Este domingo comienza la cuenta regresiva para la celebración de las elecciones legislativas 2025 en Argentina, cuyo resultado definirá la nueva composición del Congreso de la Nación y, por consecuencia, cómo será la segunda mitad del mandato de Javier Milei. Actualmente, el oficialismo no cuenta con mayoría propia para impulsar sus proyectos. El objetivo de La Libertad Avanza es alcanzar los dos tercios en Diputados para poder motorizarlos.
Desde la Casa Rosada evalúan futuros cambios dentro del Gabinete. Milei busca cautivar a los votantes de las provincias con su última gira, que culminará con un cierre de campaña en Rosario el próximo 23 de octubre.
En paralelo, el rol de un grupo de gobernadores (Córdoba, Santa Fe, Entre Ríos, Chubut, Santa Cruz) aliados en el frente Provincias Unidas, busca convertirse en una alternativa a las ofertas del oficialismo y del peronismo.
El primer candidato a diputado nacional por la Provincia de Buenos Aires por La Libertad Avanza, Diego Santilli, explicó anoche cómo votar con la Boleta Única de Papel (BUP).
“Yo aprovecho, Mirtha, ya que estamos, me traje una boleta acá”, comentó Santilli en un tramo del programa. Y, desde su derecha, tomó una BUP referida al territorio bonaerense,
Luego indicó la primera sección desde la izquierda, donde figura la foto del excandidato José Luis Espert, quien renunció tras conocerse que había recibido financiamiento para su campaña electoral de 2019 por parte de un empresario detenido por sospecha de narcotráfico y nunca declaró ese dinero, y la actual postulante a diputada Karen Reichardt: “Primer casillero de la izquierda, la violeta con el águila para acompañarnos”.
A días de las elecciones del 26 de octubre, Mariano Recalde, candidato a senador por Fuerza Patria, participó de una nueva edición de La Entrevista Informal. Este ciclo de Infobae, realizado en colaboración con UNICEF, busca acercar a los políticos y candidatos más relevantes a los intereses de los jóvenes.
Martín Llaryora es uno de los gobernadores que en el principio de la gestión de Javier Milei prestó colaboración y mostró voluntad de respaldar los cambios propuestos por el gobierno nacional. Sin embargo, con el pasar de los meses y los cortocircuitos permanentes por la quita de fondos para las provincias y los destratos ante cuestionamientos, empezó a tomar distancia a aumentar las críricas a la Casa Rosada.
El Congreso de la Nación entró en un impasse hasta que pasen las elecciones de medio término, el próximo 26 de octubre. Pero aunque el recinto esté vacío, no significa que las reuniones y las negociaciones hayan frenado. En especial, en lo que se refiere a la interna libertaria y su impacto en el Palacio Legislativo.
El próximo domingo se elegirán 127 diputados y 24 senadores nacionales para renovar la mitad de la Cámara baja y un tercio del Senado. Se trata de una elección crucial para el Gobierno nacional, que pone en juego una validación de lo hecho hasta ahora, y la posibilidad de engrosar su fuerza parlamentaria para avanzar con las reformas pendientes que promociona.
De cara a las elecciones nacionales de medio término, uno de los focos principales estará apuntado hacia el Senado, donde ocho provincias renovarán 24 -tres por distrito- de los 72 escaños que tiene el pleno. A una semana de los comicios, en la Cámara alta se renovaron las predicciones, con un Gobierno que duplicaría número, un PJ que perdería menos bancas aunque se alejará un poco más del quorum, y una incertidumbre elevada por cómo quedará el experimento “Provincias Unidas”, con gobernadores y legisladores que, en la película de los últimos meses, coincidieron pocas veces en la agenda que se discutía en el Congreso.
En un mar de dudas, hay una sola premisa en la que están de acuerdo los distintos sectores que integran el Gobierno: así no se puede seguir. Hasta allí llega la coincidencia porque luego las soluciones que imaginan para un mejor funcionamiento puertas adentro se contraponen al punto de pretender la extinción del otro.
“Hay charlas pendientes que van a ocurrir después de las elecciones”. Un altísimo miembro de la Casa Rosada avisaba que varias de las asperezas que hay en el Gabinete deberán limarse obligatoriamente para dar curso a la nueva conformación del Gobierno que -por ahora- solo sabe Javier Milei.
“Sí, absolutamente”, le respondió Javier Milei a Esteban Trebucq, en la noche del jueves, cuando el periodista le preguntó si Santiago Caputo tendría después de las elecciones un “rol central” en el gabinete. Esa respuesta provocó un tembladeral interno. No tanto por la definición en sí -¿de qué otra manera podría haber contestado el Presidente?-, si no por que los dichos estuvieron precedidos por una ofensiva interna feroz por parte del consultor que lanzó una bomba de napalm sobre las cúpulas de la Jefatura de Gabinete, la Cancillería y la presidencia de la Cámara de Diputados.
El Gobierno pasará sus últimos días de campaña aferrado a la resistencia. Es la única garantía que, por estas horas, Javier Milei pudo transmitir al gobierno estadounidense, que se convirtió en el principal constructor de su frágil gobernabilidad.