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Huyendo de la Europa de la posguerra, el visionario arquitecto László Toth llega a Estados Unidos para reconstruir su vida, su obra y su matrimonio con su esposa Erzsébet tras verse obligados a separarse durante la guerra a causa de los cambios de fronteras y regímenes. (Crédito: Universal Studios)

La llegada de László Tóth a Estados Unidos marca el inicio de una travesía en la que el sueño americano se revela como una promesa esquiva para quienes, como él, buscan reconstruir su vida tras el trauma de la guerra. El Brutalista, dirigida por Brady Corbet y protagonizada por Adrien Brody, explora la experiencia de un arquitecto húngaro judío que, después de sobrevivir al Holocausto, se enfrenta a la dificultad de integrarse en una sociedad que no reconoce su prestigio ni su talento, y donde la integridad artística choca con las exigencias del éxito material.

Disponible desde hoy en la plataforma HBO Max, la película narra el recorrido de László Tóth, quien, tras verse obligado a separarse de su esposa Erzsébet por los cambios de fronteras y regímenes en la Europa de la posguerra, se instala en Pensilvania. Allí, el industrial Harrison Lee Van Buren reconoce su capacidad y le ofrece la oportunidad de construir un monumento en memoria de su madre, un encargo que se convierte en el eje de una lucha entre el poder económico y la búsqueda de sentido personal.

La llegada de László Tóth
La llegada de László Tóth a Estados Unidos marca el inicio de una travesía en la que el sueño americano se revela como una promesa esquiva para quienes, como él, buscan reconstruir su vida tras el trauma de la guerra. (HBO Max)

La obra, que ha sido galardonada con tres premios Oscar, se apoya en un guion coescrito por Mona Fastvold, quien ya había colaborado con Corbet en The Childhood of a Leader y Vox Lux. Fastvold destaca que el vínculo entre László y Erzsébet fue el punto de partida emocional de la historia: “Mientras escribíamos el guion nos encantó la relación, la amistad y la historia de amor que se desarrolla entre László y Erzsébet. Estos fueron los primeros destellos e ideas que se convirtieron en El Brutalista”, explicó Fastvold según declaraciones recogidas en las notas de producción.

La arquitectura brutalista, que da nombre a la película, se consolidó en el Reino Unido durante la reconstrucción de la posguerra en la década de 1950. Este estilo, caracterizado por el uso de materiales expuestos como el concreto y el ladrillo, prioriza la estructura sobre la ornamentación, como se observa en las obras de Le Corbusier, Marcel Breuer, William Pereira, Moshe Safdie, Denys Lasdun y Alison & Peter Smithson. Corbet y Fastvold encontraron en el brutalismo una resonancia tanto física como psicológica con la experiencia de los inmigrantes y el trauma de la guerra. Corbet lo expresa así: “Para nosotros, la psicología y la arquitectura de posguerra —incluyendo el brutalismo— están vinculadas, y presentamos eso en la película a través de la construcción del Instituto, una manifestación de 30 años de trauma en László Tóth y la ramificación de dos guerras mundiales”.

Disponible desde el 29 de
Disponible desde el 29 de abril en el servicio On Demand de Flow para clientes de HBO, la película narra el recorrido de László Tóth, quien, tras verse obligado a separarse de su esposa Erzsébet por los cambios de fronteras y regímenes en la Europa de la posguerra, se instala en Pensilvania.

El director subraya la ambivalencia del brutalismo: “El brutalismo puede ser austero pero también es monumental en su estilo —esos extraños objetos que son amados y aborrecidos por igual, y que tardan tiempo en desarrollarse en el imaginario público porque la gente parece no ser capaz de descifrarlos en el momento. Para mí, esto refleja la experiencia de los inmigrantes —y el brutalismo es un estilo arquitectónico predominantemente creado por inmigrantes. Por su alcance y escala, los edificios brutalistas piden a gritos ser vistos— pero quienes los diseñaron o construyeron luchaban por su derecho a existir”, afirmó Corbet en las notas de producción.

La investigación para la película llevó a Corbet a consultar al académico Jean-Louis Cohen, especialista en la obra de Le Corbusier y Frank Gehry. Cohen no pudo identificar a ningún arquitecto real cuya trayectoria coincidiera exactamente con la de László Tóth, lo que llevó a Corbet y Fastvold a crear personajes ficticios inspirados en figuras como Louis Kahn, Mies van der Rohe y, especialmente, Marcel Breuer, el arquitecto húngaro que diseñó el Museo Whitney en Nueva York, hoy conocido como el Met Breuer. Corbet señala: “La verdad del asunto es que la mayoría de los arquitectos judíos de Europa Central y Oriental que se quedaron atrapados en Europa durante la guerra no salieron con vida. En el caso de Breuer, él era un académico bien reconocido que fue invitado a trabajar con Walter Gropius en Estados Unidos en 1937”.

La película abarca tres décadas
La película abarca tres décadas en la vida de László, quien, tras establecerse en Estados Unidos a finales de los años 40, espera durante una década la llegada de Erzsébet, retenida en Europa del Este junto a su sobrina. (A24 via AP)

La película abarca tres décadas en la vida de László, quien, tras establecerse en Estados Unidos a finales de los años 40, espera durante una década la llegada de Erzsébet, retenida en Europa del Este junto a su sobrina. El relato de su reencuentro y de la construcción del Instituto en la propiedad de Van Buren se convierte en un testimonio de las luchas personales y profesionales del protagonista, así como de la batalla con el capitalista que financia su obra.

El reparto de El Brutalista supuso un reto considerable para la producción, que necesitaba intérpretes capaces de abordar la complejidad emocional y técnica de la historia. Corbet destaca la implicación del elenco: “Había muchos miembros en el elenco de esta película y todos los días había nuevos grupos de personas que llegaban al set, pero tuvimos mucha suerte de contar con un grupo de actores y actrices que entendían el material implícitamente y venían preparados. Ayudaron a que un proceso difícil y aparentemente imposible se desarrollara sin problemas”.

Esta imagen difundida por A24
Esta imagen difundida por A24 muestra a Adrien Brody, izquierda, y Guy Pearce en una escena de "The Brutalist". (Lol Crawley/A24 via AP)

La filmografía previa de Corbet, que incluye The Childhood of a Leader (2015) y Vox Lux (2018), ya abordaba momentos clave del siglo XX, desde el auge del fascismo en Europa hasta la cultura pop estadounidense en el contexto de la violencia armada y los atentados del 11 de septiembre. En palabras del propio Corbet: “Algo que tienen en común mis tres películas es que tienen mucho que ver con la naturaleza cíclica de la historia. El Brutalista es una película histórica, y los personajes están escritos a la medida de sus circunstancias. La película tiene mucho que decir sobre la experiencia de los inmigrantes en Estados Unidos y sobre el fracaso del sueño americano de László y Erzsébet Tóth”.

Ya puedes ver este estreno en HBO Max.