La provincia de Buenos Aires concentra el 25% de los casos de coronavirus de todo el país y la mayor cantidad de personas en situación de extrema vulnerabilidad lo que dificulta que puedan sostener el acatamiento de la cuarentena obligatoria. Si bien el conurbano es una de las principales preocupaciones de Alberto Fernández, y la máxima de Axel Kicillof, intendentes y dirigentes de toda la provincia están en estado de alerta planificando medidas de contención social tanto sanitarias como económicas debido al parate de la actividad que provoca el aislamiento social, preventivo y obligatorio. En este marco, el municipio de Castelli creó un fondo de emergencia para la comunidad en caso de que se desate la pandemia a nivel local en el cual productores rurales deberán pagar hasta 36 mil pesos.
El avance del COVID-19 en Argentina hizo que quedara lejano en el tiempo el conflicto entre el Gobierno y el campo. Comenzaba marzo, y el Presidente se enfrentaba al sector agropecuario que paró por cuatro días como respuesta a la suba de retenciones a la soja de un 30 a un 33%. El aislamiento preventivo obligó a que se despejen no solo calles y rutas, también los conflictos locales para el Gobierno que quedaron opacados por la emergencia sanitaria. La disputa entre el kirchnerismo y el campo se mantiene latente: mientras el sector agropecuario ahora le exige al Estado medidas para paliar la crisis económica producto de la cuarentena, en Castelli el intendente Francisco Echarren dispuso que aporten a un fondo comunitario por el coronavirus.
En diálogo con Infobae, Echarren, negó que se trate de un impuesto. Es una "contribución especial por única vez”, declaró. En efecto de acuerdo al terreno que posean, los productores rurales deberán abonar el valor de medio ternero en el caso de campos de entre 200 y 300 hectáreas; el valor de un ternero, en territorios de 300 a 1000 hectáreas; y el valor de dos terneros en el caso de campos de más de mil hectáreas. El precio de cada cría de vaca ronda los 18 mil pesos, por ende deberán pagar entre 9 mil y 36 mil pesos de acuerdo a la extensión de su campo.
Si bien Echarren informó que fue una iniciativa que surgió de los mismos productores, un sector de ellos expresó su descontento porque ya comenzaron a recibir la factura “con esa tasa nueva sin haber pasado por el Concejo Deliberante”. “Una colaboración se pide o se da voluntariamente, no se impone”, se quejó un miembro del sector a este medio. Ante la consulta por este punto en particular, el intendente explicó que la sesión para tratar el tema estaba prevista para este miércoles desde antes de que se dicte la cuarentena obligatoria; por ello en las próximas horas se definirá si hoy mismo se sesiona. Considerando que son 10 los concejales, evaluarán si se pueden “tomar las medidas sanitarias correspondientes” para llevarla a cabo. Si no se sanciona la ordenanza municipal, ya está el decreto con su rúbrica, reveló el propio Echarren: “En breve vamos a estar en una emergencia económica”, justificó.
El jefe comunal del Frente de Todos explicó que la contribución especial por emergencia sanitaria “si la necesitamos se usa, sino se devuelve a los mismos productores”. Es que si bien en Castelli aún no se han registrado casos positivos de COVID-19, el Ejecutivo municipal está en alerta ante la posibilidad de que comiencen a aparecer vecinos infectados. Además de la expansión del virus, la preocupación se centra en el impacto económico que está teniendo por la cuarentena la localidad cuya población ronda los 8 mil habitantes, y la única actividad que se mantiene, además de la sanitaria y la de seguridad, es la rural. “Es el sector con mayor capacidad contributiva, el resto está muerto”, lamentó Echarren.
“Hay productores con cinco mil hectáreas que han donado un millón de pesos”, destacó de quienes colaboraron más allá de la decisión del gobierno municipal. “Un tipo que tiene mil hectáreas con un capital de 10 millones de dólares, tiene mínimo 2000 vacas, y se le pide el valor de un ternero, no es significativo para ellos”, defendió la iniciativa.
Un productor rural reacio a la medida cargó contra el intendente: “Aunque muchos quieran colaborar, hay otros que no pueden o simplemente no quieren. ¿Por eso los tiene que obligar?”, preguntó con sorna. “Si algún productor quería colaborar con más dinero, viendo la situación de malestar que está creando ya nos pone un freno o nos hace crear conflictos entre nosotros”, reprochó contra la “contribución colaborativa”.
Ante quienes lo acusan de imponer una carga impositiva más al campo, el intendente del Frente de Todos respondió que “no solo no aumentamos, sino que bajamos los impuestos; suspendimos pagos del servicio eléctrico para el sector comercial, para el campo, para pequeños productores; estamos prorrogando todos los vencimientos en línea con la provincia", se defendió.
Echarren sintetizó la queja rural en referentes del radicalismo a nivel local, a quienes acusó de “hacer política en la peor emergencia de los últimos 100 años”. “Antes del 12 de abril, si cae la recaudación nos va a obligar a que la grieta se termine. Si se politiza esto la vamos a pasar mal”, advirtió. “A nadie le gusta pagar impuestos, pero siempre que hay emergencias el productor rural es muy solidario”, concluyó el jefe comunal quien anunció -en sintonía con la propuesta de Juntos por el Cambio- que el fondo por coronavirus estará integrado también por los recursos económicos obtenidos de la reducción de 40 mil pesos de su sueldo, y de 15 mil pesos de la dieta de concejales.
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