El reconocimiento oficial del Templo San Pedro Apóstol de Andahuaylillas introduce un nuevo capítulo en la lectura del patrimonio cultural peruano. En un contexto donde el turismo suele concentrarse en grandes complejos arqueológicos, este anuncio dirige la atención hacia un espacio religioso que dialoga con la historia, la fe y la vida cotidiana de una comunidad andina del Cusco.
Ubicado en la provincia de Quispicanchi, el templo ocupa un lugar singular dentro del mapa cultural del país. Su reciente clasificación como “Recurso Turístico de Jerarquía 4” —el nivel más alto otorgado a un atractivo turístico en el Perú— lo coloca en una categoría reservada para espacios con capacidad de convocatoria internacional y con valores patrimoniales plenamente reconocidos.
El anuncio también adquiere un sentido especial por tratarse del primer templo católico virreinal que alcanza esta jerarquía. El dato no solo destaca la relevancia del inmueble, sino que amplía el enfoque sobre la herencia colonial y sus expresiones artísticas en zonas rurales del sur andino.
Este reconocimiento llega tras años de trabajo institucional y comunitario, en un escenario donde la conservación patrimonial, la gestión cultural y el turismo se articulan como parte de una misma agenda pública.
Un templo que mantiene prácticas culturales vigentes
El Templo San Pedro Apóstol de Andahuaylillas forma parte de un conjunto de templos vivos, condición clave dentro de los criterios de evaluación turística. En su entorno persisten rituales, expresiones de sincretismo religioso y prácticas culturales que continúan en uso, rasgo que refuerza su autenticidad y singularidad.
Entre los factores considerados para la Jerarquía 4 figuran la autenticidad, el valor patrimonial, el flujo de visitantes y la capacidad para motivar el turismo internacional. Estos elementos permiten comprender por qué el templo supera la categoría de monumento y se presenta como un espacio activo dentro de la vida local.
A nivel internacional, el recinto integra la Lista Indicativa de la UNESCO como parte del conjunto “Templos rurales del Cusco”. Esta denominación pone en valor el proceso histórico de evangelización y la riqueza del barroco andino, donde conviven elementos prehispánicos y coloniales.
Nuevas rutas para el turismo en Cusco
La jerarquización del templo aporta a la diversificación del turismo en Cusco, región tradicionalmente asociada al turismo arqueológico y paisajístico. Con este reconocimiento, la oferta cultural se amplía hacia experiencias vinculadas con el arte, la espiritualidad y la historia local.
En esa línea, el templo y los demás espacios que integran la Ruta del Barroco Andino recibieron el distintivo “TUR4all”, que los posiciona como referentes en accesibilidad. Este sello refuerza el objetivo de consolidar al Perú como un destino inclusivo, con propuestas pensadas para distintos perfiles de visitantes.
La Ruta del Barroco Andino, que celebra 15 años de trayectoria, cumple un rol central en la promoción de estos templos y en la articulación de esfuerzos entre Iglesia, autoridades locales y entidades culturales.
Impacto en el desarrollo local
La Jerarquía 4 impulsa un modelo de turismo orientado a la relación entre visitante, comunidad y patrimonio. Este enfoque genera beneficios directos para la población de Andahuaylillas, con oportunidades de empleo local, apoyo a la conservación del templo y respaldo a las obras sociales y pastorales de la Compañía de Jesús en Quispicanchi.
El reconocimiento también permite priorizar proyectos de inversión en conservación patrimonial, promoción turística y mejora de la gestión del sitio y del distrito. Estas iniciativas se desarrollan junto a instituciones como el World Monuments Fund y la Universidad Internacional de La Rioja (UNIR), que participan en procesos de investigación y fortalecimiento de capacidades.
El camino hacia la Jerarquía 4 responde a un trabajo sostenido que incluyó la restauración integral del templo entre 2008 y 2013.
La elaboración del expediente técnico contó con la participación de GERCETUR, la Municipalidad Distrital de Andahuaylillas, la Parroquia San Pedro Apóstol y la propia Ruta del Barroco Andino, en un esquema de coordinación interinstitucional.
Una ceremonia con símbolos y memoria
La ceremonia oficial se realizó en el interior del templo y reunió a autoridades regionales y locales, representantes de la Iglesia, instituciones culturales y vecinos del distrito. El acto se inició con la interpretación de música barroca en los órganos históricos del templo, a cargo del maestro Iván Zignaigo.
Durante el programa, el regidor Marcelino Arriaga ofreció palabras de bienvenida y se presentó una explicación sobre el significado de la Jerarquía Turística 4 y su impacto regional. El himno “Hanaq Pachap Kusikuynin” sonó al órgano, como recordatorio del valor histórico y espiritual del recinto.
Intervinieron el alcalde distrital, Nicanor Rocca, y el párroco P. Eduardo Vizcarra SJ. El gerente de GERCETUR, Mg. Rosendo Baca, destacó el trabajo conjunto que permitió el reconocimiento. Luego se realizó la lectura oficial de la resolución y la develación de la placa conmemorativa, seguida por la bendición al Sr. Qollority a cargo de la comparsa Qapaq Qollas de Andahuaylillas. La jornada continuó con una visita guiada especial por el templo.
