
VIERNES, 31 de octubre de 2025 (HealthDay News) -- El riesgo futuro de depresión y ansiedad de un niño podría vincularse con su salud intestinal.
Los niños pequeños cuyos microbiomas intestinales contenían ciertas bacterias eran más propensos a desarrollar un trastorno del estado de ánimo en la preadolescencia, informaron los investigadores el 30 de octubre en la revista Nature Communications.
Los investigadores descubrieron que las bacterias intestinales de los niños estaban relacionadas con diferencias en la conectividad entre las redes cerebrales relacionadas con las emociones, y que esas diferencias, a su vez, estaban relacionadas con la ansiedad y la depresión más adelante en la infancia.
Los resultados sugieren que las bacterias intestinales podrían desempeñar un papel en la programación de los circuitos cerebrales de un niño, particularmente aquellos relacionados con la emoción, dijeron los investigadores.
"Al vincular los patrones del microbioma en los primeros años de vida con la conectividad cerebral y los síntomas posteriores de ansiedad y depresión, nuestro estudio proporciona evidencias tempranas de que los microbios intestinales podrían ayudar a moldear la salud mental durante los años críticos de la edad escolar", señaló en un comunicado de prensa la investigadora principal, Bridget Callaghan, presidenta de psicología del desarrollo de la UCLA.
Para el nuevo estudio, los investigadores analizaron datos de 55 niños en Singapur que participaron en un estudio de salud a largo plazo. Los niños proporcionaron muestras de heces a los 2 años y escáneres cerebrales de resonancia magnética a los 6 años, y los cuidadores completaron encuestas sobre los problemas de comportamiento de los niños a los 7-1/2.
El equipo descubrió que los niños cuyos microbiomas intestinales con niveles más altos de bacterias Clostridiales y Lachnospiraceae tenían un mayor riesgo de síntomas de depresión y ansiedad.
Esos dos grupos bacterianos se han vinculado con la respuesta al estrés y la depresión en los adultos, anotó Callaghan. Las bacterias Clostridiales en particular tienden a ser dañinas, con ciertas cepas relacionadas con el tétanos, la gangrena y el botulismo.
La investigación futura profundizará en exactamente qué bacterias están relacionadas con los problemas del estado de ánimo y si el vínculo observado es una relación causal directa, dijo.
"Necesitamos averiguar qué especies dentro de estos grupos más grandes están impulsando los hallazgos", dijo Callaghan. "Una vez que tengamos esa información, hay formas relativamente sencillas de cambiar el microbioma, como los probióticos o la dieta, que podríamos usar para abordar los problemas".
Más información
La Clínica Cleveland tiene más información sobre el microbioma intestinal.
FUENTE: UCLA, comunicado de prensa, 30 de octubre de 2025
Últimas Noticias
Dos personas están en terapia intensiva por botulismo en Mendoza: qué es y cómo prevenirlo
Un hombre de 51 años y su hija de 15 permanecen internados en el Hospital Scaravelli de Tunuyán. Los detalles

Avance en la psoriasis: descubren un mecanismo que regula la entrada de células inmunitarias a la piel
Un equipo de investigadores de cinco países detectó que los glóbulos blancos se desprenden de una barrera azucarada para infiltrarse

Aumentan los casos de enfermedad de Chagas fuera de América Latina
Un estudio publicado en la revista The Lancet Infectious Diseases advierte sobre la expansión en regiones como Estados Unidos y Europa occidental. Qué razones dificultan el diagnóstico y el tratamiento oportuno

Vapeo diario en adolescentes: la adicción que se duplica, nuevos perfiles sociales y la urgencia de respuestas regulatorias
El consumo de cigarrillos electrónicos entre jóvenes crece a ritmo alarmante. Cambios demográficos, estrategias de la industria y desafíos para la salud pública se entrelazan en una tendencia preocupante

Descubren que las variaciones rápidas de la presión arterial pueden afectar zonas clave del cerebro
Un estudio de la Universidad del Sur de California advirtió que, en personas mayores, puede generar los primeros cambios cerebrales vinculados a trastornos neurodegenerativos, incluso cuando los registros promedio parecen normales


