Energía y agro: dos motores que redefinen la oferta exportadora argentina

El crecimiento del sector energético y la solidez histórica del agro impulsan una estructura exportadora más diversificada. Fuertes señales hacia el futuro

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El crecimiento del sector energético
El crecimiento del sector energético y la solidez histórica del agro impulsan una estructura exportadora más diversificada. Fuertes señales hacia el futuro. REUTERS/Agustin Marcarian

En los últimos años, la matriz exportadora argentina dejó de apoyarse exclusivamente en el peso del agro. El avance del sector energético, apuntalado por la evolución de Vaca Muerta y por obras de transporte clave, generó un movimiento inesperado: la energía se consolidó como el segundo complejo exportador del país, detrás del sojero, y duplicó su participación dentro del comercio exterior nacional.

Esta expansión comenzó a modificar de manera sostenida el resultado de la balanza comercial del rubro, que en 2025 acumula un superávit cercano a los USD 6.000 millones.

Producción en máximos y balanza energética en equilibrio

Según el informe de la Bolsa de Cereales de Córdoba, 2024 marcó un hito para los hidrocarburos: la producción de petróleo —convencional y no convencional— alcanzó los 40,8 millones de m³, el mayor nivel en dos décadas.

La energía se consolidó como
La energía se consolidó como el segundo complejo exportador del país, detrás del sojero, y duplicó su participación dentro del comercio exterior nacional. REUTERS/Alexander Villegas

El gas natural también mostró un salto, con 50,8 mil millones de m³ anuales, recuperando los registros de 2008. Estos volúmenes permitieron reducir importaciones, incrementar envíos al exterior y sostener un saldo positivo que se afianzó en los últimos tres años.

El fortalecimiento de esta tendencia se explica por múltiples factores: mayor productividad por pozo, ampliación de ductos, la operación del gasoducto troncal que expandió la capacidad de transporte y un mercado externo más dispuesto a recibir crudo shale y gas natural.

El agro mantiene el liderazgo y acompaña la transición

Aun con el avance energético, el agro continúa como el principal generador de divisas. En promedio, los Productos Primarios y las Manufacturas de Origen Agropecuario representan el 60% de las ventas externas de los últimos veinte años.

En 2025, entre enero y octubre, el complejo sojero aportó USD 17.000 millones —el 26% del total exportado—, seguido por maíz y trigo, que también mostraron mejoras tras la recuperación climática.

El informe destaca que cuando la energía atraviesa períodos de menor producción o enfrenta mayores necesidades de abastecimiento interno, el agro funciona como sostén del superávit comercial, compensando caídas y estabilizando ingresos.

Una diversificación que apunta al mediano plazo

Las proyecciones oficiales ofrecen una mirada de largo alcance: hacia 2035, la balanza energética podría multiplicarse y alcanzar alrededor de USD 46.000 millones, impulsada por inversiones, ampliación de infraestructura y un mayor mercado externo.

De confirmarse este panorama, la agroindustria también se vería beneficiada por un flujo más estable de divisas, menores presiones cambiarias y una energía más accesible para la industrialización y la producción de insumos como fertilizantes.

El país podría así reducir la volatilidad de su estructura exportadora, con dos sectores fuertes que se retroalimentan: uno con tradición y escala global, y otro en plena transformación.

Fuente: Informe económico 460; BCCBA