
La felicidad es una meta constante en la vida de los seres humanos. Desde la filosofía hasta la ciencia, todos los saberes han tratado de desentrañar los secretos para alcanzarla y preservarla.
De acuerdo a Aristóteles, se logra con una vida basada en acciones virtuosas, sustentadas en el pensamiento, la justicia y la razón. Según Albert Einstein: “Una vida humilde y tranquila trae más felicidad que la persecución del éxito y la constante inquietud que implica”. Mientras tanto, Gandhi afirmaba que este estado se alcanza cuando hay armonía entre lo que uno piensa, lo que uno dice y lo que uno hace.
Sin embargo, este bien tan anhelado por todos, hoy está seriamente amenazado, advierte las Naciones Unidas: “El camino hacia la felicidad requiere de valores fundamentales como la amabilidad y la compasión, especialmente en tiempos de crisis a causa de conflictos bélicos, pandemias o hambrunas. La felicidad individual pasa por la felicidad global con la colaboración de todos”.
La ONU declaró oficialmente el 20 de marzo como el Día Internacional de la Felicidad. Esta fecha fue elegida para reconocer la importancia de la felicidad y el bienestar como objetivos universales en la vida de las personas en todo el mundo.

La resolución de este día especial se aprobó el 12 de julio de 2012 y fue impulsada por el rey de Bután, un país situado en pleno Himalaya, en la frontera entre China e India, quien destacó la importancia de fomentarla, mediante la creación de un día que conmemore la felicidad internacional.
Cuál es el error que hay que evitar para ser feliz
Según la psicóloga Sonja Lyubomirsky, destacada investigadora graduada en la Universidad de Harvard y doctorada en la de Stanford, todas las personas del mundo colocan la felicidad en el primer lugar de su lista cuando se les pregunta qué es lo que más quieren en la vida. Sin embargo, dijo la experta, tendemos a buscar la felicidad en lugares equivocados, ya que lo que creemos que supondrá realmente una gran diferencia en nuestras vidas solo supone una pequeña diferencia, mientras que pasamos por alto las verdaderas fuentes de la felicidad y el bienestar.
En su libro “La ciencia de la felicidad, un método probado para conseguir el bienestar”, la investigadora planteó que la felicidad no se relaciona con un golpe de suerte, como ganarse un premio en la lotería, obtener un aumento de sueldo o encontrar a la pareja ideal. Tampoco se vincula con la acumulación de bienes materiales, logros profesionales o experiencias placenteras ni es fruto del azar.
Según una investigación realizada por Lyubomirsky, junto a Kennon Sheldon y David Schkade, solo un 10% de nuestra felicidad se relaciona con eventos externos.

Del porcentaje restante, un 50% estaría dado por nuestras condiciones genéticas y, esta es la buena noticia: el 40% depende de las actividades que podamos realizar intencionadamente. Es decir, la felicidad está en nuestras manos.
En una nota reciente en Infobae, José Eduardo Abadi, médico psiquiatra, psicoanalista y escritor, expresó que existen dos obstáculos importantes para lograr la felicidad: la voracidad y la envidia. “Es esencial disolver la voracidad, el ‘quiero todo para mí y solo para mí’, esa hambre que empacha”, destacó.
“El otro punto que hay que trabajar mucho es la envidia, porque obstaculiza la posibilidad de aprender, disfrutar, crecer y amar”, dijo Abadi y definió así a esta barrera para la felicidad: “En la envidia mi única preocupación es que el otro no tenga lo que a mí me falta”, sentenció. En su lugar, el médico propuso “admirar al que tiene para aprender y tener yo también”.
Por otro lado, Joseph Fuller, de la Harvard Business School, afirmó que no entender nuestras prioridades y objetivos personales y profesionales podría ser la causa de una profunda insatisfacción.

Estudios realizados por investigadores de UCLA y la Universidad de North Carolina respaldan las afirmaciones de Fuller. Según estas investigaciones, tener un propósito claro en la vida es fundamental para alcanzar una mayor felicidad y satisfacción. Además, un propósito bien definido ayuda a tomar mejores decisiones y alinea nuestras acciones con nuestros objetivos. Pero, para llegar a este punto, es crucial ser sinceros con nosotros mismos sobre lo que realmente queremos y buscamos.
Los hábitos que nos pueden ayudar a ser felices
El doctor Abadi destacó que muchas veces la gente cree que la felicidad es ajena a vivir pérdidas, frustraciones o tristezas, sin embargo, para él esto sería absurdo: “No hay que negarlas, sino transitarlas en condiciones de poder integrarlas a nuestra vida, sin que invadan y ocupen nuestra alma de un modo completo y definitivo. Así, la felicidad posible incluye el dolor y el sufrimiento, el asunto es cómo los transitamos. Para esto es muy importante amar y ser amado, el compromiso y el sentirnos acompañados”.
El experto agregó: “Muchos hablan de la felicidad en términos utópicos, mágicos, ajenos a la labor que hacen. Pero existe una felicidad posible. Se logra con base en tres puntos principales”.

Y describió: “El primero es realmente querer encontrar la felicidad. Existen dos términos diferentes, el desear y el querer y entre medio de ellos se encuentra la voluntad. Esta pone en marcha la tenacidad, el impulso, las ganas de alcanzar lo que uno quiere. No se trata de sacrificio, sino de esfuerzo”, expresó el médico.
El otro punto, dijo, es buscar activamente lo que uno anhela y quiere y el tercer punto es interés y amor por el semejante y el mundo. “Esto significa tener registro e involucrarme con el otro, en un plano afectivo y de compromiso. No hay felicidad sin un vínculo positivo con el semejante. Para esto hay que desactivar el narcisismo, que encierra y empobrece”.
Y remarcó: “La felicidad está ligada a un concepto de empatía, compasión y generosidad. Dar al otro me enriquece y me hace feliz”.
Muchas veces se habla del destino y cabe preguntarse si la felicidad llega por un golpe de suerte o luego de un arduo trabajo para conseguirla. Abadi opinó que “la felicidad posible no es un puerto de llegada, sino una manera de vivir”.

Y añadió: “Buscar lo que amo y transitar las adversidades no son escalas, sino que la manera de viajar por la vida. No hay que esperar que llegue la felicidad, sino ir a buscarla. Para ello es importante también ocuparnos de ser buenos amigos de nosotros mismos”.
Otra ayuda de lograr la felicidad es a través del ocio: “Es una manera de cultivar el ser (no el tener), estar en una situación de serenidad, entrar en relación con nosotros mismos, con nuestro mundo interno y encender los radares de alerta que nos permiten captar cosas que no veíamos. La experiencia interna con nuestro ser interior y la captación del mundo exterior ayudan a alcanzar ese estado de felicidad”.
Las 6 claves para alcanzar la felicidad
El científico social y profesor de Liderazgo y Felicidad en la Escuela de Negocios de la Universidad de Harvard Arthur C. Brooks afirmó que la felicidad se construye todos los días.
Sobre la base de un informe de Harvard que se inició en 1938, el estudio más largo que se haya realizado sobre la felicidad y el bienestar, los investigadores concluyeron que existen seis factores posibles de controlar en la vida, y que, de hacerlo con éxito, las personas están más cerca de la felicidad. Son los siguientes:

1. No fumar y cuidar la forma de beber. El abuso del alcohol está fuertemente correlacionado con el tabaquismo en el estudio de Harvard, pero muchas otras investigaciones muestran que, incluso por sí mismo, es uno de los predictores más poderosos de terminar triste y enfermo.
2. Mantener un peso saludable. Tener una alimentación equilibrada, en la que abundan las frutas y verduras y se caracteriza por la moderación de las porciones, es una de las claves para mantenerse en peso.
3. Priorizar el movimiento todos los días. Para los expertos, la mejor manera única y comprobada de garantizar el ejercicio físico diario es generar el hálito de salir a caminar. Pero cada persona deberá hallar la actividad que más la motive para hacerla de manera continua.

4. Entrenar estrategias para enfrentar los problemas. En los últimos años, se conoce el concepto de inteligencia emocional, como la capacidad de gestionar lo que sucede a diario de manera tal de encontrar formas saludables de lidiar con lo imprevisto o lo que no depende de uno. Cada uno sabrá si la manera es trabajarlo con la ayuda de prácticas espirituales, terapia, o incluso meditación o mindfulness; el objetivo es evitar la queja excesiva, las reacciones emocionales no saludables o el comportamiento de evitación.
5. Desafiar al cerebro y nunca dejar de aprender. Está comprobado que conduce a una mente más activa en la vejez, y eso significa una vida más larga y feliz. Eso no significa emprender una carrera universitaria tras otra. Según Brooks, se necesita participar en un aprendizaje intencional y de por vida, que podrá ser leer no ficción para aprender más sobre nuevos temas, conocer un nuevo idioma, o simplemente a jugar al ajedrez.
6. Cultivar relaciones estables a largo plazo. No se trata solamente de relaciones de pareja. Un estudio de Harvard encontró una fuerte asociación entre la felicidad y las relaciones cercanas como cónyuges, familiares, amigos y círculos sociales. “La conexión personal crea estimulación mental y emocional, que son estimulantes automáticos del estado de ánimo, mientras que el aislamiento es un destructor del estado de ánimo”, aseguraron los investigadores.
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