Así fue el recorrido de Ibai y Gaspi por las calles de Lima: bromas, sorpresas y caos

Entre travesuras callejeras, confesiones absurdas y un público entusiasta, el creador español registró momentos que marcaron su paso por la capital al lado de su colega argentino

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El creador español y su inseparable amigo argentino convirtieron las calles limeñas en un escenario de bromas, confesiones absurdas y encuentros únicos que dejaron a todos sorprendidos y con ganas de más aventuras (YouTube)

La llegada de Ibai a Perú transformó las calles limeñas en un espectáculo continuo, impulsado por la presencia de Gaspi, su cómplice argentino en esta aventura nocturna. Ambos recorrieron Miraflores y Barranco mientras improvisaban situaciones que mezclaron humor, confusión y una galería de personajes que respondieron con desparpajo.

Desde un joven ebrio que cantaba en japonés hasta una vendedora ambulante que ofreció realizar el “salto del tigre”, cada interacción reveló la espontaneidad del público peruano.

El trayecto incluyó bromas, declaraciones inesperadas y un episodio en el que Ibai fingió molestia ante un fan que subió a su camioneta. La ruta culminó con nuevas ocurrencias y un bus que pasó de estar vacío a llenarse por completo.

Un joven ebrio, una serenata japonesa y la sorpresa de Ibai

El canto japonés de un
El canto japonés de un joven fuera de control impactó a Ibai y dio paso a un recorrido donde la sorpresa fue constante y cada esquina ofreció un nuevo instante surrealista. (YouTube)

El recorrido comenzó en Miraflores, donde Gaspi se encontró con un muchacho que, pese al estado evidente en el que se encontraba, decidió entonar canciones en japonés frente a la cámara. La escena desconcertó a Ibai, quien exclamó varias veces su sorpresa ante la actuación del joven.

Gaspi intentó convencerlo de que una escuela de música observaba la interpretación y podía contactarlo.

El muchacho respondió con más frases en japonés y luego imitó ladridos, lo que llevó a Ibai a afirmar que “todo Perú es surrealista”. El intercambio marcó el tono del resto de la noche, caracterizado por situaciones absurdas que surgieron sin previo aviso.

El “salto del tigre”, confesiones inesperadas y una camioneta llena de bromas

Entre ofertas insólitas, elogios inesperados
Entre ofertas insólitas, elogios inesperados y un fan creyendo que había cometido una falta, Ibai y Gaspi construyeron una secuencia de ocurrencias que solo Lima podía provocar. (YouTube)

Otro momento destacado llegó cuando una vendedora ambulante se acercó a Gaspi y afirmó que podía hacerle el “salto del tigre”. La frase desencadenó una conversación en la que la mujer describió, sin reservas, cómo se lanzaría sobre él “como un tigre”. Gaspi transmitió su desconcierto mientras Ibai observaba entre risas. La mujer llegó a decir que le parecía “muy lindo” y que sus ojos eran “hermosos”.

Durante el trayecto, Ibai instruyó a Gaspi para que buscara a alguien dispuesto a subir a la camioneta. Un joven aceptó la invitación y, una vez a bordo, Ibai simuló molestia. Le pidió que se retirara con tono serio y lo cuestionó por entrar sin permiso. Tras ver la expresión del joven, Gaspi aclaró que todo era parte de una broma. El visitante pidió una foto y se despidió entre risas, aliviado por descubrir que el enfado era ficticio.

La noche avanzó con conversaciones que oscilaron entre lo absurdo y lo improvisado. Gaspi interrogó a una mujer sobre política, economía, hábitos cotidianos y hasta temas íntimos. La situación derivó en declaraciones que sorprendieron al propio Ibai, quien reaccionó con incredulidad ante cada respuesta. También aparecieron referencias a Pokémon, a supuestas habilidades “maduras” de la entrevistada y a situaciones de pareja que Gaspi planteó para descolocarla.

Barranco surrealista, turistas dibujantes y un beso en plena calle

Retratos al paso, un beso
Retratos al paso, un beso sin aviso y bromas que cruzaban idiomas hicieron de Barranco un punto donde la espontaneidad multiplicó las sorpresas para Ibai y Gaspi. (YouTube)

Al llegar a Barranco, Ibai recordó que Gaspi había hecho “demasiadas bromas sobre los peruanos” y lo retó a interactuar con todo aquel que se cruzara. En uno de los puntos del distrito, Gaspi encontró a un turista que dijo parecerse a Mister Satan de Dragon Ball Z. El argentino lo calificó como “animé en persona” y provocó reacciones que mezclaron desconcierto y humor.

Más adelante, Gaspi se topó con un grupo de jóvenes que lo dibujó mientras Ibai los animaba a continuar. Dos turistas aceptaron retratarlo y Gaspi confesó sentirse atraído por ellas, aunque afirmó que no creía que la sensación fuera mutua. Ibai celebró el retrato mientras Gaspi observaba el dibujo con resignación.

Uno de los momentos más comentados ocurrió cuando Gaspi conoció a un joven peruano que se identificó como gay. Tras un breve intercambio, el muchacho aceptó darle un beso. Ibai se mostró sorprendido y destacó la naturalidad con la que el encuentro se desarrolló en plena calle limeña.

Gaspi también conversó con una pareja formada por un peruano y una española. El argentino preguntó a la mujer cómo había sido conquistada y el hombre aseguró que el secreto estaba en el baile. Gaspi se acercó a él y le pidió que le mostrara el movimiento de cadera. Ibai sugirió que Gaspi se pegara de manera incómoda, lo que produjo un baile exagerado que provocó risas entre los presentes.

Mientras seguían el recorrido, Gaspi preguntó a una mujer si había seguido la final del mundial de desayunos entre Perú y Venezuela. La joven respondió que Perú había ganado. Ibai aprovechó para afirmar que sabía preparar buenas arepas y, para sostener la broma, buscó instrucciones en Google. Gaspi repitió la receta con errores evidentes, lo que llevó a la venezolana a señalar que aquello “no era una arepa”.

El episodio final se desarrolló cuando Ibai pidió que consultaran dónde salir de fiesta. Antes de continuar, el bus que utilizaron para el recorrido enfrentó una situación peculiar: nadie quería subir al vehículo, pero después se llenó por completo. El momento provocó carcajadas en el equipo, que no esperaba una reacción tan brusca del público.

La travesía terminó con el grupo buscando recomendaciones nocturnas en Barranco, mientras Ibai y Gaspi cerraban una jornada marcada por escenas insólitas que encontraron en Lima un terreno fértil para el humor.