Guido Pella: el día que decidió dejar el tenis, el apoyo incondicional de Stephanie Demner y cómo la paternidad cambió su vida

En Random, el ciclo de entrevistas de Infobae, el extenista explicó cómo, a pesar de haber logrado grandes éxitos en su carrera, como estar en el Top 20 del ranking mundial, no encontró la satisfacción que esperaba y se retiró antes de lo previsto. También se refirió a su experiencia con la fama, las críticas en las redes sociales y su rol como padre

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Guido Pella es un extenista profesional argentino. A lo largo de su carrera, se destacó por su participación en la histórica victoria de Argentina en la Copa Davis 2016, donde fue un jugador clave. En 2019, logró su mejor desempeño al ganar el ATP 250 de San Pablo, llegar a los cuartos de final en Wimbledon y alcanzar el puesto número 20 en el ranking ATP. También logró a una final ATP 500 y tres finales ATP 250.

Pella comenzó su carrera profesional en 2007 y, después de superar algunas lesiones y desafíos, logró alcanzar el Top 100 en 2013. Su primer gran avance fue en 2016, cuando alcanzó el Top 40 y se consolidó como el mejor tenista argentino en ese momento. Logró victorias notables sobre jugadores del Top 100, como Janko Tipsarević, Fabio Fognini y John Isner, entre otros. En su mejor momento, en 2019, logró posicionarse entre los 20 mejores del mundo, lo que marcó la culminación de su madurez y consistencia en el circuito.

A nivel personal, Guido Pella está casado con la reconocida modelo e influencer Stephanie Demner, quien es conocida por su presencia en redes sociales y su trabajo en el mundo de la moda. Juntos, forman una familia junto a su hija Arianna.

Guido Pella: "Viví lo máximo
Guido Pella: "Viví lo máximo que puede vivir un tenista y dije: '¿Es esto nada más?'". (Candela Teicheira)

Leo: — ¿Cómo es ser extenista después de haberte preparado toda tu vida para una cosa que te dio: fama, gloria, dinero y repercusión?

Guido: — Yo creo que bastante antes del retiro ya fui trabajándolo un poco con el psicólogo de ese momento y un poco internamente cómo iba a ser el momento en que yo decidiera dar un paso al costado y me di cuenta de que iba a ser algo que iba a demandar mucho más tiempo del habitual. Uno por ahí piensa que dice: “No juego más, me retiro y ya”. Pero yo hacía esto desde los 8 o 9 años y hoy tengo casi 35.

Leo: — ¿A qué edad te retiraste?

Guido: — Hace un año y medio. A los 33 años.

Leo: — ¿Es una edad joven para el tenis de hoy en día?

Guido: — Sí, me quedaban varios años por jugar.

Leo: — ¿Y por qué te retiraste?

Guido: — Hubo muchísimos factores, pero yo creo que la pandemia fue el principal. La pasé muy mal, me dejaron encerrado dos veces en menos de seis meses en torneos, me metieron un falso positivo de un entrenador mío y quedé encerrado en un hotel con custodia policial afuera, en Australia por una azafata que estaba adentro del avión nos encerraron a todos en una habitación que no tenía ventanas...

Leo: — Muy feo.

Guido: — Sí, muy feo. Además, tratándote como un delincuente.

Leo: — Más que pandemia era como estar preso.

Guido: — Sí. Yo nunca tuve nada, ni un estornudo en esos 30 días que estuve encerrado. Estuvo heavy. A partir de ahí me pasaron 20 años de vida en esos 30 días y dije: “Yo esto no lo quiero más”. Yo no disfrutaba mucho los viajes tampoco, entonces eso fue como un curso acelerado de despedida. Empecé a hablar con mis entrenadores y a decirles: “No quiero jugar más”. Ahí fue todo un proceso para decir chau.

Leo: — ¿Viajabas con tu familia en los torneos?

Guido: — En los últimos años sí. Me llevé a mis viejos, a Stephie, a mi hija y eso es un costo. Yo no era Roger Federer (risas). Hice una vida onda Federer, pero con un ranking bajo. Seguía ganando plata, pero todo ese gasto que yo asumí hizo que tampoco sea tan redituable seguir viajando.

Leo: — Pero te hacía sentir mejor, más contenido y disfrutabas más.

Guido: — Sí. Pero ahí también me di cuenta que era el final porque yo internamente dije: “Voy a ver qué pasa, viajando con mi familia, con todos los afectos”. Estar con mi familia después de jugar era increíble, pero lo mal que yo la pasaba entrenando adentro de la cancha no cambió. Ahí dije: “Ya está. No tengo nada más para probar. Esto es el final”.

Leo: — ¿Qué cosas te marcaron dentro del deporte profesional?

Guido: — Cuando yo llego a ser Top 100, que fue en el 2013, juego por suerte todos los Grand Slam de ese año, termina el año, hago un balance, que fue impresionante y me quedé como un poco vacío. Para mi jugar Roland Garros, US Open, era algo descomunal y me encontré con todos los sueños de mi infancia hechos, obviamente después quedaba ganar partidos, pero me faltó y decía: “¿Es esto nada más? ¿Ya está?”. Me costó aceptar que por ahí yo le puse demasiada expectativa a ese sueño, al llegar a ese lugar, competir en esas canchas. Yo jugué en 2013 con Novak Djokovic en mi primer Roland Garros. Arranqué fuerte. Viví lo máximo que puede vivir un tenista y dije: “¿Es esto nada más?”

Leo: — ¿Tuviste alguna crisis antes de la pandemia y la experiencia que contaste antes?

Guido: — Sí, en el 2014 dejé tres meses post Roland Garros porque no pude entender que esto que había vivido no iba a ir a mejor porque yo también atrás tenía la gente que me decía: “Aprevechá, disfrutá, es el sueño de muchos”, entonces toda esa presión que la gente te pone, cuando llegas a ese lugar y no es lo que todo el mundo te decía que iba a ser…

“No me gusta la crítica
“No me gusta la crítica malintencionada, por eso dejé de ver redes y me fue mucho mejor”, explicó Pella. (Candela Teicheira)

Leo: — Porque ellos no saben lo que es. El que lo está viviendo sos vos.

Guido: — A mí me mató. Entonces en ese momento dije: “Che,no puedo más”. Me volví a mi casa y fue una época recontra oscura de mi vida. Estuve tres meses en mi casa, mal.

Leo: — ¿Depresión? ¿Tristeza?

Guido: — Sí, deprimido. Estaba en mi habitación tirado. Tenía 22, 23 años. Ahí tuve una persona que me salvó la vida, que hoy es un preparador físico mega exitoso, Franquito Herrero, que se fue a Estados Unidos y es el entrenador de Tommy Paul. Él en ese momento vino a mi casa y me dijo: “Tenés que salir de acá. Vamos a correr”. Yo no creo mucho en Dios, pero hay algo que vino y no me preguntes por qué. Me quedé anotado en un torneo en un ATP en Colombia y me olvidé. Me llega un mail que había entrado en ese ATP. Yo estaba en mi casa tirado, pero hice las valijas. Era mucha plata, me compré un pasaje y me fui a Bogotá. Cuando llego gano en primera ronda, no tengo idea como, porque estaba sin entrenar, gordo. En la segunda me toca Raden Stepánek, que para mí era un ídolo y era top 10 o por ahí. Me gana, pero con un resultado digno y yo estaba ahí sin entrenar, desastroso y dije: “No puedo ser tan nabo”.

Leo: — Ahí repuntaste.

Guido: — Sí, ahí me fui a entrenar y en el 2015 ya me empezó a ir bien. En el 2016 me metí en Top 100.

Leo: — Te voy a llevar al terreno personal. ¿Cómo fue encontrarte con una chica que, al igual que vos, tenía su propia fama y empezar a ser noticia, pero ya no por el tenis, sino porque “estás de novio con...”?

Guido: — Yo a partir del 2018, que empecé a salí con Stephie dejé de ser el Guido tenista y pasé a ser: “El novio de…”, que no me molesta en lo más mínimo porque soy una persona que nunca le gustó la fama. Para mi la fama es destructiva si no la sabes manejar, especialmente porque no me gusta la crítica malaleche. Nunca la pude entender.

Leo: — ¿Te liquida cuando escuchas cosas en las redes o los medios?

Guido: — Y sí. Empezás a escuchar cosas como: “Le va a comer la billetera” o “perdió el partido por esto”. Esas cosas que decís: “Loco, si supieran que Stephie me banca un poco más a mí” y es todo lo contrario a lo que la gente piensa. Lo que sí dejé de ver fueron las redes y me fue mucho mejor. En 2019, que tuve el mejor año de mi carrera, fue una tranquilidad también decir por lo menos están hablando del tenis, que es lo que yo sé hacer. Fue el único año que hablaron más de mí porque hice cuartos de Wimbledon, me metí en el top, hice cuartos de Montecarlo, me fue muy bien y la gente empezó a decir: “¡Ah! Este jugaba al tenis” (risas).

“Dejé de ser Guido el
“Dejé de ser Guido el tenista y pasé a ser 'el novio de…' y no me molesta en lo más mínimo”, confesó Guido. (Foto: @stephaniedemner)

Leo: — ¿Cómo se apoyaron en esa época con Stephie? Porque ella también estaba creciendo en popularidad.

Guido: — Tuvimos bastante suerte porque más allá de que ella ya era conocida, su carrera como influencer despega en el 2020, cuando todo el mundo se fue para adentro, lo que eran negocios digitales picaron. Ella tenía una marca de maquillaje y explotó. A ella le vino espectacular y, a partir de ese momento, que fue lo peor que a mí me pasó al estar encerrado, ella despegó, entonces en ese sentido yo sentí una tranquilidad enorme de que ella iba para arriba. Además, teníamos un proyecto de vida juntos, yo sentía que dentro del tenis podía dar un poco más, pero no sé si estaba dispuesto a sacrificar todo lo que tenía que sacrificar.

Leo: — ¿Cómo es Guido Pella como papá del 1 al 10?

Guido: — Lo que pensaba que iba a ser como papá, lo cumplí. Al principio sí es difícil porque llora y no sabés qué hacer, tose, tiene fiebre y es todo muerte, pensás que se va a morir. Lo increíble fue que en el momento que yo decido dejar de jugar Stephie queda embarazada. Fue un guión perfecto de cómo se tenía que dar cada paso de mi vida en el momento que se tenía que dar.

Leo: — ¿Era más fácil creer que le podías ganar a Federer o ser papá?

Guido: — No, es más fácil ganarle a Federer (risas). Sí porque los miedos que vos tenés de lo que le puede pasar a tus hijos es jodido, en cambio si perdés con Federer te vas a tu casa. Como padre tenés que descubrir la forma de hacer sobrevivir a un ser humano que depende de vos. Pero es increíble y quiero tener más hijos. También fue increíble la posibilidad de haber estado en todo el embarazo de Stephie y haber estado en toda la vida de mi hija desde que nació. Hizo que fuera un cambio espectacular.

Leo: — Para terminar la entrevista quería dejarte un momento para hablar sobre Bahía Blanca. Sos de ahí y sé que estás colaborando y difundiendo para que todos puedan ayudar.

Guido: — Sí, gracias por el espacio. Ahora se viene la etapa más difícil porque Bahía va a necesitar reconstrucción de, como mínimo, todo este año y el año que viene. Entonces, todos los canales que nosotros vamos poniendo en Instagram son canales que van a estar abiertos para toda la gente quiera donar y esa ayuda va a ir directamente para reconstruir la ciudad. Porque ahora los medios están ahí y muestran lo que pasó, pero en unas semanas la gente se va a olvidar y hay que seguir difundiéndolo.

Leo: — Además de la naturaleza en sí, también es importante que las autoridades hagan lo que tengan que hacer para modificar la infraestructura y que no siga pasando.

Guido: — Necesitamos infraestructura porque es una ciudad que está muy abajo, en un pozo, entonces con una buena infraestructura los bahienses van a vivir mejor.