“La noche del 14 de septiembre de 2024, Juan Antonio López, delegado de la Palabra, coordinador de la pastoral social en la diócesis de Trujillo (Honduras) y miembro fundador de la Pastoral de Ecología integral, murió asesinado por defender el río Guapinol y el Parque Nacional Botaderos “Carlos Escaleras Mejías”. El padre Marcelo Pérez Pérez, párroco maya tsotsil de la Diócesis de San Cristóbal de las Casas (México), fue asesinado el 20 de octubre de este año por defender los derechos de los indígenas chiapanecos. Son solo dos ejemplos muy dolorosos.”
Este breve relato fue verbalizado por el cardenal Michael Czerny, jesuita, prefecto del Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral del Vaticano durante la conferencia de prensa en la que se presentó la campaña “La vida pende de un hilo” impulsada por el Consejo Episcopal Latinoamericano (Celam). Es decir: no se trata de una interpretación fantástica, es una terrible realidad.
Que la Iglesia católica de América Latina y el Caribe de manera institucional haga propio este mensaje, lo proponga desde el 10 de diciembre de 2024 hasta el 10 de diciembre de 2025 y lo dé a conocer desde la Sala de Prensa de la Santa Sede —con la participación de 3 de los 5 cardenales latinoamericanos creados el pasado 7 de diciembre junto a la secretaria de la Pontificia Comisión para América Latina (CAL), la teóloga argentina Emilce Cuda— significa el apoyo pleno del Papa Francisco.
Ayer los rojos; hoy los verdes
“Hagamos memoria del documento del Papa Francisco -pidió Emilce Cuda- cuando nos habla del ‘santo de la puerta de al lado’, estos mártires que mueren por el Evangelio y que mueren por los documentos que promulga el Santo Padre y que salen de esta curia romana, como es la Laudato si’ y la Fratelli tutti. Esos son los santos de la puerta de al lado y hay que reconocer, como nos invita el Santo Padre, la santidad también en estas personas y no solamente en vidas ascéticas”.
Y aseguró valorando la campaña que “en el siglo XX los muertos por el Evangelio eran llamados rojos, ahora se convirtieron en verdes. La Iglesia siempre tiene un lenguaje positivo. Y esta campaña apunta a generar herramientas para una visión positiva para construir un futuro”.
Verdades con sabor a portuñol
Jaime Spengler —con su estilo respetuoso y tan cercano— está estrenando birrete cardenalicio frente a los medios del mundo. Brasileño, actualmente arzobispo de Porto Alegre, presidente de la Conferencia Nacional de Obispos del Brasil (CNBB) y presidente del Celam, fue contundente cuando señaló en el evento internacional con medios de comunicación: “No podemos permanecer indiferentes. Debemos dar a conocer sus historias y acompañarlos en sus denuncias de la cultura de la muerte que deviene de modelo económico capitalista y extractivista, y de los crímenes transnacionales aliados con el narcotráfico. No murieron en vano; fue por defender los derechos de los más pobres y no olvidemos los liderazgos indígenas”.
La campaña tiene como finalidad que abramos los ojos como sociedades ante las violencias de distintas índoles.
“De las dictaduras militares a las del narcotráfico y la violencia”
Desde Chile, el novísimo cardenal Fernando Chomalí, arzobispo de Santiago, apuntó con convicción a la importancia del fortalecimiento de las democracias en el continente, mirando la historia por el espejo retrovisor social, político y religioso: “Lo que está en juego es la democracia. En América Latina hemos pasado de las dictaduras militares a las dictaduras de la violencia, el narcotráfico e imponer sus ideas por la fuerza. En este sentido la Iglesia tiene una palabra extraordinaria: quiere custodiar la dignidad de la persona humana desde el momento de la concepción hasta la muerte natural, debemos salvaguardar el derecho de los padres a criar y educar a sus hijos, el derecho a vivir plenamente la fe y a tener una vida mejor a través del trabajo, que es la llave de la cuestión social”.
De este modo, Chomalí tácitamente puso en el centro que la política sigue siendo la herramienta a valorizar para los cambios que precisan los pueblos —en especial los más débiles y vulnerables— para ser escuchados en sus reclamos sobre el cuidado de medio ambiente, el respeto a los derechos humanos y la vida en todas sus expresiones: “Esta iniciativa del Celam es muy importante porque pone luz sobre el hecho de que la democracia está en peligro. Los que tenemos la experiencia de no vivir en democracia sabemos lo que esto significa para las personas. Creo que estas propuestas llegarán al corazón de la gente. A la humanidad le ha tomado mucho tiempo llegar a un estado de derecho donde los derechos fundamentales estén siempre salvaguardados. Cuando este estado de derecho se debilita nos enfrentamos a situaciones que no se pueden tolerar después de tantos esfuerzos que ha hecho la humanidad toda para alcanzarlos”, sentenció al saber de qué está hablando.
Perú: Números escalofriantes
“Del 2013 al 2024, 38 líderes de pueblos indígenas amazónicos fueron asesinados. Tenemos 500 denuncias de niñas indígenas abusadas. Hay una violencia generalizada en el caso peruano, entró la mafia en la minería ilegal y también, en la ciudad de Lima y otras grandes ciudades, para conseguir pequeñas cantidades de dinero mediante extorsiones. Se mata a 8 personas por día. La cosa es muy seria porque la vida de toda la gente pende de un hilo”, describió yendo al hueso el también nuevo cardenal peruano Carlos Gustavo Castillo Mattasoglio, arzobispo de Lima. Las cifras hablan por sí solas.
Una campaña muy necesaria
La campaña “La vida pende de un hilo” es una iniciativa latinoamericana de la Plataforma de Paz, Democracia y Derechos Humanos, y la Comunidad de Protección Latinoamericana, que acompaña el Centro de Programas y Redes de Acción Pastoral (Ceprap) del Celam que tendrá por ejes tres conceptos: la vida es sagrada; honrar la memoria y clamar justicia; y reconstruir el tejido social allí donde se ha dañado con violencia, asesinatos y atropellos a la vida.
“La forma concreta en la que se visibilizarán estos casos [de vulneración de DD.HH] están vinculados al trabajo de la ‘Plataforma de Derechos Humanos Paz y Democracia’ que coordina el Celam donde se busca que las comunidades presenten casos emblemáticos a partir de los cuales podamos contar sus historias. Hemos visto al inicio la historia de Juan López, un poco de esa manera. Y clasificando estos casos en extractivismo minero, defensa de los DDHH, las mujeres que no se les permite la participación en política o que son limitadas en su libertad de expresión. Buscamos que sean las comunidades las que autoricen y propongan los casos. La Plataforma está compuesta por 25 organizaciones que tienen los pies en los territorios, de ahí su importancia”, amplió desde el Vaticano el director del Centro para la Comunicación del Celam y quien dirige esta campaña, Óscar Elizalde Prada.