
Un accidente ocurrido en la Vía Expresa Sur volvió a poner bajo cuestionamiento esta reciente obra inaugurada por Rafael López Aliaga antes de renunciar a la Municipalidad de Lima. El hecho dejó herida a una inspectora de tránsito, quien sufrió fuertes golpes en la cabeza tras ser impactada en medio del cruce, luego del choque entre dos vehículos. Las imágenes del incidente reavivaron las críticas sobre la seguridad, la señalización y el comportamiento de los conductores en una zona presentada como una de las obras emblemáticas de la actual gestión municipal.
A menos de 24 horas del choque, el panorama en el cruce de la Vía Expresa Sur con la avenida Surco se mantenía sin cambios. A la misma hora en la que ocurrió el accidente, persistían la congestión vehicular, las maniobras de alto riesgo y los inspectores intentando ordenar el tránsito en condiciones poco seguras.

Conductores y maniobras de alto riesgo
En el lugar, quedó en evidencia que el desorden no responde únicamente a la infraestructura, sino también a la conducta de los propios usuarios de la vía. “El caos lamentablemente lo forman, hay que decirlo, en su mayoría los mismos conductores”, denunció uno de los vecinos, al advertir que muchos intentan ganarle al cambio de luz del semáforo e ignoran las indicaciones del personal municipal.
La escena se repite de manera constante: vehículos que avanzan con la luz ámbar, otros que permanecen detenidos en zonas marcadas con cuadrados amarillos —donde no debería haber ningún auto— y giros que se ejecutan sin respetar las prioridades. Incluso, estuvo a punto de producirse otro accidente muy similar al registrado el día anterior.
El cruce se encuentra, además, frente a un centro educativo, lo que incrementa el nivel de riesgo. “Es en la esquina de todo un colegio”, advirtió otro ciudadano.
Confusión y críticas al diseño
Un vecino de la zona, testigo recurrente de los accidentes, apuntó a un problema estructural más profundo. “También hay una contradicción. Para muchos, ¿a quién le hago caso al semáforo cuando está funcionando o al orientador, al fiscalizador”, señaló.
El residente también cuestionó la forma en que se ha presentado la vía. “Para muchos les han dicho que esto es una vía expresa y no es tal”, afirmó, al advertir que algunos vehículos circulan a velocidades de 50 o 60 kilómetros por hora en una zona donde, por normativa, no se debería superar los 30, especialmente por la cercanía de un colegio.

Para el vecino, la reiteración de incidentes ya no puede considerarse casual. “Un accidente es un caso aislado. Dos accidentes pueden ser un caso aislado, pero tú tienes decenas. Entonces, cuando pasa eso, tienes que preguntarte qué está pasando, porque ya no son accidentes”, comentó.
En esa línea, apuntó directamente al diseño vial y a la señalización existente. “Lo que hay acá en realidad es un mal diseño”, agregó.
Falta de control policial
En el cruce, los inspectores de tránsito no pueden permanecer en medio de la pista debido al alto riesgo que enfrentan. En algunos momentos, es necesaria la intervención de dos trabajadores para intentar frenar a los conductores que no obedecen a una sola persona. “Ambos tienen que estar sobre la acera. No pueden quedarse en mitad de la pista porque puede pasar también otro accidente”, alertan.
La ausencia de policías de tránsito es otro de los puntos críticos. “No hay y eso es una falta, porque claramente los inspectores no están en capacidad de multarte”, afirmó el vecino, quien remarcó que solo la Policía Nacional puede hacer cumplir efectivamente el reglamento de tránsito.



