El avance de la ciencia en la reconstrucción mamaria: cómo funciona el protocolo de recuperación en 24 horas

Los tiempos de recuperación tras una cirugía de mama dejaron de ser procesos largos y dolorosos. Hoy “la rápida recuperación es ciencia y no ficción”, es la frase que sintetiza uno de los logros de la medicina y la ciencia. Los avances que se presentan son verdaderamente significativos.

Ya sea por motivos estéticos o luego de una enfermedad, son muchas las mujeres que deciden reconstruir sus mamas. Tras enfrentar un cáncer, muchas optan por someterse a una reconstrucción mamaria, una cirugía que permite recrear una mamá con un aspecto muy similar al original. El cáncer de mama es la enfermedad oncológica más común entre las mujeres en Argentina y en el mundo. En el país, se diagnostican 22.000 casos anuales, lo que equivale a 60 mujeres por día.

Muchas mujeres que han tenido una mastectomía— una operación quirúrgica para extirpar todo el seno con el fin de tratar o prevenir el cáncer de seno— tienen la opción de hacerse reconstruir la forma del seno que fue extirpado. Según detallan en el Instituto Nacional del Cáncer de Estados Unidos, las mujeres que eligen reconstruirse los senos tienen varias opciones de la forma como se puede hacer.

Los senos pueden reconstruirse usando implantes de (solución salina o de silicona). Pueden también reconstruirse usando tejido autógeno (es decir, el tejido de otros lugares del cuerpo). Algunas veces se usan tanto los implantes como el tejido autógeno para reconstruir el seno, explican en el organismo.

Lo cierto es que las técnicas han evolucionado y se ajustan a diversas necesidades, desde reconstrucciones oncológicas hasta correcciones estéticas. En este universo, un enfoque novedoso basado en evidencia científica, permite reducir drásticamente los tiempos de recuperación tras una cirugía mamaria. Se trata del protocolo ERABAS (Enhanced Recovery After Breast Augmentation Surgery), desarrollado por el cirujano plástico Juan Manuel Seren (MN 107.174), que despertó interés de especialistas de distintos países y fue publicado en la revista internacional Aesthetic Plastic Surgery.

Este protocolo combina anestesia multimodal, hemostasia proactiva y un riguroso control del dolor, eliminando el uso de drenajes y vendajes.

El estudio retrospectivo, realizado sobre 2.906 pacientes, demostró que el 95,32% logró una recuperación funcional en las primeras 24 horas posteriores a la cirugía. De la cantidad de pacientes mencionados, 2770 (95%) regresaron a su vida normal dentro de las primeras 24 horas; 129 (4.43%) lo lograron dentro de los 4 días y solo 7 pacientes (0,24%) necesitaron una semana para recuperarse, presentando complicaciones como hemorragias o hematomas agudos.

Además, según se detalla en el estudio, se informó que la localización del implante mostró un efecto significativo en la recuperación. Los implantes colocados en un bolsillo de plano dual tenían una probabilidad 2.86 veces mayor de retraso en la recuperación en comparación con el bolsillo subfascial. Otros factores como edad superior a 30 años, ser fumador y un implante mayor a 350 cc, también se asociaron con tendencias hacia una recuperación más lenta.

“El principal desafío fue demostrar la veracidad, es decir, validar científicamente el método”, explicó a Infobae, Juan Manuel Seren cirujano plástico, pionero en protocolos de rápida recuperación, quien se graduó con honores en la Universidad de Ciencias Médicas de Buenos Aires y se especializó en cirugía plástica en la Pontificia Universidad Católica Argentina. Con más de 20 años de experiencia, transformó la cirugía mamaria mediante técnicas innovadoras basadas en la evidencia científica.

“Nuestro objetivo es que las pacientes puedan reincorporarse a sus actividades cotidianas de manera rápida y segura, minimizando el dolor y las molestias postoperatorias”, explicó Seren. El enfoque del experto en la cirugía mamaria ha atraído a pacientes de Argentina y de otros países, quienes buscan desde aumento estético hasta reconstrucción post-cáncer, explantación de prótesis y corrección de malformaciones como las mamas tuberosas.

“Hoy la rápida recuperación es ciencia y no ficción. Esto se respalda en un exhaustivo estudio retrospectivo de más de 10 años, que involucró a más de 2900 pacientes”, refiere Seren.

Sobre el estudio citado, el cirujano analiza: “Los resultados demuestran que, con este protocolo, cualquier cirujano plástico certificado y capacitado puede lograr una recuperación rápida, sencilla y reproducible, priorizando la seguridad y el bienestar del paciente. Este logro fue posible gracias a un estudio bioestadístico con dos modelos de regresión logística binaria, tomando como variables, respuestas al tiempo de recuperación (var. dicotómica: ≤24h; >24h) en un caso y en el otro al dolor posquirúrgico. El análisis reveló que más del 95% de nuestros pacientes experimentan una recuperación excelente en las primeras 24 horas”.

Serén apunto que con este protocolo, “no hay drenajes, no hay prendas compresivas, hay movilidad inmediata luego de la cirugía”. Y detalló: “Incluso, se puede conducir un vehículo entre las primeras 24 a 48 horas. La paciente, al regresar luego de la cirugía, puede ducharse, retirar el top postoperatorio y utilizar corpiños normales, con plena movilidad de brazos. Es decir, el posoperatorio es mínimo y prácticamente no hay convalecencia”.

Con respecto a las innovaciones en la cirugía de aumento mamario, en otro artículo se describe una nueva secuencia sistemática de disección para crear un bolsillo submuscular en la cirugía de aumento mamario.

Basada en estudios anatomicos de perforantes vasculares en tejidos cadavéricos y experimentada en 727 pacientes, la técnica identifica zonas claves retropectorales, reduciendo el riesgo de hematomas postoperatorios a un 0,13 %.

Allí los autores, entre ellos Seren como autor principal, detallan un método reproducible para minimizar el sangrado intraoperatorio mediante el mapeo de perforantes vasculares. El estudio concluye con una reducción significativa de complicaciones, resaltando la utilidad de esta técnica segura y eficaz. “Además de nuestro protocolo de rápida recuperación, hemos descrito a nivel mundial una nueva secuencia de disección que permite realizar cirugías de aumento mamario sin sangrado intraoperatorio”, refirió el experto a Infobae.

“Esto, sin dudas, acelera y mejora la recuperación de la paciente. Esta nueva secuencia es fundamental para la recuperación rápida en la etapa intraoperatoria. Al hacer un bolsillo exangüe, reducimos significativamente el tiempo quirúrgico, permitiendo que un aumento mamario se complete en menos de 40 minutos. Esto significa menos drogas anestésicas, y menor impacto anestésicos en el paciente, menos tiempo quirúrgico y una más rápida recuperación”, agregó Seren.

Y detalló: “En cuanto a la hemostasia prospectiva, esta secuencia de disección nos permite identificar los vasos de la mama. Hemos identificado solo ocho vasos arteriales, de los cuales reconocemos tres (que son las tres ramas terminales del quinto perforante, rama de la mamaria interna) y, coagulando estos tres vasos, AICAP, MICAP Y LICAP, logramos controlar fácilmente la hemostasia del bolsillo, mediante nuestra secuencia de disección, la cual ha sido publicada en Aesthetic Plastic Surgery. Esta secuencia nos permite controlar y realizar cirugías mamarias exangües”.

Pero, ¿cuáles son los criterios más relevantes para determinar si una paciente es apta para aplicar el protocolo de recuperación rápida? “Tras realizar un análisis estadístico, pudimos identificar a las pacientes ideales para una cirugía mamaria con recuperación acelerada —explica Seren—. De aquí se desprende el concepto de recuperación inmediata. Es decir, aquellas pacientes sometidas a un aumento mamario con un bolsillo subfascial, que tengan menos de 35 años, que reciban implantes mamarios menores a 350 cm cúbicos y que no fumen tienen un 98,9% de recuperación en las primeras 12 horas. Esto significa que una mujer joven y sana, con implantes de tamaño pequeño, que sigue el protocolo ERABAS, con un bolsillo subfascial, puede retomar sus actividades la misma tarde de la intervención. La única restricción postoperatoria inmediata son las actividades físicas que que generen taquicardia”.

De esta forma, el mencionado protocolo incorpora diez principios clave:

• Anestesia Intravenosa Total (TIVA): fármacos de corta duración para evitar efectos secundarios.
• Manejo multimodal del dolor y las náuseas: uso preventivo de medicamentos para reducir molestias postoperatorias.
• Normotermia: control de la temperatura corporal durante la cirugía.
• Hemostasia proactiva: identificación y coagulación de vasos sanguíneos antes de la incisión para evitar hemorragias.
• Mínimo trauma quirúrgico: técnicas menos invasivas para preservar los tejidos.
• Incisiones pequeñas y tiempo quirúrgico reducido.
• No uso de opioides en el postoperatorio.
• Eliminación de drenajes y vendajes compresivos.
• Movilización inmediata de los brazos.
• Rápido retorno a la vida normal.

La cirugría mamaria, ocupa el segundo lugar a nivel global, según la Sociedad Internacional de Cirugía Plástica Estética (ISAPS). Según estadísticas del 2023, en el primer puesto del top 5 de procedimientos quirurgicos en mujeres, aparece la liposucción, con 1.898.880 procedimientos. Le sigue en segundo lugar el aumento de senos (1.868.360 procedimientos). La cirugía de párpados ocupa el terecer puesto con 1.353.566 procedimientos y la abdominoplastia en el cuarto lugar (1.033.264 procedimientos). Finalmente el levantamiento de senos, con 903.266 procedimientos, se encuentra en el quinto lugar segun la ISAPS.

¿Cuáles son los principales mitos asociados a las cirugías mamarias? “Me opero y la cirugía mamaria es para toda la vida”, dice Seren. “No, lamentablemente la cirugía de prótesis mamarias o la cirugía mamaria representa una etapa en la vida de la mujer, no un resultado definitivo”, define el experto sobre este mito.

Y sigue: “Las exigencias estéticas actuales y las expectativas sobre el aspecto de las mamas son cada vez mayores. Por lo tanto, es más preciso considerar la cirugía mamaria como una fotografía instantánea, en lugar de una película completa. Los cambios de peso, hormonales, la menopausia, la lactancia y el embarazo, así como los cambios en la dieta alimentaria, son factores que alterarán la forma y el aspecto de las mamas a lo largo del tiempo. Además, es importante recordar que no existen implantes mamarios diseñados para durar toda la vida, a pesar de la creencia común”.

“Debo operarme siempre cada 10 años”, agrega Seren sobre otro de los mitos más comunes. “No, no es así, —responde tajanteresponde—. Al igual que la idea de que duran toda la vida, esta noción es incorrecta. Basándonos en las técnicas quirúrgicas modernas y en los avances tecnológicos en implantes mamarios, sostenemos que el recambio de prótesis se determina por las necesidades individuales de la paciente y el estado del implante”.

Otros mitos y verdades

Las prótesis pueden explotar en un avión. Mito. Los implantes están diseñados para soportar cambios de presión. Azafatas y pilotos con implantes los utilizan sin inconvenientes.

Los implantes mamarios evolucionaron significativamente. Verdad. Los nuevos materiales son más livianos y funcionales. Algunos modelos incluyen geles que reducen hasta un 30% su peso, disminuyendo el impacto sobre los tejidos mamarios.

Todos los cirujanos plásticos son iguales. Mito. No todos los cirujanos están certificados por sociedades médicas reconocidas. Antes de operarse, se recomienda verificar su acreditación en la Sociedad de Cirugía Plástica de Buenos Aires o en SACPER.

Es importante operarse en un centro con alta complejidad. Verdad. Aunque el prequirúrgico sea óptimo, pueden surgir complicaciones. Contar con un equipo especializado es clave para garantizar seguridad.

La cirugía mamaria es solo para mujeres que quieren aumentar su tamaño. Mito. Existen diversos procedimientos: aumento, reducción, reconstrucción post-mastectomía y mastopexia. También se realizan cirugías transgénero para la afirmación de género.

Existen diferentes tipos de cirugía mamaria. Verdad. Las técnicas han evolucionado y se adaptan a distintas necesidades, desde reconstrucciones oncológicas hasta correcciones estéticas.

La recuperación de una cirugía mamaria es larga y dolorosa. Mito. Si bien antes se pensaba que la recuperación era prolongada, los avances en la cirugía permitieron reducir significativamente el tiempo de reposo y las molestias postoperatorias.

La recuperación puede ser rápida y con mínimo dolor. Verdad. Desde la introducción de la Fast Track Surgery en 1997 por el médico danés Henrik Kehlet y la posterior aplicación en cirugía mamaria por John Tebbetts en 2001, se han desarrollado técnicas que permiten a las pacientes retomar su rutina en pocas horas. El protocolo ERABAS, basado en estos principios, demostró que el 95,3% de las pacientes se recuperan completamente en 24 horas.