
El cáncer es una de las principales causas de muerte a nivel mundial, con casi 10 millones de fallecimientos atribuidos a esta enfermedad, según los últimos datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), de las cuales 1.4 millones se registraron en América. Caracterizado por la proliferación descontrolada de células anormales, los tipos más comunes de tumores son el de mama, pulmón, colorrectal y de próstata. A pesar de los avances en detección y tratamiento, la recurrencia y resistencia a las terapias existentes permanece como un desafío significativo, especialmente en casos de leucemias y tumores sólidos.
En este contexto, un equipo de investigadores del Campus Médico Anschutz de la Universidad de Colorado desarrolló una nueva generación de terapia celular CAR-T, denominada ALA-CART, que podría cambiar el panorama del tratamiento oncológico. Esta innovación tiene el potencial de mejorar la eficacia y la duración de las respuestas en pacientes con cánceres resistentes, abordando una de las principales limitaciones de las terapias CAR-T tradicionales: la incapacidad para detectar y atacar células cancerosas con baja densidad de antígenos.
El estudio, publicado en la revista Cancer Cell, detalla cómo esta nueva técnica busca superar los mecanismos de evasión de las células tumorales. “Esta nueva aproximación, llamada ALA-CART, optimiza las células CAR-T para eliminar de manera más efectiva las células cancerosas, incluidas aquellas que han logrado esconderse de las terapias tradicionales”, explicó Catherine Danis, doctora en Filosofía y autora principal del estudio.

La terapia de células CAR-T es un tratamiento que modifica células inmunitarias llamadas células T para que puedan identificar y atacar células cancerosas. Según la Sociedad Americana del Cáncer, este procedimiento implica extraer células T de la sangre del paciente y modificarlas en un laboratorio mediante la incorporación de un receptor especial, conocido como receptor quimérico de antígenos (CAR), el cual permite que estas células reconozcan antígenos específicos en la superficie de las células cancerosas. Tras este proceso, son reintroducidas en el paciente para potenciar la respuesta del sistema inmunitario contra el cáncer.
Este tipo de tratamiento ha sido aprobado para ciertos linfomas, leucemias y mieloma múltiple. Puede generar efectos secundarios, como el síndrome de liberación de citocinas, que causa fiebre alta, escalofríos y problemas respiratorios, y alteraciones en el sistema nervioso, como confusión o convulsiones. También puede debilitar el sistema inmunitario, lo que aumenta el riesgo de infecciones.
Ante esta situación, la terapia ALA-CART, que se encuentra en una etapa preclínica, busca dar respuesta y los resultados obtenidos en modelos animales son prometedores. Con cautela, los investigadores esperan iniciar ensayos clínicos en humanos en los próximos dos años, con la esperanza de extender esta tecnología a otros tipos de cáncer, como la leucemia mieloide aguda, el mieloma múltiple y tumores sólidos.

La evolución de las terapias CAR-T: un salto hacia la precisión y la eficacia
La terapia CAR-T ha revolucionado el tratamiento de ciertos tipos de cáncer; sin embargo, su eficacia a largo plazo se ve limitada por la capacidad de algunas células tumorales para evadir la detección. Según el reciente trabajo, esta vulnerabilidad se debe a la incapacidad de las terapias CAR-T de segunda generación para atacar células con baja densidad de antígenos, lo que subyace en la mayoría de las recaídas tras el tratamiento.
Para abordar este problema, los investigadores diseñaron la plataforma ALA-CART, que incorpora un receptor adicional llamado LAT-CAR, el cual activa una proteína clave en la señalización de los linfocitos T, conocida como LAT (Linker for Activation of T cells), restaurando su capacidad para detectar y atacar células tumorales con baja densidad de antígenos.
“ALA-CART mejora la capacidad de las células CAR-T para detectar y atacar células cancerosas resistentes de manera más efectiva. Esto podría traducirse en resultados más duraderos, incluso cuando otros tratamientos han fallado”, afirmó M. Eric Kohler, médico y doctor en Filosofía, autor correspondiente del estudio y miembro del Centro de Cáncer de la Universidad de Colorado.

El equipo utilizó modelos especializados de ratones con células humanas de leucemia linfoblástica aguda para probar la eficacia de ALA-CART. Los resultados mostraron que esta nueva plataforma eliminó las células tumorales resistentes, pero también mejoró la proliferación y persistencia de las células CAR-T, factores clave para evitar recaídas. Además, se observó una reducción en la diferenciación de las células CAR-T durante su fabricación, lo que podría contribuir a su mayor eficacia y durabilidad.
“Cuando comenzamos este proyecto, queríamos entender por qué este diseño permitía que ciertas células de leucemia escaparan al tratamiento. Una vez que comprendimos eso, supimos cómo diseñar nuestras células ALA-CART. Lo sorprendente es que no solo solucionamos el problema de las células de leucemia que escapaban, sino que mejoramos múltiples aspectos de las células ALA-CART”, explicó Kohler.
Implicaciones futuras y el impacto potencial en la oncología

El siguiente paso para los investigadores es llevar la terapia ALA-CART a ensayos clínicos en humanos, un proceso que esperan iniciar en un plazo de dos años. Según Catherine Danis, este avance podría marcar un cambio significativo en la inmunoterapia contra el cáncer, mejorando la supervivencia y la calidad de vida de los pacientes con los cánceres más difíciles de tratar.
“Esto representa un cambio importante en la inmunoterapia contra el cáncer, ofreciendo una innovación revolucionaria que podría eventualmente mejorar la supervivencia y la calidad de vida de los pacientes”, afirmó Danis.
Además de la leucemia linfoblástica aguda, el equipo está evaluando la eficacia de ALA-CART en otros tipos de cáncer, incluidos la leucemia mieloide aguda, el mieloma múltiple y tumores sólidos. Este enfoque podría ampliar significativamente el alcance de estas inmunoterapias, al tiempo que, según indicaron, podría reducir los efectos secundarios asociados con las terapias CAR-T tradicionales, como el síndrome de liberación de citoquinas y la neurotoxicidad.
Aunque los modelos animales tienen limitaciones para evaluar estos efectos, los investigadores no encontraron diferencias significativas en los niveles de citoquinas relacionadas con toxicidad entre las células ALA-CART y las CAR-T de segunda generación. Incluso, los expertos advierten que este avance también podría abrir la puerta a nuevas posibilidades en el tratamiento de una amplia gama de malignidades.
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