Carlos Enciso Christiansen deja la Embajada de Uruguay: “Pudimos generar más lazos con la sociedad”

El diplomático regresa a su país tras el cambio del gobierno uruguayo. Contó su experiencia de casi cinco años, habló sobre la pandemia, los logros y del Mercosur

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El balance de Carlos Enciso Christiansen de sus años como embajador de Uruguay en Argentina

“Cumplimos la misión diplomática y pudimos generar más lazos con la sociedad”, afirmó Carlos Fernando Enciso Christiansen, embajador de Uruguay en Argentina, en el tramo final de su gestión. A pocas horas de regresar a su país, hizo un repaso de su paso por Buenos Aires, donde le tocó asumir en un contexto difícil: “Llegamos en plena pandemia. Fue un periodo complejo de adaptación porque en Uruguay todavía no estaba tan complicada la situación. Nos adaptamos bien, hicimos un excelente trabajo con el equipo, a pesar de las dificultades y de la angustia de la gente”, recuerda.

Desde julio de 2020, Enciso Christiansen tuvo como tarea fortalecer los vínculos diplomáticos entre ambos países. “Podemos comentar que cumplimos con aquello que dijimos en el Senado y al presidente de la República, Luis Lacalle Pou: mejorar las relaciones, tender puentes y fortalecer los lazos con Argentina, un país hermano”, sostuvo. Su enfoque fue no solo atender la agenda tradicional entre Cancillerías, sino también acercar la Embajada a la sociedad civil. “No quisimos que la Embajada fuera solo un espacio de reuniones protocolares. Estuvimos en 14 provincias, recorriendo más de 25.000 kilómetros, dialogando con gobernadores, intendentes y empresarios”, detalló.

En este tiempo, también fue testigo de los cambios políticos en Argentina, que pasó de la gestión de Alberto Fernández a la de Javier Milei, y de las tensiones dentro del Mercosur. Para el Enciso Christensen, el bloque regional necesita una transformación urgente. “El Mercosur está bastante estancado. No ha logrado generar un mayor desarrollo comercial dentro del bloque ni consolidar acuerdos estratégicos con otras regiones. Uruguay ha planteado hace años la necesidad de mayor flexibilidad y apertura, y hoy vemos que Argentina comparte esa visión”, señala, destacando la coincidencia de Lacalle Pou y Milei en la necesidad de modernizar la alianza.

Con el fin de su misión diplomática, Enciso Christiansen se despide con la certeza de haber cumplido su objetivo. “Uruguay tiene que estar más cerca del Palacio San Martín que de Itamaraty. Creo que logramos mantener ese equilibrio y profundizar nuestra relación con Argentina”, consideró.

Entrevista completa con Carlos Encisco Christiansen, embajador de Uruguay

Balance de su gestión en Argentina

—Me interesaba empezar por pedirle una mirada sobre lo que fueron estos años en Argentina. ¿Qué podría decir de manera resumida?

- Obviamente, el espacio y el tiempo son tiranos, pero para ser coherente con la pregunta y con los conceptos globales de la misión que tuvimos, la oportunidad y el honor de estar aquí en Argentina, podemos decir que cumplimos con aquello que dijimos en el Senado y a nuestro presidente, Luis Lacalle Pou: mejorar las relaciones, tender puentes y fortalecer el lazo entre ambos países, que históricamente han sido hermanos.

—Habló de fortalecer relaciones. ¿Qué significa eso en términos concretos?

- Que la relación no sea solo institucional y diplomática. Uruguay debe ser equidistante entre Argentina y Brasil, pero para eso tiene que estar más cerca del Palacio San Martín que de Itamaraty. Y eso lo trabajamos con visitas a provincias, con encuentros con empresarios, con vínculos culturales y sociales. Además de lo diplomático, la sociedad civil uruguaya, el sector político y las instituciones estuvieron muy activos en intercambios con Argentina.

—¿Cómo fue su relación con los distintos gobiernos argentinos en estos años?

- Yo siempre sentí respeto y buena relación con los jerarcas de todos los partidos y gobiernos. Pasé de la gestión de Alberto Fernández y Cristina Kirchner a la de Javier Milei, dos estilos muy distintos, pero en todos los casos trabajamos con profesionalismo y cordialidad. Es cierto que en esta última etapa se generó una relación más fluida en ciertos aspectos, pero siempre hubo un diálogo constante con todos.

—Usted asumió en plena pandemia. ¿Cómo impactó eso en su labor como embajador?

- Fue un desafío enorme. Nos tocó gestionar casos sanitarios críticos, permisos migratorios, repatriaciones y coordinaciones con autoridades argentinas para atender urgencias de ciudadanos uruguayos y argentinos. Había niños que debían operarse en Buenos Aires, familias separadas por el cierre de fronteras… Hicimos un trabajo muy intenso en ese sentido, junto con el Consulado General de Buenos Aires y los demás consulados.

—Si tuviera que elegir el mayor logro de su gestión, ¿cuál sería?

—Es difícil elegir uno solo. Pero si hablamos de lo estrictamente diplomático, logramos que Argentina habilitara el dragado del Río de la Plata a 14 metros, algo que Uruguay venía reclamando hace más de diez años. Eso fue un avance clave para nuestro comercio exterior. También trabajamos en el Tratado de Cielos Abiertos, que permitió mayor flexibilidad en la conectividad aérea entre ambos países.

El presidente uruguayo Luis Lacalle
El presidente uruguayo Luis Lacalle Pou junto al canciller Omar Paganini y al embajador Carlos Enciso

—¿Le quedó algo pendiente?

—Me hubiera gustado recorrer todas las provincias argentinas, pero la pandemia y las urgencias de la diplomacia en Buenos Aires lo hicieron imposible. De todos modos, estuvimos donde nos demandaron. Fue un orgullo acompañar al presidente Lacalle Pou en su visita oficial, la primera de un mandatario uruguayo a Argentina en un 25 de agosto, aniversario de nuestra independencia.

“Embajada de puertas abiertas”

Desde su llegada a Buenos Aires, el embajador Enciso impulsó un enfoque de diplomacia más cercana a la sociedad, con la idea de que la Embajada de Uruguay no fuera solo un espacio de gestión burocrática, sino un puente entre ambos países en distintos niveles.

—Habló del concepto de abrir puertas. Quiso hacer una embajada de puertas abiertas. ¿Qué significa esto?

- Significa que no solamente lo diplomático es lo central de una misión del tenor de Uruguay aquí en Argentina. Lo diplomático es importante y muchas veces transcurre por carriles tradicionales entre Cancillerías, pero también hay otra parte que a veces la diplomacia olvida: la relación con la sociedad civil.

—¿Cómo se tradujo esto en la práctica?

- No queríamos que la Embajada quedara encapsulada en la capital. Argentina es un país enorme y entendimos que debíamos recorrerlo. Visitamos 14 provincias de forma oficial, nos reunimos con gobernadores, intendentes, concejos deliberantes, cámaras empresariales, gremios, instituciones de prensa y culturales. Hicimos más de 25.000 kilómetros para fortalecer el vínculo con el interior del país y con uruguayos residentes en distintas regiones.

—En este sentido, ¿qué papel jugó la cultura en su gestión?

- Fue clave. Desde la Embajada impulsamos eventos culturales, lanzamientos de libros, ferias y actividades de integración. Además, junto con mi señora desarrollamos la iniciativa “Orillas Solidarias”, que permitió conectar ONG de Uruguay y Argentina en nuestra residencia, generando un espacio de intercambio y colaboración.

—¿Cuánto de esto se hizo en la residencia oficial?

- Mucho. La residencia se abrió para eventos culturales, galas, presentaciones de libros y actividades solidarias. Creemos que la misión de una Embajada no se limita a lo político o lo económico, sino que también debe promover los lazos humanos y sociales entre los países.

El diplomático estuvo 5 años
El diplomático estuvo 5 años en la Argentina

—Si le tuviera que contar a alguien en Uruguay cuál fue su mayor logro en Argentina, ¿qué le diría?

- Es una buena pregunta, pero difícil de responder con una sola cosa. Si hablamos de lo diplomático, logramos que Argentina aprobara el dragado del Río de la Plata a 14 metros, algo que Uruguay venía reclamando desde hace más de una década. Fue una negociación clave para nuestro comercio exterior y para la navegación en el puerto de Montevideo.

—¿Cómo se logró ese acuerdo después de tantos años de espera?

- Hubo un trabajo muy intenso con las autoridades argentinas. Fue clave el apoyo del presidente Javier Milei y la entonces canciller Diana Mondino para destrabar el tema. Era un punto de tensión histórica en la relación bilateral y haberlo resuelto es un avance enorme.

—Estuvo también el trabajo sobre el Tratado de Cielos Abiertos. ¿Qué importancia tuvo?

- Fue otro avance importante. El tratado permitió mayor flexibilidad en la conectividad aérea entre Uruguay y Argentina, facilitando la operación de aerolíneas en rutas de cabotaje y regionales. Esto beneficia a los pasajeros, al turismo y a las relaciones comerciales entre ambos países.

—Mencionó la pandemia como un momento difícil. ¿Qué rol jugó la Embajada en ese contexto?

- Fue un periodo muy complejo. Nos tocó gestionar traslados sanitarios, permisos migratorios, coordinaciones con ANMAT y autoridades de salud para permitir que ciudadanos uruguayos accedieran a tratamientos médicos en Argentina y viceversa. Hubo niños que necesitaban operarse, familias separadas por el cierre de fronteras... Fue un trabajo arduo, en conjunto con el Consulado General de Buenos Aires y los demás consulados.

En varios casos logramos que personas accedieran a tratamientos urgentes que, de otro modo, hubieran sido imposibles en ese momento. Además, facilitamos el cruce de argentinos hacia Uruguay en plena pandemia, cuando nuestro país tenía la situación sanitaria más controlada. Muchos de ellos hicieron su residencia legal en Uruguay para pasar ese periodo difícil.

—Después de casi cinco años en Buenos Aires, ¿qué le deja esta experiencia?

- Me deja la satisfacción de haber contribuido al fortalecimiento de la relación bilateral y de haber podido ayudar a mucha gente. Nos tocó un periodo difícil, pero logramos avances importantes en lo diplomático, en lo económico y en lo social.

Su experiencia personal en Argentina

El embajador Carlos Enciso y
El embajador Carlos Enciso y su esposa María Noel Crucci

Más allá de su rol diplomático, el funcionario vivió en primera persona la realidad argentina. Desde su llegada en plena pandemia hasta su conexión con Buenos Aires y el interior del país, el embajador se llevó aprendizajes y experiencias que marcaron su paso por la ciudad. Incluso atravesó un momento crítico de salud tras contagiarse de COVID-19.

—Usted llegó en plena pandemia, en medio del peor momento sanitario. ¿Cómo recuerda esos días?

- Fueron tiempos muy difíciles. Me tocó vivirlo no solo desde la gestión, sino en carne propia. Estuve internado 22 días en el Mater Dei, seis de ellos intubado, con un cuadro muy complicado de COVID-19. Fueron momentos de mucha incertidumbre, pero gracias a Dios y a la medicina pude salir adelante. Pasar por una situación límite te hace valorar muchas cosas de otra manera.

—Más allá de la pandemia, ¿qué le sorprendió de Argentina?

- La resiliencia del pueblo argentino. El espíritu de levantarse después de cada crisis, la esperanza de salir adelante a pesar de las dificultades económicas y sociales. Esa energía se siente en la gente.

—Conocía Argentina desde antes, pero vivir aquí es distinto. ¿Qué descubrió del país que no sabía?

- Sí, conocía Argentina por viajes y por mi familia, pero no es lo mismo estar en contacto directo con la gente, recorrer provincias, dialogar con distintos sectores. Además, Buenos Aires tiene una dinámica propia, es una ciudad fascinante.

—¿Algún rincón porteño que se lleve como favorito?

- Varios. Tengo mis cafés de cabecera, mis rincones preferidos de Buenos Aires. No los voy a nombrar porque van a pensar que les estoy haciendo publicidad, pero ya son mis segundas oficinas. Voy a seguir volviendo, más allá de que termine mi gestión como embajador.

Uruguay, Argentina y el Mercosur

Los presidentes Milei y Lacalle
Los presidentes Milei y Lacalle Pou

Carlos Fernando Enciso Christiansen fue testigo de los cambios políticos en Argentina y de las discusiones dentro del Mercosur. La transición del gobierno de Alberto Fernández a Javier Milei trajo nuevas dinámicas, especialmente en la relación con Uruguay, donde el presidente Luis Lacalle Pou ha sido uno de los principales impulsores de una mayor apertura del bloque regional.

—Argentina pasó de un gobierno peronista a una administración liberal. ¿Cómo impactó ese cambio en la relación con Uruguay?

- Más allá de las diferencias políticas, siempre hubo respeto y una relación cordial con todos los gobiernos. En esta última etapa, se generó una relación más fluida y directa, especialmente en temas estratégicos como el dragado del Río de la Plata y la flexibilización del Mercosur.

—El presidente Lacalle Pou fue uno de los primeros en plantear la necesidad de una apertura comercial del Mercosur. ¿Tuvo razón?

- Creo que sí. Los números y la realidad lo demuestran. El Mercosur está estancado y no ha logrado consolidar acuerdos comerciales significativos con otras regiones. Uruguay planteó hace años la necesidad de mayor flexibilidad y hoy Argentina, con Javier Milei, comparte esa visión.

—¿Cómo evalúa la situación actual del Mercosur?

- Es un bloque con una base institucional sólida, pero si no avanza en términos comerciales, pierde relevancia. No podemos quedarnos atados a estructuras que no nos permiten crecer ni expandir nuestros mercados. La firma del acuerdo con la Unión Europea, aunque aún debe concretarse, es una señal positiva después de décadas de negociaciones.

—¿Brasil sigue siendo el socio más importante del bloque?

- En términos generales, sí. Pero para muchas empresas uruguayas, Argentina es el primer mercado de exportación. Hay sectores, como el autopartista o el agroindustrial, que dependen casi exclusivamente del comercio con Argentina. Eso demuestra que la relación bilateral es fundamental.

—¿Cómo ve el futuro de la relación entre Argentina y Uruguay con el posible cambio de gobierno en su país?

- Creo que la relación seguirá siendo buena. Más allá de los gobiernos de turno, hay un vínculo natural de hermandad y cooperación entre ambos países. Puede haber matices en la visión regional o internacional, pero creo que la relación seguirá fluyendo como hasta ahora.

Su futuro político en Uruguay

Carlos Fernando Enciso Christiansen en
Carlos Fernando Enciso Christiansen en los estudios de Infobae (Fotos: Candela Teicheira)

Con el cierre de su etapa como embajador, Carlos Fernando Enciso Christiansen se prepara para regresar a Uruguay y retomar su actividad política. Exintendente de Florida, su nombre suena con fuerza para volver a competir por el cargo en las elecciones departamentales del 11 de mayo.

—A partir de mañana, ya no será embajador. ¿Qué le espera en Uruguay?

- Posiblemente, la convención de mi partido me proponga como candidato a la Intendencia de Florida. Si todo sale bien y la gente nos apoya, el 11 de mayo podríamos estar asumiendo nuevamente esa responsabilidad.

—¿Ese es su principal objetivo político ahora?

- Sí, aunque sin perder de vista mi vínculo con Argentina. Florida y Buenos Aires tienen una conexión histórica muy fuerte. Ayer mismo visité San Isidro, donde en 1825 partió la Cruzada Libertadora de los 33 Orientales, un hecho clave en nuestra independencia. Hay muchos lazos que nos seguirán uniendo. Hay lazos, nexos, actividades que por suerte nos van a mantener también con una patita nuevamente por acá.

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