En el corazón de Buenos Aires, el histórico edificio Yatahi, sede de la Sindicatura General de la Nación (SIGEN), se convierte en el escenario de una exposición que revive la historia marítima del País. La muestra, titulada “Los buques regresan a casa”, presenta una colección de modelos a escala de barcos que formaron parte de la flota de la Empresa Líneas Marítimas Argentinas (ELMA). Esta exhibición estará abierta al público de manera gratuita en la Avenida Corrientes 379, en el barrio de San Nicolás, a partir del 9 de diciembre de 2024 y se extenderá hasta fin de enero de 2025.
La exposición no solo ofrece una mirada a los modelos de barcos, sino que también incluye objetos marítimos que forman parte del patrimonio cultural de la Argentina. Santiago Herrera, Síndico General Adjunto de la Nación, destacó que esta iniciativa “permite a los visitantes reconectar con un legado que es parte integral de la historia naviera argentina”. La preservación de estas réplicas ha sido posible gracias a la Coordinación de Recuperación y Conservación del Patrimonio Cultural del Ministerio de Economía de la Nación.
El edificio Yatahi, una obra arquitectónica de estilo racionalista. Fue construido en la década de 1940 por iniciativa del empresario naviero Alberto Dodero. Originalmente, albergaba las oficinas de la Compañía Argentina de Navegación Dodero S.A.. En 1949, el edificio pasó a ser propiedad del Estado, y la flota se renombró como “Dirección Nacional de la Flota Dodero”, antes de convertirse en la Flota Argentina de Navegación de Ultramar.
El proyecto fue llevado a cabo por el estudio de arquitectos de Santiago Sánchez Elía, Federico Peralta Ramos y Alfredo Agostini (SEPRA). La obra estuvo a cargo de la Compañía de Construcciones Civiles S.A. y duró dos años. En cuanto a la fecha de su inauguración, algunos autores hablan de 1944 y otros de 1945.
Según se describe en la página web de la SIGEN “el edificio Yatahi fue muy innovador para la época, ilustraba las influencias de un tiempo fuertemente ligado a la arquitectura del periodo inmediato anterior a la Segunda Guerra Mundial en Alemania e Italia”. Un ejemplo es el edificio Graf Zeppelin en la ciudad alemana de Stuttgart, del arquitecto alemán Paul Bonatz (hoy es un hotel de cinco estrellas) que sirvió de inspiración para SEPRA.
El edificio tiene una estructura de hormigón armado, muros de mampostería de ladrillo común. La fachada está revestida en piedra blanca de Lobería (Provincia de Buenos Aires), cortada a contraveta que acentúa las líneas del pórtico de entrada. El frente principal tiene, en el relleno entre las ventanas, planchas de cobre. Los pisos de algunas oficinas, sobre todo las del tercer piso ocupadas por el directorio de la Compañía (actualmente ocupadas por las autoridades de la Sindicatura General de la Nación), son de madera de algarrobo blanco y otros de material de fibra prensada “Kentile”.
En 1960, se creó la Empresa Líneas Marítimas Argentinas S.A. (ELMA), que integró los buques de la Flota Mercante del Estado y la Flota Argentina de Navegación de Ultramar. Sin embargo, en 1989, en el contexto de la Reforma del Estado, se decidió la privatización de ELMA, un proceso que culminó en 1996. Antes de su liquidación, en 1993, se firmó un contrato de compraventa entre ELMA y la SIGEN, mediante el Decreto N° 1566/93, quedó aprobada la compra y se llevó a cabo la entrega definitiva del edificio Yatahi a la SIGEN, el organismo de control del Estado, que depende de Presidencia de la Nación.
La exposición “Los buques regresan a casa” se inaugurará el 9 de diciembre a las 11 horas y estará abierta al público en Avenida Corrientes 379 esquina Reconquista. Los visitantes podrán disfrutar de la muestra en días hábiles, de 9 a 17 horas, sin costo alguno. Este evento no solo celebra la rica historia marítima de Argentina, sino que también resalta la importancia de preservar y compartir el patrimonio cultural con las futuras generaciones.
Cabe destacar que el edificio Yatahi se caracteriza por estar engalanado con destacadas obras de arte, especialmente de Benito Quinquela Martín, Fioravanti y de la Cárcova. Además de contar con antiguos instrumentos de navegación.
La Revista de Arquitectura, publicada en diciembre de 1945 reseñó que: “Este edificio ha sido construido con todas las dificultades creadas por el conflicto mundial y en el momento en que la escasez de materiales importados era más aguda; lo que permite decir que su construcción es un orgullo del esfuerzo de la industria nacional. Sus mármoles, piedras, granito, ascensores, bombas, calderas, cañerías de bronce para agua corriente, cañerías de electricidad, accesorios eléctricos son fruto de este esfuerzo”.
En el año 1947 su frente obtuvo el primer premio municipal de arquitectura en la categoría Fachadas, que incluía edificios para bancos, oficinas, hoteles, mercados y fábricas. Los visitantes, además de disfrutar de la exposición de buques a escala y objetos marítimos, podrán descubrir algunos de los detalles del edificio que, con el trajín diario, pasan desapercibidos. Por ejemplo, el reloj ubicado a 45 metros de altura, es el tercero más alto de la ciudad.
El primero es el reloj de la torre de la Legislatura y el segundo es el de la Torre Monumental (Torre de los Ingleses). Es de origen alemán y comenzó a funcionar en 1944 hasta que, a mediados de década del 80, una tormenta voló sus agujas y hubo que quitarlo del edificio por seguridad. En 2007 y luego de estar alrededor de 20 años guardado en un depósito, volvió a funcionar. Puede verse desde Plaza de Mayo.