El porvenir de la infancia: desafíos para la salud mental y la protección de los niños

Un balance de fin de año sobre el lugar que ocupan niños y niñas en Argentina, entre violencias persistentes y prácticas de cuidado que sostienen allí donde el sistema no llega

Guardar
Más de la mitad de
Más de la mitad de los niños y niñas en Argentina vive en situación de pobreza, con graves consecuencias en su bienestar y desarrollo (Imagen Ilustrativa Infobae)

En 1927, en una Europa todavía atravesada por las consecuencias de la Primera Guerra Mundial, Freud, decepcionado con la humanidad, escribe “El porvenir de una ilusión”.

En el escrito sostiene que las doctrinas religiosas se fundan en el cumplimiento de deseos. Freud vincula esas ilusiones con necesidades infantiles: el miedo a la naturaleza, a la muerte y a la violencia, y afirma que cumplen una función de consuelo y de promesa de justicia.

El texto plantea que una humanidad que aspire a madurar debería poder renunciar a sostener esas creencias como verdades y orientar la vida cultural hacia la razón, la ciencia y el trabajo.

Las instituciones de protección a
Las instituciones de protección a la infancia muestran fragilidad y falta de respuestas efectivas ante la crisis actual (Imagen Ilustrativa Infobae)

Freud concluye que “la religión es la neurosis obsesiva de la colectividad humana” y una forma de infantilismo. “El hombre no puede permanecer eternamente niño; tiene que salir algún día a la vida”, admitiendo su dureza e imperfección.

La palabra ilusión deriva del latín illusio, -ōnis y nombra, desde su origen, una ambigüedad. Por un lado, designa una representación sin verdadera realidad: una imagen producida por la imaginación o por el engaño de los sentidos —espejismo, quimera, fantasía, delusión—. Por otro, en su acepción más tardía, refiere a la esperanza: anhelo, deseo, confianza, fe. Así la ilusión oscila entre el engaño y la promesa.

Releo a Freud desde mi propia decepción de los últimos años con respecto al comportamiento de la humanidad, y porque también escuché a la querida y admirada Rita Segato decir: “Ya no soy más humana y ya no quiero pertenecer más a esta especie siniestra, genocida. Me defino como ‘ex humana’”.

Esas palabras en alguien que ha dedicado su vida a comprender lo peor de la naturaleza humana, es una declaración política que me impacta. Siempre he sabido de mi idealismo, forzando algunas ideas para llegar hasta acá, remando contra la corriente y la incredulidad. Pero los dos últimos años me he decepcionado tanto que comprendo con otra profundidad la magnitud desde donde Freud ha escrito y Segato se lamenta.

A mitad de este año escribí una columna que funcionó como bisagra atravesada por una pregunta incómoda, formulada desde la clínica y el territorio, ¿Quién defiende a la infancia? en un momento en que las violencias, la pobreza y la negligencia empujaban con fuerza la salud de niñas, niños y adolescentes.

En 2025 aumentaron las consultas
En 2025 aumentaron las consultas por crisis de salud mental infantil en hospitales y dispositivos comunitarios en la Argentina (Imagen Ilustrativa Infobae)

El cierre de este año confirma aquello que entonces estaba a la vista y que evaluamos en nuestro diagnóstico, el sufrimiento psíquico infantil se intensificó y se volvió más crudo, mientras las respuestas estructurales siguieron llegando tarde, fragmentadas o directamente no llegaron.

En 2025 se multiplicaron las consultas por crisis de salud mental en hospitales y dispositivos comunitarios. El suicidio adolescente sigue ocupando un lugar alarmante entre las principales causas de muerte, y las autolesiones aparecen cada vez más temprano como formas precarias de regulación del dolor psíquico.

Aumentaron las internaciones por intentos de suicidio, autolesiones, intoxicaciones, crisis impulsivas y cuadros depresivos severos. La clínica dejó de recibir pacientes para recibir escenas de desamparo: adolescentes que no saben cómo seguir adelante, niños y niñas que expresan el sufrimiento de maneras devastadoras, familias desbordadas por el dolor.

La violencia sexual contra la infancia sigue siendo una de las más silenciadas y, al mismo tiempo, una de las que deja marcas más profundas en la salud mental.

Los equipos de salud mental
Los equipos de salud mental y las escuelas están saturados, el sistema de protección a la infancia se muestra frágil y desbordado (Imagen Ilustrativa Infobae)

Consultas a diario por síntomas de ansiedad extrema, disociación, trastornos del sueño, de la imagen corporal que llevan a los de la alimentación.

El maltrato cotidiano, físico y sobre todo psicológico, sigue siendo una práctica extendida y legitimada. Gritos, humillaciones, amenazas, indiferencia. Formas de violencia que no siempre dejan marcas visibles, pero que destruyen lentamente la construcción psíquica.

La salud mental infantil no se pierde de golpe, se desgasta en un largo camino de desmentida, abandono y falta de decisiones. Los equipos de salud mental están saturados, las escuelas desbordadas, los sistemas de protección demasiado solos, igual que las familias.

No alcanza con conmoverse ante el estremecedor audio del maltrato ocurrido en un hogar de Balcarce, en la provincia de Buenos Aires, de parte de la presidenta de la Sociedad de Protección a la Infancia de la misma ciudad, y reaccionar cuando el daño ya tendrá secuelas.

La violencia sexual contra la
La violencia sexual contra la infancia sigue siendo una de las más silenciadas y deja profundas huellas en la salud mental de niñas y niños (Imagen Ilustrativa Infobae)

Las niñas y los niños privados de cuidados parentales crecen rotando entre instituciones, hogares transitorios o directamente en soledad, donde no es infrecuente que se reproduzcan destratos, violencias cotidianas y prácticas de cuidado deficitarias que vuelven a exponerlos al daño. Siempre esperando una familia que los ame, que muchas veces no llega.

La pobreza infantil es el telón de fondo constante: más de la mitad de las niñas y niños en Argentina vive en hogares pobres, con hambre, hacinamiento, interrupciones escolares, problemas de salud no atendidos.

Durante este año también se profundizó el impacto de violencias digitales, apuestas online, exposición constante a estímulos sin mediación adulta, sexualización temprana, adolescentes captadas por plataformas para vender su humanidad aunque crean que es solo una pantalla, grooming, acoso que comienza en la escuela y sigue 24/7 en línea eternizando el dolor.

Frente a este escenario, la respuesta institucional volvió a mostrar su precariedad: protocolos y discursos que no logran sostener la salud física y mental infantil. El escándalo del concurso público para la Defensoría de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes de la Nación funciona como un ejemplo concreto del lugar que la infancia ocupa en la política nacional: un lugar declamado, pero vacío de contenido y sin garantías reales.

Niñas y niños sin cuidados
Niñas y niños sin cuidados parentales viven en instituciones rotando entre hogares transitorios y situaciones de soledad y desamparo (Imagen Ilustrativa Infobae)

Se montó un proceso presentado como riguroso y transparente cuando, en los hechos, operó como un simulacro. La terna estaba definida de antemano. El concurso funcionó como escenografía institucional. Y, para cerrar el círculo, el proceso continúa inconcluso, frenado en el Senado. Quizá esta cámara no tiene cara para avalar lo que pasó.

A esta desmentida se suma otra menos visible: prácticas que, incluso amparadas en el lenguaje de los derechos humanos, utilizan el dolor padecido en la infancia y el testimonio de las y los sobrevivientes como recurso para obtener financiamiento, visibilidad o espacios de poder. Estas prácticas no reparan: desalientan, reproducen daño y erosionan la confianza.

Lo que vemos en Argentina dialoga con un escenario más amplio en las Américas, donde la pobreza infantil, las prácticas de crianza violentas, la violencia sexual, la orfandad por femicidio y el suicidio adolescente siguen en aumento.

El balance de 2025 muestra con claridad que la crisis de la salud mental infanto‑juvenil no es un fenómeno repentino, sino el resultado de violencias acumuladas, negligencias sostenidas y de una cultura adultocéntrica que continúa mirando a la infancia como objeto de tutela, de discurso o como trinchera política.

Las prácticas de crianza violenta
Las prácticas de crianza violenta y el maltrato psicológico siguen legitimados, dañando de manera invisible la construcción psíquica infantil (Imagen Ilustrativa Infobae)

En esa lógica no solo opera la política partidaria: también ciertas organizaciones y agencias nacionales e internacionales reproducen prácticas similares, donde la infancia aparece como causa, bandera o recurso, pero no como sujeto pleno de derecho.

Hace unos días el Premio Nobel Laszlo Krasznahorkai introduce un contrapunto contemporáneo a Freud y abrió su discurso en Estocolmo con un “ ¡Damas y caballeros! originalmente deseaba compartir con ustedes mis pensamientos sobre la esperanza, pero como mis reservas de esperanza se han agotado definitivamente, ahora hablaré sobre los ángeles“.

Sostenía algo así como que ya no hay esperanza, ni ángeles mensajeros y la dignidad humana está erosionada por una humanidad que ha perdido la imaginación, la memoria y toda referencia trascendente.

Krasznahorkai dejó abierta, una única posibilidad, la de una rebelión total. Me conmovió y pensé en otro tipo de rebeliones y en otros ángeles que también caminan entre nosotros sin alas, sin cargos, sin micrófonos ni premios, y que también se los devora el sistema pero siguen igual, que son quienes contestan a diario mi interpelación: ¿quién defiende a la infancia?

La exposición a violencias digitales,
La exposición a violencias digitales, apuestas online y grooming afecta a adolescentes durante todo el día y refuerza el dolor psíquico (Imagen Ilustrativa Infobae)

Los vi multiplicarse en una colecta que llamamos “Un juguete, un abrazo,“ cuando enviaron juguetes y muñecos tejidos a mano para Bahía Blanca como forma de cuidado, allí donde el agua y el dolor lo había arrasado todo.

O cuando los periodistas utilizaron los medios donde trabajan para reproducir el mensaje y que llegara a todos este llamado. Los he visto en hospitales acá y en otros países bordando pequeños muñecos con el nombre de bebés internados para que no atraviesen mejor su recuperación. No ocupan puestos de poder. Están en las salitas de los barrios, en los pasillos de los hospitales, en los juzgados, en los servicios locales, en las casas a las que nadie quiere entrar, porque lo que pasa adentro es o fue devastador y dejará una marca de la que recuperarse.

Son quienes preparan la comida cuando falta, acunan cuando no hay brazos, marchan por los remedios que necesitan los niños y niñas y por su educación, apadrinan y amadrinan a niñas y niños sin familias. Son quienes rescatan adolescentes atrapados en la ludopatía y en las drogas y también en circuitos de explotación, desde los barrios y como herramienta un centro comunitario o una biblioteca popular.

Los vi también en el Chaco, cuando las abogadas, fiscales y juezas de Villa Ángela llevaron el muñeco Lile —símbolo de protección infantil de ARALMA— por juzgados, escuelas y organismos públicos, junto a molinillos de viento que expresaban una consigna simple y urgente: Las infancias merecen viento a favor. Los vi cuando también en Resistencia se reunieron con los molinitos para resistir como dijo una de ellas y llevar un mensaje potente: acá hay alguien dispuesto a cuidar. También en Entre Ríos, en San Luis, Neuquén, entre otros, y más lejos en Uganda y Colombia.

Las consultas por síntomas de
Las consultas por síntomas de ansiedad extrema, trastornos del sueño y problemas de la alimentación son cada vez más frecuentes (Imagen Ilustrativa Infobae)

No traen mensajes grandilocuentes ni promesas de futuro. Traen presencia, tiempo, cuerpo, estrategia y responsabilidad. Creen mucho más allá de lo que planteaba Freud o el premio nobel y no tiene que ver con que Dios los abraza: creen en el trabajo colectivo y la persistencia en la causa de la infancia.

Cuando a mitad de año me pregunté quién protege a la infancia, pensaba en organismos, en estructuras, en institucionalidades capaces de prevenir y reparar a gran escala, tuve una ilusión, una quimera. Quienes sostienen, cuidan y protegen no son, en la mayoría de los casos, aquellos que ocupan cargos ni administran sistemas, ni reparten fondos, sino estos ángeles que con esfuerzo, la palabra plena, coraje y voluntad siguen defendiendo lo que hay que defender, allí donde todo parece haber fallado.

Tal vez esa sea hoy la única forma honesta de hablar de ilusión: como acto y no como promesa después de tanta decepción. La decisión ética de no retirarse, de no mirar para otro lado. Seguir protegiendo, aun sabiendo que no alcanza y que no hay garantías y aunque estemos exhaustos, porque sin ese granito de arena el mar sería distinto, parafraseando a María Teresa. Me vuelvo a ilusionar con el porvenir de la infancia y que sea una infancia sin violencia.

Sonia Almada es Lic. en Psicología de la Universidad de Buenos Aires. Magíster Internacional en Derechos Humanos para la mujer y el niño, violencia de género e intrafamiliar (UNESCO). Se especializó en infancias y juventudes en Latinoamérica (CLACSO). Fundó en 2003 la asociación civil Aralma que impulsa acciones para la erradicación de todo tipo de violencias hacia infancias y juventudes y familias. Es autora de tres libros: La niña deshilachada, Me gusta como soy, La niña del campanario y Huérfanos atravesados por el femicidio.

Últimas Noticias

TDAH en la adultez: nuevos enfoques, desafíos cotidianos y claves para fortalecer el bienestar

Especialistas en salud mental subrayan la importancia de adaptar las estrategias diagnósticas y terapéuticas. La importancia de reconocer la variedad de síntomas en adultos, según expertos consultados por National Geographic

TDAH en la adultez: nuevos

Descubren que las bacterias intestinales evolucionan para digerir los almidones de los alimentos ultraprocesados

Un estudio de la UCLA identificó variantes genéticas en microbios intestinales de zonas industrializadas que facilitan la digestión de nuevos compuestos incorporados en la dieta moderna

Descubren que las bacterias intestinales

Cómo la terapia cognitivo-conductual ayuda a reducir las limitaciones de la enfermedad de Crohn

Un enfoque psicológico adaptado mostró resultados positivos en la vida diaria de pacientes, al abordar el impacto emocional y conductual que acompaña a los síntomas físicos de esta condición crónica

Cómo la terapia cognitivo-conductual ayuda

Con un nuevo método logran predecir el riesgo de complicaciones respiratorias en bebés prematuros

Investigadores de la Argentina, el Reino Unido y EE.UU. desarrollaron una técnica que mejora la detección precoz de problemas pulmonares graves. Contaron a Infobae cómo los resultados podrían permitir el acceso más rápido a tratamientos personalizados

Con un nuevo método logran

No es el pollo: la proteína que más favorece el desarrollo muscular

Un nuevo estudio científico revela cuál es el alimento que contribuye en mayor medida al crecimiento muscular, superando incluso a las carnes magras como fuente preferida para deportistas y personas activas

No es el pollo: la