
En un escenario marcado por la escasez del inmunosupresor Tacrolimus, esencial para quienes han recibido trasplantes renales, el Ministerio de Salud (Minsa) confirmó la entrega de un segundo lote de este medicamento al Seguro Social de Salud (EsSalud).
El proceso, canalizado mediante el Centro Nacional de Abastecimiento de Recursos Estratégicos en Salud (Cenares), busca mantener la continuidad del tratamiento ante las dificultades reportadas en hospitales públicos.
El Minsa, a través de pronunciamientos oficiales y publicaciones en redes sociales, explicó que la entrega constituye un apoyo temporal, mientras EsSalud finaliza sus adquisiciones regulares.
Según los comunicados, este proceso no afecta el suministro para pacientes del propio Minsa ni de los establecimientos de los gobiernos regionales. Infobae Perú detalló que la provisión apunta a responder a un periodo de demandas crecientes reflejadas en reclamos de organizaciones y familias.
En el marco de este operativo logístico, el 9 de diciembre los primeros lotes llegaron a los hospitales Guillermo Almenara Irigoyen y Alberto Sabogal Sologuren.
La distribución se mantendrá con nuevos despachos los días 10 y 12 de diciembre, según la programación anunciada por EsSalud.
La estrategia conjunta con el Minsa contempla tres remesas en total, en busca de garantizar el acceso a quienes dependen del medicamento todos los días.
El Ministerio y el Seguro Social sostienen reuniones para perfeccionar las respuestas ante el desabastecimiento de Tacrolimus y fortalecer la gestión de fármacos críticos. Los voceros han coincidido en que la cooperación interinstitucional es indispensable en contextos de escasez global o retrasos de importación.

Carencia de inmunosupresores
La crisis sanitaria por el desabastecimiento de Tacrolimus ha puesto en evidencia la vulnerabilidad del sistema de abastecimiento estatal.
Pacientes trasplantados y familiares han narrado, mediante redes sociales, episodios de reducción de dosis y donaciones informales.
Testimonios recogidos por Infobae Perú confirman que muchas personas buscaron el fármaco en hospitales ajenos o recurrieron a alternativas internacionales.
En algunos casos, familiares de pacientes tuvieron que adquirir Tacrolimus en el extranjero o intercambiar cápsulas a través de plataformas digitales.
Caterina Foresti, allegada de un paciente renal, denunció la falta de información precisa por parte de las autoridades y la necesidad de pedir ayuda entre sedes hospitalarias.
Por su parte, Brígida Castro Rea, paciente en el Hospital Sabogal del Callao, reportó incertidumbre por las reservas agotadas y la ausencia de fechas exactas para la normalización del abastecimiento.
La escasez obligó a EsSalud a suministrar ciclosporina como reemplazo provisional. Los especialistas advierten que cambiar inmunosupresores requiere de monitoreo estricto para evitar el rechazo del órgano trasplantado.
El debate generado sostiene la relevancia de contar con protocolos claros, canales de comunicación ágiles y sistemas de importación efectivos, enfocándose en medicamentos como el Tacrolimus, catalogado como insumo crítico por la autoridad sanitaria.
Tanto el Minsa como EsSalud insisten en que trabajan para estabilizar el stock a nivel nacional y reducir al mínimo el riesgo de interrupciones, en beneficio de la salud e integridad de la población trasplantada.



