Fin de año. Clima caliente. Múltiples hipótesis de conflicto. Enojo y decepción. Diálogo y optimismo. La relación conflictiva que tienen Cristina Kirchner y Axel Kicillof sembró dudas y temores por todo el campo peronista. Sobre esa superficie caminan una enorme cantidad de dirigentes políticos que argumentan los motivos de la separación momentánea entre la ex presidenta y el gobernador bonaerense.
“Lo que importa en este momento es que Axel rechazó la invitación para estar en la asunción de Cristina”, sostuvo, con firmeza, un dirigente de estrecha relación con la nueva titular del PJ Nacional, varias horas después del acto en la UMET. En el cristinismo no se olvidaron del faltazo del Gobernador. Nadie aceptó sus explicaciones sobre las cuestiones de agenda.
En el kirchnerismo nadie se anima a hablar con exactitud de fractura expuesta. Son muchos los dirigentes que confían en que, al final del camino, la interna “se va a ordenar”. El optimismo tiene como fundamento central que la división del espacio y la posibilidad de presentar dos listas en unas PASO, solo beneficiara al gobierno de Milei. Es cuestión de buena voluntad más que un hecho objetivo.
Entre los dirigentes que conforman el esquema político de Kicillof hay miradas bien distintas. Un sector pretende que el año que viene haya dos listas en las elecciones bonaerenses. Eso implicaría que en las ocho secciones electorales de la provincia de Buenos Aires el cristinismo y el camporismo presenten una lista, y el kicillofismo presente otra. Todo bajo el sistema de PASO o, eventualmente, una interna partidaria.
“No hay que descartar la posibilidad de una interna, de una competencia entre nosotros, si no hay acuerdo”, se sinceró un importante legislador bonaerense, que se da cuenta de que la situación es más complicada de lo que parece y que con gestos de buena predisposición no alcanza. Hace falta un ordenamiento claro, una estrategia compartida y una mesa con actores preponderantes que tomen decisiones. Que la lapicera gire y los acuerdos lleguen a buen puerto.
Una eventual competencia interna sería el peor escenario para los intendentes peronistas. Los incomoda y los deja expuestos. Sobre todo si no quieren jugar decididamente para uno de los dos sectores. Además, les genera una posible división hacia abajo, en la lista de concejales. La interna es un problema para la mayoría. Pero, al mismo tiempo, es una forma de dirimir poder.
El sector menos confrontativo alienta la idea de que se constituya una propuesta de unidad. Advierten que La Libertad Avanza (LLA) está bien en las encuestas y que una división del peronismo les abriría el camino para un triunfo. Pero, al mismo tiempo, saben que los resquemores no ceden y Kicillof está jugando un partido difícil, tratando de consolidar su liderazgo como gobernador bonaerense.
El círculo más chico del Gobernador reclama que el peronismo bonaerense se encolumne detrás de él y lo sostengan para empezar a construir una propuesta nueva dentro del mundo K. Andrés “Cuervo” Larroque fue uno de los que lo planteó públicamente. De hecho, se lo dijo a Cristina Kirchner en la cumbre que hubo en Moreno el último lunes.
“No se entiende qué lugar quieren que ocupe Axel. Es el gobernador de Buenos Aires. ¿Necesita otro lugar?”, precisó un funcionario camporista. En la organización ultra K sostienen desde hace tiempo que Kicillof se victimiza en forma permanente y que no soporta las diferencias internas. El mismo nombre propio agregó: “En el fondo parece haber una decisión tomada que no se anima a explicitar y que lo está haciendo en cuotas”,
Esa decisión que divisan en la organización de Máximo Kirchner es la de encabezar la ruptura del peronismo y plantarse frente a liderazgo de CFK. Hay quienes creen que está llevando una estrategia de desgaste a la figura de la ex presidenta, que tuvo su pico máximo el último miércoles, cuando decidió faltar a su asunción como presidenta del justicialismo.
Algunos intendentes del conurbano tienen la teoría de que la discusión por la ley que bloquea las reelecciones indefinidas es un tema que está generando tensión hacia adentro del armado político y hace florecer suspicacias en forma permanente. “Si se logra eliminar la prohibición de las reeleciones, la convivencia se va a descomprimir”, avisó un jefe comunal peronista.
¿Cuál es la relación entre las reelecciones indefinidas de los intendentes y el conflicto interno entre Kicillof y CFK? Un intendente con larga trayectoria política lo puso en palabras: “Hoy algunos creen que La Cámpora y Massa están detrás de la indefinición de ese proyecto porque tiene como objetivo mandar a los varones del Conurbano a la casa, sacarlos de los municipios”.
La reelección de los intendentes, el armado de las listas, el diseño de la estrategia electoral, el dispositivo dirigencial que toma las decisiones de fondo. Todo eso está en juego dentro de contrapunto de poder que existe en el kirchnerismo. Especialmente en la provincia de Buenos Aires, donde la interna suma capítulos y el temario del peronismo bonaerense se aleja cada vez más de las preocupaciones reales de la gente.
Arriba del escritorio de Kicillof hay temas que necesitan una resolución urgente. Entre ellos, el posible desdoblamiento de la elección bonaerense y la eliminación de las PASO, además del sistema electoral que se utilizará. El Gobernador esperaba resolverlo en una mesa polítca con los principales socios de la coalición, pero ese momento parece estar lejos de llegar.
CFK y Massa ya plantearon su postura contraria a la posibilidad de un desdoblamiento. En algún punto, la decisión quedó en manos de Kicillof, que si se inclina por adelantar los comicios, volvería a patear el tablero y abriría un nuevo frente de conflicto en la relación con los pesos pesados de Unión por la Patria (UP).