“Con este proyecto se tocan muchos intereses personales, después no nos podemos sorprender si a la hora de votar algunos justo se vayan al baño”. En la previa del debate para eliminar o suspender las elecciones Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias (PASO), algunos diputados de la oposición dialoguista expresaban sus dudas sobre los apoyos que el oficialismo confía en tener asegurados.
En la misma línea, en el entorno del presidente de la Cámara baja, Martín Menem, reconocían que una cosa es que un jefe de bloque se comprometa a votar un proyecto y otra muy distinta es que después todos los integrantes de su bancada muestren el mismo compromiso.
El proyecto que envió la Casa Rosada para eliminar las PASO genera esas diferencias internas y justamente por tal motivo bloques como la UCR, Encuentro Federal, Democracia para Siempre e Innovación Federal todavía intentan unificar criterios en su interior.
El oficialismo calcula que entre los bloques aliados y dialoguistas podrían sumar como máximo 142 votos, cuando para aprobar la reforma electoral se requiere una mayoría especial de 129. Sin embargo, en muchos bloques hay rechazos públicos y silencios sospechosos.
Por ejemplo, los dos diputados del socialismo de Santa Fe que integran Encuentro Federal ya se manifestaron públicamente a favor de las PASO. En tanto, al menos cuatro integrantes del bloque radical (Julio Cobos, Martín Tetaz, Lisandro Nieri y Fabio Quetglas) también expresaron dudas o críticas al proyecto oficialista. Por su parte, los representantes de Salta de Innovación Federal guardaban un silencio estratégico, tomando cierta distancia de sus pares de Río Negro y Misiones. Democracia para Siempre, la Coalición Cívica y Por Santa Cruz también demoran una definición pública y complican el “poroteo” de votos.
Justamente ante este escenario lleno de incertidumbres es que la postura del peronismo será determinante. Apenas una docena de votos de Unión por la Patria -que quedó con 98 integrantes tras la fuga de Roberto Mirabella- podría terminar de inclinar el tablero.
En el bloque que conduce Germán Martínez conviven todas las posturas. Por un lado están los que creen que sería negativo en términos discursivos arrancar el año votando junto con los libertarios cuando luego durante la campaña se intentará mostrar al peronismo como la principal fuerza opositora.
A su vez, algunos se oponen desde un punto de vista estratégico: entienden que sin las PASO el Gobierno podrá unificar más fácilmente todo el espectro de centro derecha mientras que también se favorecerá la fragmentación de la oposición, que al no contar con una herramienta para dirimir las internas podría dividirse en varias listas. Por ejemplo, en Santa Fe, Jujuy y Corrientes el peronismo tiene diferentes líneas internas que difícilmente puedan llegar a una síntesis.
Sin embargo, el oficialismo apuesta a que los gobernadores también busquen asegurar su poder provincial. Raúl Jalil en Catamarca, Gerardo Zamora en Santiago del Estero y Ricardo Quintela en La Rioja no se muestran muy interesados en tener primarias ya que así disminuyen las posibilidades de que les disputen poder internamente.
“Los gobernadores tienen capacidad para ordenar la interna con o sin PASO”, retrucaba un referente de Unión por la Patria que está en contra de la suspensión. Por el contrario, otro miembro de la bancada opinaba que “no es un tema solo de las provincias” y anticipaba que más diputados podrían apoyar la suspensión, especialmente después de que el Gobierno se resignara a esta opción intermedia en lugar de su eliminación definitiva.
Un gesto en este sentido fue la presentación en noviembre pasado de un proyecto para que las primarias dejen de ser obligatorias firmado por tres diputados (Juan Pedrini, María Chomiak y Aldo Leiva) de Chaco, donde gobierna el radicalismo.
Otro importante líder que dio señales claras fue Sergio Massa, cuyo partido, el Frente Renovador, tiene una postura histórica en contra de las primarias. De hecho, uno de sus diputados provinciales, Rubén Eslaiman, presentó un proyecto de ley en la Legislatura bonaerense para suspender las elecciones primarias en 2025.
La interna bonaerense entre el gobernador Kicillof y el camporismo influye de manera directa en la discusión, ya que la provincia debe tener por ley las primarias el mismo día que las nacionales. Así, la suspensión de las PASO a nivel nacional le allanaría el camino a Kicillof para desdoblar las elecciones locales de las nacionales. Esta estrategia es rechazada por Cristina Kirchner.
Por eso, diputados bonaerenses que responden políticamente al armado del gobernador también podrían apoyar el proyecto oficialista para favorecer el desdoblamiento de las elecciones en la provincia más importante del país.
Hasta el momento, Cristina Kirchner y los principales referentes de La Cámpora mantuvieron silencio sobre el tema y sólo adelantaron que tomarán posición después de que el proyecto comience a ser debatido en comisión. El problema es que los libertarios convocaron a un plenario de las comisiones de Asuntos Constitucionales, Justicia y Presupuesto para este martes a las 14 y esperan llegar a firmar el dictamen ese mismo día, para ir al recinto dos días después, el jueves 6 de febrero.
Por lo pronto, Unión por la Patria tendrá su anticipada reunión de bloque este lunes. Allí probablemente se defina el futuro de la reforma electoral de Javier Milei.