
En el Día de los Derechos Humanos, colectivas feministas de Lima Norte han intensificado su exigencia por la defensa de los derechos de las mujeres. En el ámbito nacional, el 75,7% de la población justifica algún tipo de violencia de género, de acuerdo con la Encuesta Nacional sobre Relaciones Sociales (ENARES).
Esta situación, determinada por la inseguridad y la aceptación de la agresión, ha llevado a las organizaciones a reclamar un cambio social que logre revertir la tolerancia y el menoscabo de derechos fundamentales.
El pronunciamiento más reciente de estas agrupaciones incluyó un manifiesto con información alarmante sobre Comas: el 41% de los habitantes considera inapropiado hablar de placer sexual, el 38% sostiene que una niña “se convierte en mujer” cuando menstrua, otro 38% piensa que un hombre violento puede cambiar gracias a una “buena mujer” y el 58% responsabiliza exclusivamente a la mujer en casos de embarazo no deseado.
Estos datos, extraídos de la Encuesta sobre Sexualidad y Género realizada por Ipsos para Demus, exponen la persistencia de mitos y prejuicios que mantienen la desigualdad y la llamada “cultura de la violación”.
En el marco del 25 de noviembre y en la antesala del Día de los Derechos Humanos, las colectivas Feministas Lima Norte, Yana Ñawi, Adeprosan y Vuelo de Mariposas, en colaboración con la Casa Cultural Haciendo Pueblo, organizaron dos encuentros abiertos en el Mercado Fevacel y el Skate Park de Comas.
Las actividades tuvieron como objetivo generar espacios seguros, compartir testimonios y realizar una acción escénica sustentada en experiencias locales. La intervención artística trató temas como el control sobre los cuerpos, los silencios en torno a la educación sexual, la presión sobre adolescentes y el acoso callejero, en sintonía con las vivencias del territorio.
Los resultados de la encuesta Ipsos–Demus refuerzan la preocupación de las activistas. En distritos como Comas y El Agustino, así como en regiones como Tacna, San Martín y Huánuco, entre el 12% y el 20% de las personas encuestadas cree que cuando una mujer dice “no” a una relación sexual, “a veces significa que sí”, una convicción que legitima la cultura de la violación. Además, entre el 29% y el 41% sostiene que un hombre violento puede cambiar gracias a una “buena mujer”.
La ENARES revela que el 56,5% de los hombres piensa que, en algunas circunstancias, una violación podría ser justificable. Este dato, junto a la elevada proporción de personas que justifican la violencia, muestra una sociedad que naturaliza el daño y expone a las mujeres a mayores riesgos en contextos marcados por la inseguridad y los estereotipos.
Las acciones emprendidas por las colectivas de Lima Norte forman parte de una estrategia comunitaria respaldada por DEMUS y la Fundación ADSIS. Estas iniciativas buscan prevenir la violencia de género desde los territorios y destacan un mensaje central: "Nuestros cuerpos, territorios que resisten“.
La defensa del cuerpo y del espacio, recalcan las activistas, es una labor que involucra a la comunidad de manera cotidiana y colectiva. La transformación social comienza en la organización y en las voces que permanecen firmes frente a la adversidad.


