Guelbert en Córdoba; y Nieto, Muraro y Lucca en La Rioja. El doctor Sergio Lucca, cardiólogo y director médico del Instituto de Medicina Endovascular de La Rioja, consideró que este avance marca el inicio de una nueva etapa en el desarrollo de tratamientos para enfermedades poco frecuentes.

Los biosimilares son medicamentos biológicos desarrollados para ser altamente similares a otros ya autorizados, denominados medicamentos de referencia, cuya patente ha expirado. A diferencia de los genéricos, que son copias exactas de fármacos de síntesis química, los biosimilares no pueden ser idénticos al original debido a la complejidad de los productos biológicos, obtenidos a partir de organismos vivos. Para su aprobación, deben demostrar que no existen diferencias clínicamente significativas en calidad, eficacia y seguridad respecto al medicamento de referencia, mediante estudios exhaustivos de laboratorio, ensayos preclínicos y clínicos. Su desarrollo fomenta la competencia y facilita el acceso a terapias biológicas.

La prevalencia de la enfermedad
La prevalencia de la enfermedad de Fabry está subestimada debido al subdiagnóstico y la inespecificidad de los síntomas (Imagen Ilustrativa Infobae)

Los síntomas de la enfermedad de Fabry

Las manifestaciones clínicas de la enfermedad de Fabry son diversas y afectan múltiples sistemas. En el ámbito neurológico, los pacientes pueden experimentar neuropatías dolorosas desde la infancia, intolerancia al calor y al frío, y complicaciones cerebrovasculares graves. Las alteraciones auditivas, como la hipoacusia neurosensorial y el tinnitus, son frecuentes y pueden evolucionar hacia una pérdida auditiva progresiva. En oftalmología, la córnea verticillata es una señal característica, presente en la mayoría de los hombres y en tres cuartas partes de las mujeres afectadas. El diagnóstico diferencial incluye otras enfermedades renales, neurológicas y articulares, lo que complica aún más la identificación temprana de la patología.

El impacto psicológico de la enfermedad de Fabry es considerable. La depresión es la manifestación psiquiátrica más común, con una prevalencia que puede alcanzar el 62,5%, muy por encima de la observada en la población general. La calidad de vida de los pacientes se ve afectada desde edades tempranas, y la intervención terapéutica resulta clave para mitigar el deterioro físico y emocional.