Arturo Puig: “No puedo creer que no pueda verla más a Selva, se me aparece todo el tiempo”

Después de 50 años de convivencia con Selva Alemán, atraviesa un momento muy difícil, todo lo angustia, todo lo shockea y le cuesta llamar para pedir ayuda. A cada momento piensa en ella, fue el centro de su vida y la extraña muchísimo. Por qué decidió tirar las fotos de los viajes que hicieron juntos. Cómo será su nueva vida

Guardar
María Laura Santillán Con Arturo Puig

Es uno de los actores más reconocidos y más queridos de la televisión, del teatro y del cine. Atraviesa hoy uno de los peores momentos de su vida, la muerte de Selva Alemán, su mujer, su compañera durante 50 años. Se conocieron allá por 1974, durante la lectura del guión de una telenovela. ¿Cómo es la vida con la permanente presencia de la ausencia? Sus trabajos en la tele son incontables, “Atreverse”, “Grande, Pá”, “El Rafa”, “Primicias” y muchos más hasta hoy como el papá de “Envidiosa”. En teatro “¿Quién le teme a Virginia Woolf?”, “Panorama desde el puente”, “Cristales rotos” y “Rompiendo Códigos”, “La mujer del año”, “Sugar”, “Le prenom”, “El precio”, como actor o como director. Y la última obra de teatro junto a Selva, “Largo viaje de un día hacia la noche”.

– La última, una obra extraordinaria de O’Neill, maravillosa. La verdad que fue raro y nos fue muy bien en el Teatro San Martín.

– Muy difícil este tiempo que estás viviendo desde que se murió Selva, ¿quizás podría acompañarte un poco hacer teatro?

– Sí, es probable. Un amigo divino, Carlos Rottemberg me insistió mucho en que hiciera teatro, pero era muy pronto para hacerlo. Después de la partida de Selva no estaba en condiciones. Y ahora voy a hacer una serie, eso me tiene muy, muy entusiasmado. Cuando la termine tengo ganas de hacer un unipersonal en teatro.

“NO PUEDO CREER QUE NO PUEDA VERLA MÁS A SELVA, SE ME APARECE TODO EL TIEMPO”

– ¿Estás mejor? Estabas muy, muy triste estos meses.

– Sigo, sigo. Es muy difícil para mí. No puedo creer que no pueda verla más a Selva. Se me aparece todo el tiempo. Ella fue el centro de mi vida, así que la extraño mucho, muchísimo.

María Laura Santillán con Arturo Puig - EL DOLOR INMENSO Y EL MOMENTO MÁS DIFÍCIL: “NO PUEDO CREER QUE NO PUEDA VERLA MÁS A SELVA”

– El centro de tu vida durante décadas.

– Sí, durante 50 años de convivencia. Además, últimamente estábamos en un momento muy bueno, los dos. De trabajo, de llevarnos muy bien, estábamos muy, muy felices.

“AHORA QUE NO ESTÁ, ME SIENTO MEDIO PERDIDO”

– Hace unos cuantos años, fui a entrevistarlos a la casa divinísima que compartieron, era muy placentero verlos juntos.

– Sí, la pasábamos muy bien. Parece mentira, pero creo que era muy importante la convivencia. Pero ahora que no está, la verdad es que yo me siento medio perdido.

– ¿Desde la mañana hasta la noche?

– Y sí, de la mañana hasta la noche. Vivíamos en una casa divina, por un lado, pero por otro lado muy grande para mí. En este momento está mi hijo viviendo conmigo porque está medio separado.

“A CADA MOMENTO PIENSO EN ELLA, QUÉ HARÍA, QUÉ NO HARÍA”

– ¿Es más difícil vivir en la casa de siempre? ¿En el mismo lugar que vivías con Selva?

– Es difícil porque está lleno de fotos de ella y a cada momento pienso en ella. Qué haría y qué no haría.

María Laura Santillán con Arturo Puig - “A CADA MOMENTO PIENSO EN ELLA. PONGO UNA PELÍCULA Y CADA DOS MINUTOS ME DOY VUELTA PARA COMENTARLE"

– Ante cualquier cosa de la rutina, en cualquier momento.

– Sí. Me ha cambiado mucho la rutina, porque yo era medio mimado por ella. Y ahora tengo que pensar en la comida, en lavar los platos (se ríe).

“PONGO UNA PELÍCULA Y CADA DOS MINUTOS ME DOY VUELTA PARA COMENTAR ALGO CON ELLA”

– Pensaba en las conversaciones que tenían.

– Por ejemplo, a la noche pongo una película o una serie y cada dos minutos me doy vuelta esperando su comentario con la escena de un actor o por cómo está vestido. Me doy vuelta porque venía el comentario con ella, ¿no? Es muy difícil, muy, pero muy difícil.

– Hasta que te des cuenta que Selva está adentro tuyo y que ese comentario lo conocés igual aunque no esté físicamente.

– Sí, por supuesto, pero todavía, me es muy reciente. Me parece que fue ayer.

– Para la escena teatral la pérdida de Selva Alemán es muy grande. Imagino que en lo familiar es inconmensurable.

– Sí, la verdad que sí, su partida fue como un impacto, fue algo impresionante. Y sí, ella era para mí la mejor actriz argentina.

– Para mucha gente. Pero además vos y ella parecían eternos, inmortales, los dos dueños de mucha vitalidad.

– Lo que pasa es que fue tan de golpe e inesperado, porque ella en realidad no sufría del corazón. Tenía una arritmia, pero era muy prolija con las pastillas, con esto, con lo otro. Yo ni me imaginé que era un infarto porque sentía un dolor de estómago, se empezó a sentir mal y llamé al médico. Vino un médico, hizo el chequeo y no pasó nada. Al rato se desencadenó todo. Y yo estoy bastante ocupado, quiero vender la casa. Imagínate que con la ropa de Selva puedo poner cuatro boutiques porque es impresionante, no sé qué hacer con toda esa ropa.

“ESTOY TIRANDO MUCHAS COSAS, MUCHAS FOTOS JUNTOS, VIAJES QUE HICIMOS JUNTOS”

– Qué fuerte que es tomar cada una esas decisiones. Ver todas sus cosas te acerca a Selva, y a la vez te lastima.

– Muy fuerte. A veces entro al placard, al vestidor, y me acuerdo patente de tal tapado, de tal ropa, de tal cosa que le compré o le traje de algún viaje. Estoy tirando muchas cosas, fotos, cantidad de fotos.

– ¿Por qué estás tirando?

– ¿Porque, quién las va a ver? ¿Los hijos y los nietos después? No, no, entonces estoy tirando mucho. Las miro, son viajes que hicimos juntos.

– ¿No las querrás ver nunca más?

– No, no es que no las quiera ver más. Digo, ¿para qué? Ocupan mucho lugar. Además estoy tirando pilas de obras de teatro.

– Son muchos objetos.

"A veces entro al placard,
"A veces entro al placard, al vestidor, y me acuerdo patente de tal tapado, de tal ropa, de tal cosa que le compré o le traje de algún viaje", contó Arturo Puig (Fotos de Candela Teicheira)

– El otro día me enojé con ella.

– En ausencia.

– En ausencia. Abrí un placard y ví una bolsa, la abrí y adentro había unas cadenitas. Dije, qué hace esto acá, por qué no está en otro lugar.

– ¿En voz alta?

– Sí, obvio. “¿Pero por qué ponés estas cosas acá?” “Siempre fuiste una desbolada con estas cosas”. Hoy encontré un micrófono dentro de un placard. ¿Qué hace un micrófono? Así me está pasando todo el tiempo, encuentro cosas y digo, ¿qué es esto? En cada placard que abro, no tenés idea de la cantidad de cosas que hay. “Por qué me dejaste esto a mí.” Jajajaja.

– No te enojes, no estaba en sus planes.

– Evidentemente no. Estaba en los planes vender la casa, eso sí, porque es una casa muy grande incluso para los dos. Es una casa divina, pero no tiene sentido que siga viviendo ahí.

– Es muy difícil qué hacer con los recuerdos, por un lado te acompañan y por el otro te atan y duelen.

– Duele, duele, duele. Me duele mucho. Sí, la verdad que me duele mucho, mucho, mucho.

– ¿Quizás en otro lugar podrás armar otras rutinas, nuevos recuerdos?

– Creo que sí, que en un departamento más acotado, para mí solo. Estoy buscando por el barrio porque estoy muy acostumbrado al Bajo Belgrano.

– Todo de nuevo ¿Qué imaginás hacer en un futuro cercano? ¿Teatro? Dar clases?

– Este jueves empecé a dar clases una vez por semana, me gusta mucho. No estoy como para aprender la letra de una obra. Voy a hacer la serie, estoy muy contento con eso, después veré lo del unipersonal. Mauricio Dayub, que está haciendo maravillosamente “El equilibrista” y “El amateur” me aconsejaba que hiciera un unipersonal.

– ¿Estar con otros actores y con gente del medio es la mejor terapia?

– Impresionante, llamo por teléfono y voy a comer con amigos. El otro día fue maravilloso, fuimos a comer con Alberto Martín, Germán Krauss, Pablo Alarcón y Antonio Grimau. Una mesa…

"Este jueves empecé a dar
"Este jueves empecé a dar clases una vez por semana, me gusta mucho", dijo Arturo Puig en entrevista con María Laura Santillán

– Una generación.

– Con carreras muy parecidas y con vivencias muy parecidas. Uno de ellos lo publicó en Instagram y tuvo 4 millones de visitas y mensajes maravillosos. Ahora la vamos a repetir todas las semanas. Vamos a ir a distintos lugares, Alberto Martínez, el que se encarga de eso.

– ¿Se rieron mucho?

– Nos hemos reído como locos. Imagínate que con Germán empezamos haciendo fotonovelas.

– En el siglo XVIII.

– No se puede creer, fotonovelas. Nos acordábamos que íbamos a la calle Rivadavia y Alberto se acordaba de todo. Con Germán yo me tenté en un momento y él se enojó mucho conmigo, nuestro primer encuentro fue casi una pelea. Después nos hicimos íntimos amigos.

– Hay que recuperar eso entonces porque te da alegría .

– Sí, hay que recuperar eso. Hablamos mucho por teléfono, eso sí.

– No es lo mismo. Somos old fashion, nos gusta la cosa presencial.

– Total y absolutamente y además fue una noche maravillosa.

– Selva era un amor, tenía como un motor propio y además te mimaba. ¿Cómo es ahora? ¿Estás cuidando tu salud?

– Selva era bárbara, una compañera divina. Yo soy medio fiaca, en ese sentido es tremendo porque me tengo que acordar de tomar tal pastilla, era ella la que me decía: tomá esto, tomá lo otro. Es una nueva vida, una nueva vida en todos los aspectos.

“TODO ME SHOCKEA. TODO ME ANGUSTIA.”

– ¿Los nietos qué presencia tienen?

– En este momento, ahora, el más chiquito está en casa, es para comérselo, me vuelvo loco con él. Por otro lado como Selva lo cuidaba mucho y él con Selva era tremendo entonces eso me shockea un poco. Todo me shockea.

– Todo te angustia.

– Todo me angustia. Son momentos de angustia.

– A cada rato.

– Sí, a cada rato. De golpe salgo y de golpe me vuelve otra vez.

– Hasta que sea cada vez un poquito más espaciado. Tenés infinidad de amigos en el medio, uno es Ricardo Darín.

– Ricardo estaba en España, me llamaba todos los días para saber cómo estaba. La última vez que lo vi fue por el tema de la hermana (n de la r: la muerte de Alejandra Darín). Nos dimos un gran abrazo, nos miramos y dijimos: no digamos una sola palabra.

“ME CUESTA LLAMAR PARA PEDIR AYUDA”

– ¿Vos llamás cuando estás triste?

– No, no.

María Laura Santillán con Arturo Puig - “TODO ME ANGUSTIA. TODO ME SHOCKEA. ME CUESTA LLAMAR PARA PEDIR AYUDA, ME METO PARA ADENTRO”

– ¿Te metés para adentro?

– Sí, me meto para adentro. Sí, trato de distraerme, de ver un poco de televisión, de leer un poco. Sí, me cuesta llamar para pedir ayuda, me cuesta. Soy medio ermitaño en ese sentido.

– ¿Rumiás el dolor solo?

– Sí, me cuesta salir. Siempre me costó salir.

– Cuando trabajaste en “Envidiosa” Selva vivía, se debe haber divertido mucho.

– Sí, mucho, fueron tres escenas muy lindas. La serie tuvo un éxito impresionante y yo me había olvidado que las había hecho.

– Te empezaron a conocer los más jóvenes. Vas a hacer una serie que se verá por streaming, ¿tenés la ilusión de llegar a otras generaciones?

– Sí, me divierte mucho eso. No puedo decir nada porque uno firma un acuerdo de confidencialidad.

– Te conoce todo el país Arturo Puig. Todas las generaciones, todas las clases sociales.

– Pues sí, es verdad, fueron muchos años. Es terrible que no haya más ficción en los canales para poder entrar en la casa de la gente. Porque las plataformas son geniales, son como películas, pero hay que ver si la gente las ve. No es lo mismo que antes, que a las nueve o a las diez de la noche se prendía el televisor y uno entraba y era parte de la familia.

“TODO EL MUNDO ESTÁ HACIENDO TEATRO PORQUE NO HAY OTRO LUGAR”

– En todo el país.

– En todo el país, programas exitosos había muchos. Se han terminado, no lo digo por mí sino lo digo por actores más jóvenes, el héroe familiar y la heroína. Se perdió eso y no sé si va a volver. Hay muchos actores sin trabajo, por suerte nos estamos refugiando en el teatro. Todo el mundo está haciendo teatro porque no hay otro lugar.

"Es terrible que no haya
"Es terrible que no haya más ficción en los canales para poder entrar en la casa de la gente", expresó Arturo Puig (Fotos de Candela Teicheira)

– En tiempos de poca plata en el bolsillo mucha gente hace el esfuerzo de ir al teatro.

– Sí, yo creo que a la gente le gusta mucho ver a nuestros actores y a nuestras actrices.

– ¿Qué te pasa cuando te recuerdan que fuiste el protagonista de uno de los programas de más rating más alto de la historia de la televisión? Son números impresionantes, son comparables a los números de un Mundial de fútbol. ¿Lo padeciste o lo podés llevar con orgullo?

– Al principio me pasó un poco eso. Yo vi una película que se llama Hollywood Land, es la vida del primer Superman, que fue en blanco y negro en la televisión. El tipo no pudo salir nunca de ser Superman. A tal punto que había hecho un papel muy importante en “Lo que el viento se llevó” pero cuando hicieron la la preventa de la película, la gente empezó a gritar: ¡Superman! ¡Superman! Y lo sacaron, y el tipo terminó suicidándose. A veces esos grandes éxitos te encasillan de una manera que la gente, los productores y directores no te ven en otra cosa que no sea esa. A mí me pasó un poco, Yo sé que me perdí varios personajes porque la gente decía “es ese padre bueno’.

– Que fue “Grande, Pá!”. Y no podías salir de ahí porque era muy popular.

– No podía salir de ahí. Me salvó Arthur Miller con la última obra que escribió, “Cristales rotos”. Ahora ya no me molesta, al contrario me parece genial que me digan “grande pá” todavía. Una vez iba caminando con Leyrado, pasó un taxi y gritó “grande, pá! Y me dijo: es como un saludo el nombre de la novela. Además lo usaron para la política, para el deporte.

– Era un personaje muy blanco, te quería todo el mundo.

– Sí, una comedia blanca, blanca. Ese padre que corría detrás de las hijas y las cuidaba. Sí, era bárbaro.

Así es Arturo, como aquel personaje blanco. Es sincero y no disimula sus emociones, ni su profunda tristeza ni su brutal desconcierto. Y a pesar de todo, no deja de ser cálido con los que se le acercan. Es querible Arturo, muy querible.