El jefe de Gabinete, Guillermo Francos, intervino personalmente para tratar de que se levante el paro de trenes que dispuso La Fraternidad para este martes, entre las 9 y las 15, pero no logró que Omar Maturano, líder del sindicato de conductores de locomotoras, flexibilice su reclamo de un aumento salarial superior al 3,53% para noviembre y diciembre que ya fue otorgado a los otros 3 gremios ferroviarios.
En diálogo con Infobae, el dirigente confirmó anoche que el paro de 6 horas quedó ratificado y que a partir de las 11, en el teatro Empire, en Hipólito Yrigoyen 1934, tendrá lugar el plenario sindical en el que debatirá sobre el conflicto y se analizarán otras posibles medidas. A las 13, además, Maturano recibirá a los periodistas en la sede del gremio para brindar una conferencia de prensa.
En el Gobierno eran pesimistas anoche y deslizaron a este medio que la propuesta oficial “está muy lejos en las pretensiones de La Fraternidad”, mientras advirtieron: “No se les va a dar algo que al resto de los sindicatos no se les dio”.
Las mismas fuentes afirmaron: “No se va a negociar fuera de la norma. Si quieren parar que lo hagan”. De esta forma, un millón de usuarios del servicio de trenes se verá afectado por el paro en las líneas Roca, Sarmiento, San Martín, Mitre y Belgrano Sur; no así en los servicios de larga distancia en esa franja horaria desde y hacia Mar del Plata, que funcionarán normalmente, según confirmó la empresa Trenes Argentinos.
Más allá de las negociaciones de Francos con Maturano, el Gobierno impulsó en las últimas horas una ofensiva contra el sindicato rebelde para responsabilizarlo ante los usuarios por los trastornos en el servicio. El lunes por la tarde, en las pantallas gigantes ubicadas en las cabeceras ferroviarias figuraba el siguiente texto: (Este martes) todas las líneas de trenes dejarán de operar de 9 a 15 por medida de fuerza sindical de La Fraternidad, liderado por Omar Maturano”. Según varios pasajeros relataron en X, ese mismo mensaje fue difundido por los parlantes de las estaciones.
El líder de La Fraternidad exige que las autoridades de Ferrocarriles Argentinos les otorguen a los conductores de locomotoras un aumento que compense la inflación de septiembre y octubre y que incluso permita recuperar un 46% de desfase salarial desde que arrancó la gestión de Javier Milei. Dejó por escrito incluso una propuesta para mejorar la situación de los trabajadores: que repartan entre los maquinistas una canasta básica de alimentos equivalente al 10% del salario ($154.155), que incluye unos 30 productos como harina, arroz, fideos, detergente, mermelada de frutilla y latas de atún, entre otros.
Sin embargo, hay dos factores que conspiran contra una respuesta favorable del Gobierno a esa demanda. Por un lado, la Unión Ferroviaria, la Asociación de Señaleros Ferroviarios Argentinos (ASFA) y la Asociación del Personal de Dirección de Ferrocarriles Argentinos (APDFA), los otros 3 gremios del sector, ya firmaron el 3,53% de aumento para noviembre-diciembre e incluso reanudaron las conversaciones en estos días con la Secretaría de Transporte para definir un incremento para el trimestre enero-marzo. Por otro, el Gobierno mantiene a rajatabla la pauta salarial del 1% mensual que fijó el Ministerio de Economía para acompañar una inflación descendente, que se aplicará de manera más restrictiva en el sector público, por lo que hay pocas chances de que accedan a la demanda de Maturano.
Los gremios ferroviarios dialoguistas formaron un frente común que negocia con el Gobierno temas salariales, laborales, convencionales y vinculados con las inversiones del sector. La actitud moderada de este bloque tiene el sello de Sergio Sasia, el dirigente de impronta negociadora que conduce la Unión Ferroviaria, el sindicato mayoritario de la actividad, de unos 40.000 afiliados, y que encara las tratativas asociado con Enrique Maigua, líder de ASFA, de 1.700 afiliados, y Adrián Silva, titular de APDFA, que tiene unos 2.000 afiliados.
En el Gobierno creen que la actitud de Maturano, el sindicalista ferroviario más duro, responde a “cuestiones políticas” y que terminará cediendo porque será difícil que redoble la apuesta con nuevas y más prolongadas medidas de fuerza. En los despachos oficiales intuyen que los 9.000 maquinistas de locomotoras agrupados en La Fraternidad están molestos con el líder del gremio: ya les descontaron días por los paros realizados y no cobraron los aumentos otorgados al sector.
Por eso, aunque Francos abrió un canal directo de diálogo con Maturano, a expensas del secretario de Trabajo, Julio Cordero, en la Casa Rosada tienen un “plan B” que ya utilizaron en el extenso conflicto de los sindicatos aeronáuticos y Aerolíneas Argentinas: dejar que La Fraternidad concrete la protesta para que los usuarios apunten su malestar contra el gremio y dejar que se desgaste con las medidas de fuerza.
Así las cosas, los pasajeros, una vez más, tendrán este martes 6 horas de pesadilla para algo que parece sencillo: viajar.