“Es un homenaje a nuestros padres, esta película de alguna manera”, afirma Rodrigo de la Serna sobre El rapto, que acaba de estrenarse este mes en los festivales de cine de Venecia y Toronto. Se trata de un thriller político inspirado en historias reales ocurridas en la década de los 80 en Argentina y en el libro El salto de papá, de Martín Sivak. Según comenta la directora Daniela Goggi, la necesidad de llevar este proyecto a la pantalla grande “surge para reflexionar sobre todas esas condiciones, la historia y la familia”. Ambos conversaron con Infobae previamente al estreno del film en Paramount+, programado para noviembre de este año.
Tanto Goggi como De la Serna se criaron durante la transición de la dictadura a la democracia, y su infancia transcurrió en este momento extraño para el pueblo argentino. Hoy, con la edad de sus padres, vuelven a preguntarse sobre ese tiempo, especialmente sobre el año 1984. “Era un país lleno de ilusión, pero también lleno de malestar. Era una contradicción y la sensación fue revisar por qué fuimos criados en esa contradicción y qué le pasó a la generación de nuestros padres que enfrentan la culpa del sobreviviente, la responsabilidad de cambiar la historia de un país y, al mismo tiempo, crisis económicas y sociales”, detalla la cineasta.
En ese contexto, aún existía “el amor de criar a sus hijos”, y eso lo refleja bien el personaje de Julio Levy, a quien Rodrigo define como “un retrato generacional”, porque parte de lo que él vive le sucedió a toda esta generación anterior. Muchos fueron exiliados políticos y regresaron junto a sus familias para trabajar por un país mejor. A todo ello se suma la culpa del sobreviviente, un mecanismo para seguir adelante tras ver morir a compañeros de lucha y cargar con la responsabilidad de ello. Un remarcable sentimiento de culpa que permaneció en los adultos de ese entonces.
El actor argentino —también conocido por ser Palermo en La casa de papel— destaca que esto ocurrió sobre todo en los hombres “con mandatos muy fuertes”. Hace hincapié en estos “prohombres revolucionarios”, que deben ser intelectualmente brillantes y sacar adelante a sus familias. “En el caso de Julio, hacerse cargo del lugar que su hermano muerto le dejó: hacerse cargo de esa empresa familiar sin tener el menor talento para los negocios porque sí, porque es su deber ser una generación que no puede comunicar las emociones. No puede mostrar vulnerabilidad”, añade: “Es tremendo. Es una presión muy, muy grande. Es, sin lugar a dudas, uno de los desafíos más difíciles y maravillosos que he tenido en mi vida profesional”.
La recepción de “El rapto” en los festivales
El rapto profundiza en una época complicada para la sociedad argentina, en la cual los exiliados regresaron junto a sus familias y celebraron este retorno a la democracia. Sin embargo, tal como demuestra la historia de Julio, hay fuerzas políticas que se mantienen pese al fin de la dictadura y aún operan en el marco de una etapa democrática recién recuperada. Cuando su hermano es secuestrado, él debe ocupar el liderazgo de la compañía familiar y, a la vez, está detrás de una difícil operación para hacer posible su rescate.
“Hay una universalidad en el relato y fue muy bien recibida en los festivales”, advierte Rodrigo de la Serna. Por su parte, Daniela Goggi considera que fue “muy conmovedor proyectar la película y entender que la película también es una idea de qué se hace con el dolor y con la frustración”.
“A diferencia de nuestros padres, yo creo que nuestros padres sí nos dieron una herencia. Tenemos más herramientas que ellos”, ahonda Goggi en el presente vínculo de una generación con otra que se manifiesta en la película. “Hay algo que nuestros padres abrieron, que es darnos unas herramientas para no sentirnos atrapados. Y, en ese sentido, más allá del clima histórico, del consenso histórico, tiene que ver con cómo uno se repone a los duelos, a los duelos ideológicos, a los duelos de personas queridas y a recuperarse”.
La química de Rodrigo de la Serna y Daniela Goggi
Un año antes de comenzar el rodaje, Rodrigo de la Serna y Daniela Goggi se sentaron a conversar sobre las diversas formas que iba tomando el guion dentro de su proceso. En primer lugar, había que determinar cómo debería presentarse este personaje. “El hecho de que Rodrigo ganara ocho kilos era porque el cuerpo de Rodrigo tenía que pesar”, cuenta la directora, y él también detalla que hubo un trabajo en la manera de hablar “que tenía esta generación, que era más pausada porque eran intelectuales”.
“La dinámica que encontramos me parece que fue maravillosa”, admite De la Serna, y Goggi añade: “Ensayar con Rodrigo fue también una forma de entender cómo iba a ser la puesta de cámara, [...] La cámara lo tenía que rodear para que él se pudiera perder en su ansiedad”. Sin duda, ambos están de acuerdo en que hubo un lenguaje común y que “no siempre se da esa alquimia”.
El estreno de El rapto en cines de Argentina será el próximo 26 de octubre y, posteriormente, se verá a través de Paramount+ en toda América Latina.