El Gobierno nacional reorganizó la estructura administrativa de la Secretaría de Cultura y amplió sus funciones: ahora funcionará como nexo para el acceso a la información pública. La decisión llega meses después de que la cartera haya sido desplazada del Ministerio de Capital Humano a la Secretaría General de la Presidencia.
La medida se hizo efectiva mediante la publicación del decreto 60/2025 en el Boletín Oficial, que incorpora a los objetivos de la Secretaría el siguiente: “Intervenir como enlace de acceso a la información pública en los términos de la Ley N° 27.275, en el ámbito de la Secretaría, en coordinación con las áreas competentes de la Secretaría General de la Presidencia de la Nación”.
A su vez, aprobaron la composición de la Secretaría, de la que en un primer nivel, contará con una Unidad de Gabinete de Asesores, Subsecretaría de Coordinación Administrativa, Subsecretaría de Patrimonio Cultural y Subsecretaría de Promoción Cultural y Artística. En cada una de ellas, funcionarán diferentes direcciones especializadas en cada área.
En este contexto, el Gobierno aprobó la estructura organizativa del Parque Tecnópolis del Bicentenario, Ciencia, Tecnología, Cultura y Arte, organismo descentralizado dependiente de la Subsecretaría de Gestión y Desarrollo Cultural.
“Hasta tanto se concluya con la reestructuración de las áreas afectadas por la presente medida, se mantendrán vigentes las aperturas estructurales existentes de nivel inferior a las que se aprueban por el presente decreto, las que mantendrán las acciones, cargos, dotaciones y suplementos vigentes a la fecha”, aclara la normativa.
En el considerando del decreto, el Gobierno sostiene que “corresponde aprobar la estructura estructura organizativa de primer y segundo nivel operativo de la Secretaría de Cultura de la Presidencia de la Nación e incorporar, homologar y reasignar diversos cargos pertenecientes a la citada Jurisdicción en el Nomenclador de Funciones Ejecutivas del Convenio Colectivo de Trabajo Sectorial del Personal del Sistema Nacional de Empleo Público (SINEP)”.
En noviembre del año pasado, se oficializó la designación de Leonardo Cifelli como secretario de Cultura, pese a que ya se encontraba cumpliendo su rol desde hacía meses. Con su nombramiento, se dispuso el traspaso de la cartera de la órbita de Capital Humano, a cargo de Sandra Pettovello, a la Secretaría General de la Presidencia, dirigida por Karina Milei.
En esa oportunidad, afirmaron que la modificación busca cumplir con el “objetivo de optimizar la gestión de gobierno”. En el decreto, aclaran que “las modificaciones a la Ley de Ministerios resultan impostergables para la gestión de gobierno”, por lo que destaca la urgencia de aplicarlas de inmediato.
Según la publicación, la secretaría “fomenta la identidad y el sentido de pertenencia, lo que a su vez fortalece el tejido social, y tiene un impacto significativo en el desarrollo económico, a través de industrias creativas, turismo cultural y actividades artísticas que generan empleo y contribuyen al crecimiento sostenible”. Además, se enfatiza que “la cultura es fundamental para el desarrollo social, en tanto promueve la transmisión de valores, tradiciones y conocimientos”.
En este marco, se resalta la importancia de la cultura tanto en lo social como en lo económico. La readecuación de la Secretaría de Cultura forma parte de un plan más amplio de reorganización gubernamental, cuyo propósito es alinear las funciones culturales con las prioridades presidenciales. En este sentido, se destaca que una de sus funciones es “asistir al Poder Ejecutivo Nacional en forma directa”.
En octubre, Cifelli asistió al Congreso de la Nación y presentó un informe de gestión en Diputados. Aunque su designación se oficializó este jueves, el funcionario ya venía desempeñando sus funciones.
Durante su intervención en el Congreso, el secretario de Cultura cuestionó la gestión del expresidente Alberto Fernández, asegurando que dejó un país devastado, incluido el sector cultural. En ese encuentro, describió la situación del organismo como “devastada” y advirtió que su estructura presenta una sobrecarga de tareas duplicadas e innecesarias.