A casi 40 días de su última reunión, y tras las vacaciones de sus dirigentes, la CGT tendrá su primera actividad de 2025 con un giro en su agenda habitual: recibirá a Taty Almeida, de Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora, y otros organismos de derechos humanos y, además, debatirá si participará o no de la “Marcha Federal del Orgullo Antifascista Antirracista LGTBINBQ+” que se realizará el sábado próximo en rechazo del discurso de Javier Milei en el Foro de Davos.
En el encuentro, que tendrá lugar a las 11 en la sede de Azopardo 802, la central obrera se “interiorizará sobre la situación de las y los trabajadores y el funcionamiento de los Espacios de Memoria y otros organismos dependientes de la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación”.
La preocupación sindical surgió por la denuncia de la titular de Abuelas de Plaza de Mayo, Estela de Carlotto, de que el Gobierno “quiere cerrar la ex ESMA” a partir de la decisión oficial de efectuar una “reestructuración interna” en el Centro Cultural Haroldo Conti, que funciona en las instalaciones de la ex Escuela Mecánica de la Armada, y que afectaría también al Archivo General de la Memoria.
Los sindicalistas, además, repudiarán el discurso de Milei en Davos, donde apuntó contra la ideología de género, el feminismo y la comunidad LGBTQ+, pero en las últimas horas surgió una inesperada grieta: algunos dirigentes anticiparon que irán a la movilización del sábado para expresar su rechazo a los dichos presidenciales, pero otros no quieren concurrir porque creen que no es un tema que integre la agenda de la CGT y puede poner en peligro su relación con el Gobierno.
Hasta ahora, lo más probable es que se declare la libertad de acción y que los sindicatos se sumen de manera individual a la marcha antimileísta, sin que se haga presente una columna oficial de la CGT.
Los derechos humanos no forman parte de la agenda habitual de la central obrera, hasta tal punto que recién en 2024 la CGT se sumó por primera vez a la marcha del 24 de marzo contra el golpe de Estado de 1976, e incluso lo confirmó en una conferencia de prensa en el histórico salón Felipe Vallese con la presencia de Estela de Carlotto, Taty Almeida y el Premio Nobel de La Paz Adolfo Pérez Esquivel.
En el temario cegetista también hay otras cuestiones urticantes, como el análisis de la situación socioeconómica y de la política salarial del Gobierno, que no homologa acuerdos que superan el 1% mensual y presiona para reformular convenios firmados por encima del tope oficial.
Tras el regreso de la plana mayor cegetista de sus vacaciones, la idea es reanudar los contactos con el jefe de Gabinete, Guillermo Francos, y el secretario de Trabajo, Julio Cordero, para tratar de que se acelere el llamado al diálogo tripartito junto con empresarios del Grupo de los 6.
De todas formas, hay sindicalistas que quieren condicionar cualquier negociación con el Gobierno a que se flexibilice la homologación de las paritarias: uno de los dirigentes que mantiene una posición dura en este tema es Héctor Daer, cotitular de la CGT, a quien Cordero le pidió que reformule el aumento salarial que firmó en octubre como líder de la Federación de Trabajadores de la Sanidad (FATSA, que consistió en un 11,4% para el período octubre-diciembre en tres tramos (4%, 3,8% y 3,6% diciembre), que se pagó igual en la mayoría de las empresas, pero Trabajo se niega a convalidarlo porque no está en sintonía con el techo salarial que fijó el Ministerio de Economía.
Una situación similar se presenta en el acuerdo entre la Unión de Trabajadores del Turismo, Hoteleros y Gastronómicos de la República Argentina (UTHGRA), que lidera Luis Barrionuevo, y la Federación Empresaria Hotelera Gastronómica (FEHGRA): firmado a fines de noviembre, contempla un aumento del 16% para el período noviembre-febrero en tres tramos (5%, 5% y 6%), pero las autoridades de Trabajo solicitaron que las cifras se acomoden a la pauta oficial.