Renunció el obispo de San Rafael luego de ser acusado de abuso sexual

Carlos María Domínguez estaba a cargo de la diócesis de la localidad de Mendoza. Infobae tuvo acceso al contenido de la denuncia realizada en sede canónica

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El obispo Carlos María Domínguez
El obispo Carlos María Domínguez fue denunciado en la Iglesia por abuso sexual

El obispado de San Rafael, Mendoza, emitió un comunicado, firmado por el Presbítero José Antonio Álvarez, en el que confirmaron que el obispo de la diócesis, Carlos María Domínguez, renunció a su cargo luego de ser acusado de abuso sexual en el inicio de febrero. La denuncia fue realizada por una persona adulta.

“Se informa a la comunidad diocesana que con fecha 3 de febrero del corriente año, personas adultas han denunciado ante las autoridades competentes a Monseñor Carlos María Domínguez por acciones indebidas infligidas contra ellas, provocando la renuncia efectiva del mencionado obispo”, indicó el comunicado.

En ese sentido, agregaron: “Asumimos el compromiso de custodiar la intimidad de los denunciantes y sus familias, quienes siempre tendrán el derecho a acudir a la justicia civil”. Además, remarcaron que “dada la gravedad de los hechos se ha iniciado una investigación para que se medien las acciones canónicas que corresponden”.

Finalmente, desde el obispado se lamentaron por “la herida y el dolor que esto provoca en el pueblo de Dios” y dijeron que confían en que “la búsqueda de la verdad ayude a un camino de sanación”.

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En la CEA destacaron la "rapidez" con la que actúo la Iglesia Católica frente a la denuncia de abuso

Infobae tuvo acceso a la declaración de una de las víctimas ante el Juez Eclesiástico del Tribunal Interdiocesano de Mendoza. En ese testimonio, el declarante dijo que fue invitado por un vicario de la parroquia que asiste regularmente para colaborar como acólito durante la Celebración del Domingo de Ramos, que iba a estar a cargo de Monseñor Domínguez.

Ese fue el primer acercamiento del denunciante al obispo. En ese evento también participaron otros jóvenes de la parroquia. El sacerdote los comenzó a invitar con frecuencia y el trato se volvió cordial. En una oportunidad el obispo invitó a los tres jóvenes a cenar

Con el tiempo, el obispo los invitó a acompañarlo en varias actividades y los frecuentó en distintos encuentros personales, lo que fortaleció la relación de confianza. Hubo almuerzos y reuniones que generaron un clima de cercanía entre el sacerdote y los jóvenes damnificados.

La víctima, de la que se preserva la intimidad, dio cuenta de los abusos que sufrieron en reiteradas oportunidades. Entre los comportamientos indebidos detalla que hubo “propuestas inapropiadas para realizar gestos físicos bajo el argumento de fortalecer la confianza, incluyendo tocamientos de carácter íntimo".

El joven damnificado también habló de “juegos de acumulación de puntos que derivaban en supuestos castigos físicos, en donde el obispo tomaba los testículos de los jóvenes”, a la que justificaba como “una tradición personal”, y de “comentarios sobre la diferencia entre pudor y vergüenza, utilizados para racionalizar y normalizar situaciones de vulnerabilidad e incomodidad”, tal como consta en la declaración.

El obispo fue desplazado de
El obispo fue desplazado de la diócesis y se fue de San Rafael

En otra parte de la denuncia, señaló que hubo una situación en la que el obispo hizo pasar a cada uno de los tres jóvenes por turnos a una sala donde él esperaba a puertas cerradas. Allí los invitó a bajarse los pantalones y la ropa interior, y les tocaba los genitales con la mano mientras les hacía prometer fidelidad a Jesús.

Hubo también otra situación en la que convenció a los tres jóvenes a bajarse los pantalones y la ropa interior estando los tres con él. Como ellos no se animaban, él los animó bajándose el pantalón y la ropa interior. “Cuando los jóvenes hicieron lo mismo, el obispo fue tomando el pene de cada uno en forma de saludo mientras decía “Hola, ¿cómo estás?” Luego les indicó que cada uno debía “saludarlo a él” de la misma manera“, según figura en la denuncia.

También existió una propuesta de vacaciones en un lugar apartado, donde el obispo sugirió la posibilidad de compartir espacios privados sin ropa, señalando que se trataba de un símbolo de confianza plena. Los detalles a los que accedió este medio dan cuenta de la gravedad de los hechos.

En la Conferencia Episcopal Argentina (CEA) destacaron la rapidez con la que la Iglesia actúo en este caso puntual, ya que la denuncia fue realizada el tercer día de febrero y el sacerdote ya fue corrido y reemplazado.

“Hay protocolos muy claros sobre qué hacer respecto a las denuncias de abuso. La Iglesia se movió y accionó rápido”, indicaron en la cúpula eclesiástica. La denuncia fue hecha en sede canónica, pero aún no fue realizada en la justicia civil. Al ser mayores, esa es una decisión que deben tomar los damnificados. En tanto, la Iglesia inició una investigación interna sobre lo sucedido.

Como administrador apostólico quedó Marcelo Mazzitelli, que hasta hace unos pocos días era el obispo auxiliar de las Arquidiócesis de Mendoza, hasta que se resuelva quién es el reemplazo de Carlos María Domínguez, que ya dejó la ciudad de San Rafael.

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