Yanina Latorre: “En el ambiente me gusta que me tengan un poco de miedo o respeto”

En una distendida charla con Infobae, contó cómo se prepara para conducir su propio programa en América, “Sálvese Quien Pueda”, a partir del 17 de marzo, a las 19 horas. El nuevo proyecto, en el que promete dejarlo todo, se suma a su programa de radio en El Observador y a su destacado rol en LAM. Además del fuerte año laboral, Yanina Latorre habló de su vida personal, la importancia que le da al sexo en la pareja y su relación con el dinero, entre otros temas

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Yanina Latorre: “En el ambiente me gusta que me tengan un poco de miedo o respeto”

Cuenta que tiene un sueño recurrente. Y es feo. Con esa palabra lo define, aunque no le otorga la entidad de una pesadilla. Yanina Latorre suele soñar que se queda “sin contenido”. Justo ella, que siempre pareciera tener la palabra justa a su alcance. Justo ella, la que encuentra un argumento donde cualquiera se toparía con un silencio. Justo ella, ¿quedarse sin contenido? Por eso el sueño es “un horror”. Y por si fuera poco, le aporta un desconcierto mayor: “Sueño que la gente no va a prender la tele”. Describe entonces la sensación: “¿Viste cuando sos chiquito y hacés un cumpleaños, que no va a haber ningún invitado…?”.

Vaya uno a saber qué jugada le ensayará el inconsciente al dormir. Imposible saberlo para quien hizo terapia una sola vez en la vida: al separarse sus padres. “Lloré tanto… -recuerda-. Si no iban a volver, lo tenía que entender. No quiero decir que no creo en la terapia, no digo que no la necesite. Pero estoy bien como estoy”.

—¿Y estas otras terapias alternativas, que cada vez aparecen más?

—¿Como qué? ¿De concha seca? Mi terapia es el vino a la noche. Y trabajar.

El 17 de Marzo llega
El 17 de Marzo llega salvese quien pueda con la conducción de Yanina Latorre

Habrá que creerle. Porque además de su destacado rol en LAM -con Ángel de Brito- y en la radio -El Observador, con Luis Majul-, a partir del 17 de marzo Yanina conducirá su propio programa en América. Sálvese Quien Pueda irá a las 19 y la acompañarán tres panelistas: Lizardo Ponce, Fede Popgold y… alguien más. Todavía no está definido. Falta. Lo que no faltará en SQP es el contenido. Sueños al margen.

“El proyecto está buenísimo: me encanta un programa sola, donde yo pueda hablar, que Ángel no me corte el micrófono. Y va a ser de opinión, no de información: un resumen a lo Yanina de los temas del día. De actualidad, pero más virado al espectáculo. Un programa corto, con humor, con gente joven”, adelanta la flamante conductora. “Estoy chocha, estoy contenta. ¡Pero con un miedo!”.

—¿Por qué?

—Tengo un exceso de responsabilidad. Da la sensación de que todo me chupa un huevo: el debate televisivo, la pelea y todo eso que no me llega. Pero mi laburo no me chupa un huevo. Y así como en la radio y en LAM lo doy todo, quiero que todo salga perfecto. Entonces, obviamente, tengo miedo.

—Si le pregunto sobre vos a la gente que trabaja en tu equipo, ¿qué me van a decir?

—Soy cero pesada. Cero. Preguntales. No molesto nada. Todo el mundo le dice a mi marido: “Che, te vuelve loco, habla sin parar”. Y yo en mi casa no abro la boca. A las chicas no les dirijo la palabra ni cuando me maquillan. Hablo tanto al aire que después me meto (adentro). Sé delegar porque confío en (la productora) Mandarina, en el equipo, en todo lo que tengo alrededor. Sí soy la que decide último, pero son decisiones que para mí, son de vida o muerte. “¿Qué querés: sillón, escritorio o silla?”, y ahí se me va la vida.

—¿Y qué va a ser: sillón, escritorio o silla?

—Voy a tener una parte parada y otra parte con escritorio. Y me falta el tercer panelista. Para mí es de vida o muerte, por eso no lo tengo. Quiero que desde el primer día todo sea perfecto. Y no le tengo miedo a pararme y conducir: quiero que esté bueno el programa, que tenga un buen contenido.

SQP va a necesitar que pasen cosas. Y en Argentina siempre pasan cosas...

—La gente me habla del Wandagate. En las redes un día dicen que me paga Wanda, otro día me paga la China, el otro me paga Icardi. Lo que no entiende la gente es que la novela, yo la hice entretenida. A mí los tres personajes me chupan un huevo.

—¿Alguien te quiso pagar alguna vez?

Nunca nadie me ofreció plata. Jamás en la vida. Si me ofrecés, corrés el riesgo de que yo lo cuente, porque soy tan honesta que ese tipo de cosas sí las contaría. A mí nunca nadie me tiró los perros: soy un bagre o tienen miedo a que yo lo cuente. Esto existe en el ambiente: me gusta que me tengan un poco de miedo o respeto.

—¿Qué le dice esta Yanina a aquella otra que empezó en Twitter?

—No lo puedo creer. No sé cómo llegué hasta acá. Yo creo que fue mi naturalidad. Y que no me lo propuse. Empecé de casualidad. A mí me gusta contar, entretener. Yo te hago un cuentito, como hice el Wandagate: necesito hablar con todos, y ponerle sal y pimienta, y que el otro tenga ganas de seguir escuchándome. De chicos, a mis hijos les contaba cuentos que me los inventaba. Bueno, acá no invento información, pero floreo. Y todo el mundo termina hablando como yo hablo. Gracias a esa tuitera, acá estoy, amor.

—¿Y a la niña que fuiste, qué le dirías?

—Soy la misma. Lo único, de chica era reprimida y gracias a Dios pude salir de la represión. Soy de la época de la Dictadura, fui a un colegio de monjas en Belgrano donde todo era un pecado. Y me liberé: liberé los mandatos, liberé el no poder ser, el no poder decir. Las monjas no te dejaban vivir, todo era de puta. Yo fui muy reprimida, muy concha seca, por eso uso tanto el término y lucho contra eso. Todo era el deber ser: las vacaciones, casarte, tener dos pibes… Yo hice esas cosas. Pero un día me liberé. Y empecé a hablar y a ser yo.

—¿Pero fue una infancia linda?

—En mi casa sí. El tema es que yo no quiero volver a esas amigas, a esos grupos en los que tenías que no ser vos para pertenecer. Cuando era chica no me quedaba otra que ir al colegio al que mi mamá me mandó y fumarme esas minas de los seis a los 17 años. Una sola me quedó.

—¿Es liberador decir todo?

—Todo, todo, todo, porque yo ya era así y ellas me criticaban. Creo que les molestaba mi personalidad porque hubieran querido ser como soy yo: que digo, que discuto, que peleo. Cuando creo que tengo razón, yo te peleo hasta la muerte.

Yanina Latorre: "Diego es mi
Yanina Latorre: "Diego es mi compañero de vida, mi marido, mi novio, mi amigo"

—¿Con Diego Latorre también?

—No, con Diego no peleo. Diego es mi compañero de vida, mi marido, mi novio, mi amigo. Diego y yo somos un proyecto de vida.

—¿Te sigue gustando?

—Sí, me encanta. Nunca le metí los cuernos. No por buena, sino porque me gusta él. Y porque así como estoy, estoy bien.

—¿Nunca tuviste ganas?

—No.

—¿Oportunidades?

—No. Prefiero masturbarme.

—¿Seguido?

—Y… a veces me masturbo.

—¿Tenés juguetes?

—Sí. Antes los usaba, ahora ya no. Mis compañeras de colegio no se tocaban y así terminaron: no salieron del Facebook. Uno tiene que disfrutar de la vida, gozar, gratificarse. Y si no te conocés, si no te autosatisfacés vos, no te puede satisfacer nadie.

—¿Algún truco que le quieras dar a la gente?

—Odio cuando dicen “el bidet”. Los dedos son hermosos. Y aparte cada mina encuentra el orgasmo de manera diferente.

—¿El sexo con tu marido hoy es importante?

—Mucho mejor que al principio. Después de 30 años, esas que te dicen que el 90% de la pareja es sexo… El 90% de la pareja es bancarlo, reírte, charlar, comunicar. Nuestra vida fue cambiando: yo hoy estoy en un lugar popular y en un tema laboral muy fuerte, que Diego ya lo pasó cuando era jugador. Y Diego ahora supo ser el marido de Yanina. Eso es lo que más me hace amarlo, porque hay tipos que el ego… Hay Icardis que quieren que no trabajés, que no vayas a Bake-Off, como decía Wanda.

Yanina Latorre: "Primero soy madre
Yanina Latorre: "Primero soy madre y después persona".

—¿Diego se bancó ser el marido de Yanina?

—Sí. Respeta lo que trabajo, lo que gano, que no esté nunca, que llegue retarde, a las 23, de malhumor. Y él me espera y me persigue. Abre una latita de atún. Y sí, sabe ser el marido de Yanina.

—¿La plata te importa?

—Sí. Un montón. Soy reambiciosa. Trabajo por plata: me encanta lo que hago, pero si no me pagaran bien me quedo en mi casa. No soy barata. Le doy muchísimo valor al dinero. Y me gusta gastar, pero más me importa guardar.

—¿Y sos buena invirtiendo?

—No soy mala. Soy contadora pública y estoy con esto desde que me casé con Diego: le manejé todo a él y creo que aprendí. Y un poco los estoy guiando a mis hijos. Dieguito me parece el más vivo de la familia y el más ambicioso, porque Lola y Diego padre son bohemios. Yo de bohemia no tengo un pelo. Yo te mato por diez centavos.

—¿Vos negociás tus contratos?

—Sí.

—¿Tenés claro lo que valés?

—Sí. Tengo reclaro lo que valgo y lo que genero. Y lo respeto un montón. Al aire yo lo doy todo.

—¿Cuál fue la mayor pelea que tuviste con tus chicos?

—No somos una familia peleadora. Con Lola si me enojo: porque llegó tarde, porque no me avisó, porque está el cuarto desordenado. Y me pide disculpas. A Dieguito me cuesta más retarlo porque tiene mi mismo carácter, entonces se me para de manos.

—Se te cae la baba con tus hijos.

—Primero soy madre y después persona.

Yanina y Diego con Lola
Yanina y Diego con Lola y Dieguito bebé.

—Cuando llegue el momento, ¿estás dispuesta, así como Diego fue el marido de Yanina, a ser la mamá de Lola y Dieguito?

—Sí. Para mí, primero es Lola… Las veces que estuvo en la tele o en el Bailando, nunca me subí, nunca hablé, nunca le hice una previa. A Dieguito no le interesa la vida popular; él va por otro camino. Lola sí. La reina de la casa, la diosa, es Lola. Me escribe al aire: odia que me peleen. Y las odia: me dice “esa que no sé qué”, y empieza a darle a la otra. Le digo: “Tranquila, me la como en dos panchos”. Cuando llego a mi casa están todos así, que les sale el fuego por los ojos. Pero yo, cuando se apagó la cámara… Es un show. Me encanta generar ese conflicto.

—¿De qué no hablás al aire? ¿En qué tema decís: “Acá no entro”?

No doy información sensible en cuanto a niños: nunca hubiera pasado los audios ni los chats de los hijos de Wanda. Los tengo desde el primer día, Wanda me los dio para que los pase, y se tuvieron que filtrar por otros periodistas. Ese es mi límite: el sufrimiento de los chicos. Ahí no me meto.

—¿Y si tenés una primicia sobre algo de salud?

—La doy, sí. Hay cosas que son mucho peores que dar una primicia de salud.

—¿Embarazos?

—Le pregunto a la embarazada cuando me entero y lo cuento a partir de los tres meses, pero le pido por favor que me lo guarde para mí y que me deje dar la primicia. No es que la amenazo: no creo ni en la amenaza, ni en la extorsión. Y siempre que me entero algo, lo aviso. Y no rompo familias. Cuando me enteré lo de Nicole Neumann con Cubero y que tenía un amante, hasta que no estuvieron separados y lo supieron todos, no lo hablé. Igual les avisé a todos que lo iba a contar. A todos menos a la amante: ¡que se joda! Me enoja la amante que se sienta a contar que estuvo con un casado. Me enoja lo que hace (Cecilia) Milone.

—La falta de código.

—Claro. Yo puedo salir con un tipo casado, pero jamás se lo contaría a nadie, ni amenazaría a la mujer, ni llamaría a Cecilia Oviedo (la exesposa de Nito Artaza) como la llamó, ni iría a tocar el timbre de un amante en el lecho de muerte, como hizo con Chico Novarro. No lo puedo creer… Flaca, ya sabés que te estás garchando a un casado. No rompas los huevos.

—Plata no te ofrecieron. ¿Pero te pidieron por favor que no digas cosas?

—Sí. Y no las cuento. Hay gente que se olvida que la ayudé. Mucha gente. Mucha. Les frené temas porque había hijos.

—Diez años de LAM. ¿Quién fue la peor angelita con la que compartiste?

—Evelyn Von Brocke no es buena persona. Nancy Pazos es infumable pero no la considero un ser despreciable. Podemos pensar distinto pero no es traidora. Y Estefi Berardi me parece una inútil, mala persona y cero profesional. De LAM la rajaron por inútil, no por mí. Es mentira que renunció. Te rajan.

Yanina Latorre: "Ángel es la
Yanina Latorre: "Ángel es la persona que más me conoce"

—Con Ángel son un matrimonio televisivo instaladísimo.

—Sí. Es la persona que más me conoce.

—¿Se pelearon alguna vez?

—Nunca. Ni un sí, ni un no, ni una discusión. Nunca jamás me molestó algo de él. Y creo que a él tampoco de mí, porque como es Ángel, me lo hubiera dicho.

—Le escuché decir que él tiene más confianza en vos, que vos misma.

—Eso es verdad. Voy a hacer este programa porque él me dijo que yo debería hacerlo, y que tiene ganas de verme. Si yo le gusto a él, que es tan exigente, me ve todos los días de su vida desde hace diez años y me soporta el aire, debe ser porque hay algo que tengo para dar que todavía no di.

—¿Le pediste alguna vez que saque a alguna angelita o que no contrate a alguien?

—Jamás. Yo confío en mi talento. No necesito pedir nada a nadie.

—De las que están en esta temporada, ¿quién es tu preferida?

—¡Ay, qué buena pregunta! Me agarré con todas… Me gusta mucho Laura Ubfal. Amo a Julieta Argenta: es mi polla, la descubrí. Marcela Feudale es hermosa. Todas me caen bien. (Ximena) Capristo viene a pelear con todas. Decí que ya la quiero, sino, a veces…

—¿Y la que menos te gusta?

—En este momento no me molesta ninguna. Y un poco que se fue perdiendo… Hubo momentos donde éramos un grupo de cuatro, cinco o seis donde había un vínculo: había salidas a comer afuera, las invitabas a los cumpleaños. Antes eran como parte más de la familia. Ahora no. Pero no hay mal clima, para nada, salvo Feudale y Matilda (Blanco), que se pelean en serio. Matilda y Capristo también. Ahí te das cuenta de que soy un ser de luz: no me voy a poner a pelear por maquillaje. Me caen todas bien y me gusta lo que generan todos. Está muy lindo el programa. Nos está yendo muy bien.

—Este será un año de mucho trabajo.

—Este año va a ser solamente de trabajo. Es una inversión.

—Pero va a llegar julio y te vas a ir, ¿vas a respetar eso?

—En julio me voy a ir de vacaciones. Yo no hipoteco mi vida porque nadie es indispensable: cuando te tienen que dar una patada en el culo, te la dan. Y no voy a dejar de vivir. Marina Calabró ahora ya se relajó un poco porque está caliente con (Rolando) Barbano, pero antes no te viajaba, en la época de Lanata sin filtro, cuando todas se mataban por dos minutos de aire, “que ella habló ocho minutos, yo hablé seis y medio”. Ninguno quería dejar esa silla lanatesca, y ahora que Lanata no está más, ninguno quedó en la silla. ¿Me entendés lo que te quiero decir? Hoy estamos, mañana no estamos. Entonces, primero mi disfrute: los viajes, las vacaciones, mi marido y mis hijos.

Yanina Latorre: "Si fuera por
Yanina Latorre: "Si fuera por Diego tendríamos cuatro. Yo me opuse, terminantemente. Dos hijos es lo que yo puedo abarcar".

—¿La ves casada a Lola?

—Re. Susanita. Ya le dije que no tenga 200 pibes... que los voy a cuidar yo.

Mi marido es un gran niñero. Diego nació para ser padre. Para él, que los chicos tengan 20 años es dramático… A él le gusta cuidar bebés.

—¿Diego quiso tener más hijos?

Si fuera por Diego tendríamos cuatro. Yo me opuse, terminantemente. Dos hijos es lo que yo puedo abarcar. Pero él hubiera tenido más chicos, por eso la obsesión que tiene con los perros: son sus bebés.

—¿Te dan ganas de ser abuela?

—Sí. Me encantaría. Y me gusta la palabra abuela. No tengo temas con la edad, ni con la menopausia, ni nada.

—Estás espléndida.

—Me rompo el lomo para estar bien. Entreno, como muy sano. Tomo vino de noche y tengo alguna gratificación cuando salgo, pero soy sana y me cuido un montón. Duermo, tomo tres litros de agua por día, voy a la dermatóloga. Creo que estoy envejeciendo con dignidad. Yo era una mina a cara lavada, toda la vida. Creo que mi primer maquillaje fue el día de mi casamiento. Y después, por mucho tiempo, no me maquillé. Con el tiempo aprendí a explotar lo mejor de mí: tapo esto, muestro esto, y tengo un equipazo que me maquilla y me peina todos los días. Soy muy detallista, pero lo hago por mí: cuando me siento linda me siento mejor. En casa estoy con jogging y a cara lavada. Pero elijo lo que vos ves en redes; no lo tengo ni editado, ni me photoshopeo, ni me filtro, ni nada.

—¿Sos amiga de Tinelli?

—Soy amiga de Marcelo, sí. Hay cosas que no comparto, pero sí, me hice muy amiga. Es un muy buen tipo, un amigo entrañable.

—¿Y cómo lo ves ahora?

—Lo veo bien. Creo que le va a costar volver a la tele. No sé si va a volver a hacer el Bailando, que es un formato que está un poco agotado. Pero él está bien, es un tipo joven. Me gusta Millet (Figueroa), me parece divina, pero no es una mujer para él. Marcelo tendría que asumir de una vez por todos que le convendría una mujer más grande, que se siente y le revuelva un arrocito, para charlar, viajar y tener otra vida. Milett tiene 30 años, está en pleno crecimiento, es lógico: quiere conducir en Perú, bailar acá, ser jurado. Y ahí se mezcla el vínculo del amor y del interés.

Yanina con Dieguito y Lola.
Yanina con Dieguito y Lola.

—¿Milei, te gusta?

—Hay días que sí y hay días que no. No me gusta últimamente cómo están comunicando. No me gusta lo que pasó con (Santiago) Caputo. (Facundo) Manes me parece otro pelotudo, pero Milei a veces no entiende que es el presidente de los argentinos. Yo también soy peleadora y disruptiva, pero no soy presidenta. Tiene que entender que ese Twitter divino que tiene, que tal vez ayudó a que él sea presidente, hoy es el Twitter del Presidente de los argentinos, y no puede meterse con Lali, con María Becerra, porque hay un tema de poder en donde la pelea queda despareja. Milei no tiene que pelear con Lali Espósito: que vaya a pelear con los corruptos y los chorros. Ella es víctima del sistema, obviamente.

—Con Alberto Fernández te escribías, era una fuente.

—Era una fuente.

—Consultabas.

—Consultaba. Me llegó a caer muy bien. Le creí en ese momento en que denunciaba todo lo que denunciaba de los K. Un día me invitaron como periodista al evento de una chica trans a la que le habían dado el documento y le digo: “¿Qué hacés acá?”. Y él, canchero, pero ahí te das cuenta de que es un idiota, me dijo: “Confía en mí. A estos boludos me los voy a coger a uno por uno. La usé a ella (por Cristina) para llegar al poder. Voy a manejar todo yo”. Amor, mirá cómo terminó... Se lo comió la soberbia o la sed de poder. ¡Cómo se rió de nosotros, cómo nos forreó! Fue un desastre como presidente. Un desastre en la pandemia, con el vacunatorio VIP. Encima, violento. Y Milei para mí no es eso: creo que no es chorro, que no es corrupto. Creo que tiene muy buenas intenciones. No lo voté: ese fin de semana me fui a Jujuy. No hubiera votado nunca más; antes me corto las manos.

—¿Te fuiste para no votar?

—Claro. Milei me parecía un meme caminando.

—¿A Milei le escribís, lo tenés como fuente?

Le escribo y me contesta. Y me llevo rebien. Creo que la macro está muy bien, pero ahora hay que empezar a pensar un poquito en la sensibilidad de la gente. Igual, al lado de lo que teníamos, me quedo con esto hasta el fin del mundo…

—¿El clima social, cómo lo estás viendo?

—Y… está pesado. La gente se está cagando de hambre. Está muy violenta. Pero no nos estamos cagando de hambre ahora: esto viene de muchos años de arrastrar y arrastrar… Con estos, mal que mal la inflación bajó y hay un montón de cosas que están mejorando. Pero es muy macro: el tipo que va a la panadería o a la verdulería todos los días, todavía no lo siente.