
En el Perú, cada vez más personas recurren a la terapia psicológica para afrontar situaciones emocionales, estrés, trastornos de salud mental y buscar apoyo profesional. Según reportes del Ministerio de Salud (Minsa), los establecimientos de salud atendieron más de 1 millón 300 mil casos por trastornos mentales y problemas psicosociales durante 2024.
Además, la demanda de servicios de salud mental ha crecido en los últimos años, evidenciando una mayor conciencia social sobre la necesidad de atención psicológica. Por su parte, el Seguro Social de Salud (EsSalud) ha reforzado sus servicios, incluyendo modalidades como la telepsicología, para brindar orientación psicológica a asegurados en distintas regiones del país.
En este contexto, hay terapias especializadas para distintos tipos de trastornos. Entre ellas, la terapia dialéctico conductual (TDC) destaca por su eficacia en el tratamiento de personas con trastornos complejos de regulación emocional, como el trastorno límite de la personalidad (TLP). Conocer en qué consiste, sus técnicas, y en qué se diferencia de otras terapias es clave para quienes buscan ayuda profesional adecuada.
Terapia Dialéctico Conductual: en qué consiste
La TDC fue desarrollada por la psicóloga norteamericana Marsha M. Linehan en los años 80 y 90, con el propósito de ofrecer tratamiento a personas con desregulación emocional severa, impulsividad, conductas autolesivas o intentos de suicidio, así como dificultades en las relaciones interpersonales. Este enfoque terapéutico parte de un modelo biosocial: reconoce que los síntomas del TLP (o trastornos emocionales graves) resultan de la interacción entre vulnerabilidades biológicas/neurobiológicas y un ambiente invalidante.
La TDC combina técnicas cognitivo-conductuales con prácticas de aceptación, conciencia plena (mindfulness) y enfoques influenciados por filosofías orientales (como el budismo). El objetivo es dual (dialéctico): por un lado, aceptar la realidad del paciente (sus emociones, su historia, su vulnerabilidad), y por otro, promover el cambio midiendo patrones de pensamiento, emoción y conducta que resultan disfuncionales.

La intervención normalmente incluye:
- psicoterapia individual
- entrenamiento de habilidades en grupo
- atención en crisis (cuando la persona atraviesa momentos de riesgo).
Por qué la TDC es útil para el Trastorno Límite de la Personalidad
El TLP se caracteriza por inestabilidad afectiva (cambios rápidos de humor), impulsividad, autolesiones, miedo al abandono, relaciones interpersonales conflictivas y una identidad inestable. La TDC aborda justamente esos aspectos: enseña habilidades para reconocer y manejar emociones intensas, reducir impulsos autodestructivos, mejorar las relaciones interpersonales, y construir una estabilidad emocional progresiva. Asimismo, su enfoque de aceptación ayuda a reducir la autocrítica, la vergüenza o la culpa que muchas personas con TLP sienten.
Por eso, la evidencia la posiciona como la forma de psicoterapia más eficaz para TLP dentro de los enfoques terapéuticos actualmente disponibles. Además, la TDC ha demostrado utilidad en otros trastornos relacionados con desregulación emocional: trastornos del estado de ánimo, trastornos de la alimentación, uso de sustancias, trauma, entre otros.
Técnicas de la TDC

Entre las principales técnicas y componentes de la TDC destacan:
- Mindfulness (conciencia plena): enseñar a la persona a observar sus pensamientos, emociones y sensaciones sin juzgarlos, promoviendo una mayor claridad mental y auto-aceptación.
- Regulación emocional: habilidades para identificar emociones intensas, entenderlas, reducir su vulnerabilidad y manejar respuestas emocionales de forma más adaptativa.
- Tolerancia a la angustia: estrategias para afrontar el sufrimiento, la crisis emocional o el impulso de autolesión sin recurrir a conductas destructivas, resistiendo el malestar.
- Efectividad interpersonal: mejorar las relaciones sociales, comunicación, límites, asertividad, las cuales son áreas frecuentemente debilitadas en personas con TLP.
Este enfoque integral (habilidades, psicoterapia individual y manejo de crisis) da a la persona herramientas concretas para regular sus emociones, reducir conductas perjudiciales y mejorar su funcionamiento cotidiano.
Cómo el TLP afecta la salud
El Trastorno Límite de la Personalidad (TLP) afecta la salud de manera integral, porque implica una marcada inestabilidad emocional, impulsividad y dificultades en las relaciones interpersonales. Estos síntomas generan altos niveles de estrés, lo que puede afectar el sueño, aumentar la tensión muscular y elevar el riesgo de problemas gastrointestinales o dolores crónicos. Además, la impulsividad puede llevar a conductas de riesgo, como autolesiones, consumo de sustancias o problemas alimentarios. La inestabilidad emocional también incrementa la probabilidad de ansiedad y depresión. Sin tratamiento adecuado, el TLP impacta la calidad de vida y el bienestar físico y mental de quienes lo padecen.



