La consigna es darle mayor centralidad a Axel Kicillof. Que su liderazgo crezca desde la provincia de Buenos Aires y que rompa las barreras bonaerenses para disputar el mano a mano nacional con Javier Milei. Ese será el sentido del acto que el armado político del gobernador está organizando para el sábado 8 de febrero en Mar del Plata.
En plena temporada de verano y con una disputa abierta, y cada vez más profunda, con La Cámpora, el kicillofismo trabaja en los detalles de un nuevo acto para respaldar la conducción política de Kicillof y disputar un lugar de privilegio dentro del armado nacional del peronismo.
Aunque haya menos gritos que a fines del año pasado, la interna, en el subsuelo de la política provincial, está al rojo vivo. Reproches, chicanas y acusaciones que transitan las arterias del peronismo bonaerense casi todos los días. De un lado hacia el otro, anticipando tiempos aún más conflictivos que los que se vivieron en el 2024.
En el acto, que probablemente esté encabezado por el propio Kicillof (aún no está definida su presencia), el Gobernador tratará de mostrar músculo político. Será una señal de presencia, consistencia e insistencia sobre un plan de acción. La intención de fondo es que lidere el proceso electoral bonaerense y que lo haga corrido de la sombra de Cristina Kirchner.
A fines de la semana pasada hubo una reunión en Villa Gesell para avanzar con los preparativos. Ayer hubo otro encuentro en la gobernación para seguir puliendo detalles. Hay una vocación de hacer pie en el interior de la provincia y visibilizar la figura de Kicillof como la del referente del peronismo. Hacía allí están direccionados los esfuerzos.
En el interior del armado político hay un respaldo absoluto a la conducción del economista, pero, sobre todo, está firma la decisión de sostenerlo frente a una embestida del cristinismo, que saben que llegará si decide desdoblar las elecciones y discutir a fondo el armado de listas y la estrategia electoral.
Más allá de las convicciones de cambio, en el esquema bonaerense empezó a expandirse el virus de la ansiedad. Segundas y terceras líneas de la estructura política empiezan a ver que los días se caen rápido del calendario y las cabezas del proyecto político - especialmente Kicillof - deben definir cómo bajar la propuesta en los municipios y cómo articular con la dirigencia de base.
“Hay que empezar a definir cómo armamos en la primera y tercera sección electoral. Si vamos a jugar a fondo, tenemos que empezar a construir ahora”, reflexionó un dirigente peronista que forma parte del comando kicillofista. La necesidad de empezar a armar está ligada a que, en el caso de ir con una lista propia, diferente a la del cristinismo, habrá muchos intendentes que quedarán del lado de CFK.
Un funcionario del gobierno bonaerense lo explicó en un hecho concreto. El ”Tano" Menéndez va a estar siempre con Cristina. Si queremos sentarnos a negociar con él, hay que empezar a juntar y ordenar ahora", indicó. Es una proyección estipulada sobre la ruptura del kirchnerismo. Un camino a seguir si no logran acordar una lista de unidad.
El acto en Mar del Plata será similar al que tuvo lugar el año pasado en Florencio Varela. Un plenario de todos los sectores políticos y sindicales del peronismo de Buenos Aires. En términos de simbología política, será una muestra de que están vivos, de que quieren jugar electoralmente y de que la conducción del espacio político -más allá de los reparos históricos- ya no reside en la ex presidenta de la Nación.
Además del acto en la costa, hay otros dos que ya tienen fecha. Serán el 15 de febrero en Junín y el 22 de febrero en San Nicolás. Cuarta y segunda sección electoral, respectivamente. Dos localidades importantes del interior bonaerense donde no gobierna el peronismo.
También hay planes para hacer otros actos en Azul y Bahía Blanca. La etapa más complicada será cuando tengan que tejer alianzas en el conurbano, el territorio donde el kirchnerismo tiene más peso, por la adhesión de los intendentes a la conducción de CFK, y por la intención de voto e imagen positiva que la ex jefa de Estado sigue teniendo en esos distritos.
“¿Cuánto tiempo nos va a llevar armar en el conurbano? ¿Qué hacemos? ¿Cuánto seguimos esperando? El tiempo empieza a pasar rápido", se sinceró un dirigente del armado kicillofista. La necesidad de las definiciones empezarán a pesar, cada vez más, sobre la cabeza de Kicillof. El massismo, a través de sus intendentes, ya ejerció presión para que haya definiciones sobre cómo se van a realizar las elecciones en la provincia.
Kicillof está esperando que haya una resolución del Congreso respecto a las PASO. El gobierno nacional está juntando los votos para suspenderlas o derogarlas. Si eso sucede, el Gobernador seguirá el mismo camino y definiría, en una misma jugada política, el desdoblamiento de las elecciones bonaerenses.
En los pasillos de la gobernación aseguran que Kicillof tiene la decisión tomada y que solo está esperando que se defina el futuro de las elecciones Primarias. En su círculo chico se inclinan por mantener un discurso más moderado y sostienen que la decisión la tomará cuando haya resoluciones a nivel nacional.
Un funcionario bonaerense, de estrecha relación con el Gobernador, evita ser explícito, pero da indicios claros sobre el tiempo que viene: “Milei no tiene estructura territorial en la provincia de Buenos Aires, juega con el poder simbólico de la referencia nacional. No desdoblar, lo beneficia, le permite echar raíces en la provincia”.
El kicillofismo prepara una recorrida de su líder por el interior de la provincia. La intención es que esté en la mayoría de los encuentros planificados. En el comienzo del año electoral activa un plan territorial para encumbrar a Kicillof y prepararse para las tensiones que florecerán en el corto plazo. Salvo que haya un acuerdo de último momento con CFK, lo que parece cada día más difícil de concretar.