
En medio de las negociaciones y las presiones de Axel Kicillof para que la Legislatura bonaerense apruebe el endeudamiento, el PRO de la Provincia decidió que no acompañará la nueva deuda que pidió el mandatario en la llamada ley de financiamiento que este miércoles se discutirá en ambas cámaras de la Legislatura bonaerense
El proyecto prevé contraer una deuda de hasta USD 3.685 millones, incluyendo la emisión de Letras del Tesoro y cuatro endeudamientos: uno para la administración central, otro para el ejecutivo, un tercero para la empresa AUBASA y una solicitud para Buenos Aires Energía, la proveedora de energía eléctrica con centrales distribuidas en General Madariaga, Mar del Plata, Necochea, Mar de Ajó. De todos esos artículos, el primero -que pide un endeudamiento sin destino específico- es el más objetado por el PRO.
Pese a que en los últimos días la oposición se mostró más predispuesta a habilitar el tratamiento. El partido amarillo bonaerense decidió que no acompañará la nueva deuda que requiere Kicillof; aunque sí consideran dar su aval para el rollover explicitado en el artículo 2 del despacho de comisión. “No explican para qué es el nuevo endeudamiento”, cuestionaron. Además, evalúan acompañar el punto que destina fondos a los municipios. La noticia se conoció luego de una cumbre entre el ministro del Interior, Diego Santilli, —referente del partido en la Provincia— y Sebastián Pareja, presidente de LLA bonaerense.

La sesión está prevista para este miércoles. Para salir a tomar deuda, el Ejecutivo requiere los dos tercios de la Legislatura bonaerense. Por el momento, el peronismo sigue en la búsqueda de votos con un trabajo de orfebrería en la negociación con los diferentes bloques.
La semana pasada hubo un intento de sesionar, pero el oficialismo bonaerense no logró alcanzar el quorum necesario. En esa oportunidad, la negociación se trabó por el fondo para los municipios, no tanto por la garantía de que haya una masa de recursos de libre disponibilidad para las intendencias —que el Ejecutivo garantiza—, sino por la garantía de que sea un monto fijo, como pide la oposición, efectivizándose lo más rápido posible.
Frente a esto, el gobernador se reunió el lunes con los intendentes y aseguró que estará garantizado $250 mil millones a distribuirse en los 135 municipios.
Con la negativa del PRO, la ley podría no aprobarse antes del 10 de diciembre, tal como quería el peronismo local, puesto que a partir de esa fecha la composición legislativa cambiará y LLA se convertirá en la segunda minoría en Diputados y primera en el Senado.
Hace unos días, Kicillof reclamó nuevamente la aprobación de la ley de financiamiento en la Legislatura provincial. “No hay negociación que deba condicionar algo de esta importancia”, reiteró, en un mensaje que apuntó tanto a la conducción nacional como a los sectores internos de la dirigencia que condicionan la aprobación del financiamiento.
De esta manera, procedió a ejemplificar la situación actual de la Provincia, describiendo la emergencia social y productiva que atraviesa. Así, detalló que “prácticamente no hay ningún sector que haya quedado igual” tras la implementación de políticas nacionales recientes. “Estamos transitando una profunda recesión que afecta a todos los sectores”, aseguró.

El Gobernador mencionó la desaparición de 28.000 empresas en todo el país, de las cuales 5.000 corresponden a territorio bonaerense. Esta situación llevó, siempre según el mandatario, a la eliminación de 171.000 puestos de trabajo y la pausa de, aproximadamente, mil obras públicas en distintos sectores.
Al abordar las consecuencias en la vida cotidiana, Kicillof vinculó el cierre de fábricas reconocidas —como la filial de Whirlpool— y los despidos en ramas clave (pesca, laboratorios, automotrices y alimenticias) con un efecto dominó sobre la demanda social y la economía familiar. Sostuvo que muchas personas se vieron obligadas a endeudarse para cubrir sus gastos básicos: “Estamos en récord de la serie de morosidad. La gente se ha endeudado porque no le alcanza la plata, no puede pagar el mínimo de la tarjeta”, explicó, haciendo énfasis en el crecimiento de los pedidos de alimentos, medicamentos y asistencia estatal.
Según las palabras del Gobernador, esta recesión se profundiza en Buenos Aires por el ahogo financiero a las provincias y la ausencia de transferencias automáticas de fondos. Por esto mismo, insistió nuevamente con la necesidad de que se apruebe el proyecto al asegurar que la Provincia “necesita las herramientas claras para poder transitar este tiempo sin desproteger a nuestro pueblo”.
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