El proceso de un posible entendimiento entre el PRO y La Libertad Avanza sumó un nuevo capítulo. Por lo menos desde el lado de los amarillos que, luego de la invitación a una mesa de diálogo que hizo el Presidente Javier Milei días atrás, dispuso un grupo de dirigentes para ir a esa negociación.
Milei dijo que estaba dispuesto a negociar con el PRO para ir juntos en las próximas elecciones con el fin de “arrasar con el kirchnerismo” en todo el país y Mauricio Macri dispuso rápidamente un equipo para llevar adelante esa conversación. “Nuestra propuesta de equipo de trabajo está conformada por las siguientes personas: Cristian Ritondo, Ana Clara Romero, Silvia Lospennato, Hernán Lacunza y Soledad Martínez. Con ellos, y los nombres que LLA proponga, podemos conformar un equipo no solo para defender los logros obtenidos, sino también para avanzar en una agenda profunda de cambios y transformaciones que Argentina necesita”, escribió el ex presidente en su cuenta de X. Y del otro lado no hubo respuesta aún.
El ex ministro de Economía, Hernán Lacunza, se refirió a la mesa de negociación y buscó bajarle el tono respecto a que sea un acuerdo electoral enfatizando que cualquier intento de diálogo “debe centrarse en cuestiones estructurales que permitan proyectar un modelo de país a futuro”. “Ir por un acuerdo electoral sería poner los caballos delante del carro, tenemos que pensar y trabajar pensando en la Argentina que queremos para el 2027 y para el 2030″.
En ese sentido el también ex ministro de Hacienda de la provincia de Buenos Aires señaló en declaraciones al programa De Acá en Más de Urbana Play que aunque tienen puntos en común con lo que piensa LLA “pensamos diferentes en otros temas” y que la idea que llevan a la mesa es la de avanzar en reformas estructurales “como las relacionadas con los sistemas tributario, laboral y previsional, así como las negociaciones internacionales, que no han avanzado durante el primer año de gestión del actual gobierno”.
Pero a nadie se le escapa que el silencio de la Casa Rosada luego del movimiento de Macri es que hay una sector del triángulo de hierro que no está muy confiado en darle lugar al PRO. Más precisamente a dos de los tres vértices: Karina Milei y Santiago Caputo; el tercero es el Presidente.
Esos dirigentes entienden que aún no deben responder a la propuesta. “Apura la discusión porque las condiciones van a ser peores”, dice una alta fuente en Rosada sobre la necesidad de Macri de avanzar en un acuerdo. Pero no sólo eso, sino que buscan acotar la discusión con el PRO sólo a lo electoral. “El gobierno somos nosotros y la agenda es la nuestra”, agrega para cancelar cualquier otro tipo de discusión. Por lo menos por ahora.
Tampoco se le escapa a Lacunza, quien dijo que el oficialismo “no siempre va a poder gobernar con el 50% de aprobación”, por lo que “tiene que pensar qué va a hacer cuando tenga el 30%” de apoyo. Y para ejemplificar esto dijo que el Gobierno no avanzó en las reformas profundas por “falta de músculo legislativo”, que es lo que le podría aportar el PRO. “Sólo tienen el 15% de los escaños en la Cámara de Diputados y el 10% en el Senado. Esta debilidad legislativa ha limitado la capacidad del Ejecutivo para impulsar cambios”.
Mientras Milei hace referencia a la posibilidad de que Mauricio Macri sea candidato a senador, el jefe de Gobierno porteño, Jorge Macri, quien tomó la decisión de desdoblar las elecciones en la Ciudad con el fin de no quedar atrapado en un plebiscito a la gestión de la Casa Rosada, lanzó que su primo y titular del PRO podría ser candidato a senador por la CABA.
El anuncio del alcalde porteño marca no sólo la posibilidad del PRO de ir sólo en una lista, sino que deja en claro que, frente a un acuerdo electoral, el fundador del partido amarillo encabezaría esa lista conjunta.
Una de las fortalezas que busca explotar La Libertad Avanza pasa por los resultados económicos. Principalmente la baja del costo de vida y el estancamiento del tipo de cambio. Lacunza también se refirió a esto y destacó la baja de la inflación, pero se mantuvo en desacuerdo con que el tipo de cambio sea el ancla. Aunque aclaró que no se va a sentar “ni con Toto Caputo -ministro de Economía- ni con Santiago Bausili -presidente del BCRA-”, dijo que “los regímenes cambiarios rígidos presentan dificultades para absorber shocks externos, lo que plantea interrogantes sobre cómo el país podría enfrentar futuras crisis”. En este contexto, llamó a “reflexionar sobre cómo garantizar la continuidad de una agenda de reformas incluso en escenarios de baja aprobación política”.