
El ex primer ministro peruano Pedro Cateriano compartió una fotografía junto a María Corina Machado, reciente ganadora del Premio Nobel de la Paz 2025, durante los homenajes celebrados en Oslo.
“Hoy con María Corina Machado, la heroína de la libertad en Venezuela y Premio Nobel de la Paz”, escribió Cateriano en sus redes sociales, destacando la trascendencia del encuentro y la admiración que siente por el coraje de la líder venezolana, distinguida por su resistencia pacífica ante el autoritarismo.
Cateriano fue uno de los invitados personales de Machado a la ceremonia, hecho que él mismo agradeció públicamente. “Agradecido y honrado por la invitación de la Premio Nobel de la Paz María Corina Machado, para asistir a Oslo”, escribió el exministro en sus redes sociales, reflejando la cercanía y el reconocimiento mutuo entre ambos defensores de la democracia latinoamericana.
La ceremonia fue testigo del apoyo y la solidaridad de destacadas figuras políticas y sociales, quienes resaltaron la importancia de la defensa de las libertades en Venezuela como una causa continental. El encuentro permitió, además, renovar los lazos entre los movimientos democráticos de Sudamérica, y reafirmar el compromiso regional frente a la amenaza que representa el autoritarismo.
Pedro Cateriano resalta el liderazgo de María Corina Machado
En Oslo, Pedro Cateriano no solo acompañó a María Corina Machado; también compartió reflexiones que resuenan en el contexto peruano y regional. Lo vivido durante la ceremonia le permitió observar de cerca el impacto mundial de la causa venezolana, afirmando sin ambages: “María Corina Machado ha sido impactante, una prueba más de su valentía y arrojo en defensa de la causa de la libertad. Estamos frente a una heroína venezolana”, declaró en diálogo con Claro y Directo del periodista Augusto Álvarez Rodrich.
Cateriano insistió en el valor simbólico de la premiación, que va mucho más allá de Venezuela. Subrayó que el discurso del presidente del Comité Nobel noruego y las palabras de la hija de Machado no solo reconocieron una lucha individual. Fueron, en sus palabras, “una condena firme a la dictadura, algo ejemplar frente a las tibias posturas de otros organismos internacionales”.
El exministro puso especial énfasis en la distancia que marcó Noruega respecto a países y bloques, como la Unión Europea, que han asumido posiciones ambiguas frente a los abusos de poder en América Latina.

Para Cateriano, María Corina Machado es ahora el símbolo visible de la resistencia democrática, un emblema que inspira apoyo desde todos los continentes. “Es el símbolo, por esa razón tantos venezolanos a nivel mundial la apoyan y el impacto mediático que ha tenido su premiación es enorme”, sostuvo. Remarcó que la labor de Machado resulta inspiradora para los países latinoamericanos donde la democracia se tambalea. “El mensaje del Comité Nobel fue muy ilustrativo y ejemplar”, agregó.
El exprimer ministro no dejó pasar la oportunidad para conectar el mensaje de Oslo con la coyuntura peruana, marcada por la incertidumbre política y la inestabilidad institucional. “Vamos a entrar a una etapa crucial donde debemos definir el futuro del país y ojalá las propuestas apunten a consolidar o recuperar nuestra debilitada institucionalidad democrática”, manifestó. En su diagnóstico, “lo que vivimos en Perú es una anomalía democrática y constitucional que debe corregirse de manera radical”. La constante rotación de presidentes y ministros en los últimos años es, para él, una alarma que no puede ser ignorada.
Pedro Cateriano: la experiencia venezolana como advertencia para el Perú
Cateriano recalcó que el único camino viable para recuperar la estabilidad está en manos de la ciudadanía, a través del sufragio y el debate público informado. “Como en todas partes, quien tiene la solución es el pueblo a través del voto”. Recordó casos recientes de transformación en Bolivia y Argentina, donde la sociedad decidió poner fin a modelos autoritarios a través de las urnas, y animó a que las próximas elecciones en Perú sean “una oportunidad para reflexionar y elegir bien”, afirmó.
Para Cateriano, la experiencia venezolana es una advertencia para el Perú. Señala que las amenazas a la democracia pueden venir tanto de líderes de derecha como de izquierda, y destaca que ningún país está exento del riesgo de perder sus libertades si descuida sus instituciones. Según el exministro, “tanto la derecha antidemocrática como la izquierda antidemocrática creen que con la fuerza bruta o con la mano dura se solucionan los problemas, y eso no es así”.

Por eso, insiste en que el momento electoral que enfrenta Perú debe ser aprovechado para debatir propuestas y fortalecer la democracia, recordando que el voto ciudadano es la herramienta fundamental para superar la actual crisis política y asegurar el respeto al orden constitucional.
Finalizó reconociendo la dimensión regional de la lucha por la libertad. La historia de Machado y el reconocimiento internacional recibido son una advertencia y un motivo de esperanza para todo país que affronte el desgaste de su institucionalidad. “El Premio Nobel de la Paz para María Corina Machado es un recordatorio para el Perú y para América Latina: si se descuida la democracia, la libertad se pierde. Pero si se lucha por ella, la esperanza puede ser restaurada”.
María Corina Machado recibe el Nobel de la Paz
El Premio Nobel de la Paz 2025 fue entregado a María Corina Machado en reconocimiento a su férrea defensa de las libertades en Venezuela, aunque la lideresa no pudo llegar a tiempo a la ceremonia en Oslo. Fue su hija, Ana Corina Sosa Machado, quien recibió el galardón y leyó un discurso que recorrió la travesía de resistencia del pueblo venezolano.
“He venido a contarles una historia, la historia de un pueblo y su larga marcha hacia la libertad. Esa marcha me trae hoy aquí, como una voz entre millones de venezolanos que se han levantado una vez más para reclamar el destino que siempre les ha pertenecido”, afirmó Machado en palabras transmitidas por su hija ante el Comité Nobel.
El discurso, de gran carga emotiva, abordó la diversidad, la historia y la dura crisis vivida por Venezuela: una economía colapsada, millones de migrantes y una sociedad sometida a graves violaciones de derechos humanos. Machado no dudó en denunciar “el terrorismo de Estado, usado para enterrar la voluntad del pueblo”, así como los “crímenes de lesa humanidad documentados por Naciones Unidas”, mensajes que adquirieron aún más relevancia al difundirse desde el escenario del Nobel.



