
El Aeropuerto Internacional Jorge Chávez está en el centro de una controversia que enfrenta a aerolíneas y autoridades peruanas, debido a la aplicación de la Tasa Única de Uso de Aeropuerto (TUUA), que afecta a los pasajeros en tránsito.
La Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA) advierte que este cobro puede encarecer boletos, reducir rutas y debilitar la posición de Lima como centro de conexiones regional.
Martín La Rosa, country manager de la IATA en Perú y Bolivia, explicó que el impacto principal recaerá en los pasajeros peruanos, puesto que Lima opera como centro de conexión obligado ante la limitada oferta de vuelos directos entre provincias.
Según La Rosa, en entrevista para RPP, “al ser un centro de conexiones, el Perú atrae más vuelos y crea nuevas rutas, pero si los pasajeros optan por alternativas como Bogotá o Panamá, que no cobran esta tasa, se perderán frecuencias y opciones de viaje".
Indicó también que el costo de la TUUA, fijado por OSITRAN, afectará la competitividad local: “La TUUA de transferencia no la decide la aerolínea, es una tasa fijada directamente para los pasajeros, determinada por el regulador peruano”.
En palabras del representante de IATA, la clave está en entender el efecto dominó. “Si las rutas dejan de ser rentables, las líneas aéreas suspenden planes de crecimiento y quienes terminan perjudicados son los propios viajeros nacionales”, precisó.

“Hay alternativas para evitar daños al sector”
El conflicto enfrenta principalmente a Lima Airport Partners (LAP), concesionario del aeropuerto Jorge Chávez, con las compañías de aviación, aunque en los contratos, el Estado peruano también figura como parte. La disputa gira en torno al derecho de cobro introducido en 2013, doce años después de la concesión original.
Durante la entrevista , La Rosa expuso posibles salidas a la crisis. “Una alternativa es extender el tiempo de concesión el tiempo suficiente para compensar los ingresos que el aeropuerto dejaría de percibir si se elimina la TUUA de transferencia”, señaló.
Según indicó, la prórroga no debería superar un año, tomando en cuenta cálculos realizados por especialistas. También se evalúa redistribuir el monto de la tarifa o reducir la retribución estatal del operador aeroportuario.
El ejecutivo remarcó que decisiones erradas pueden decrecer el tráfico en Lima cerca de 6% anual, una cifra que, según advirtió, migraría directamente hacia otros hubs de la región.
Por otra parte, el representante de IATA manifestó inquietud acerca de la implementación práctica del cobro. Señaló que los pasajeros podrían experimentar dificultades logísticas, ya que “las aerolíneas no están dispuestas a asumir costos administrativos y financieros derivados del cobro de la TUUA, que el concesionario busca trasladarles sin reconocer gastos adicionales”.
El tema se ha discutido en reuniones recientes con autoridades, incluido el Ministerio de Transportes y Comunicaciones (MTC) y el Congreso de la República, en busca de una salida consensuada. Entre las advertencias, destaca el riesgo de un menor ingreso de turistas, en un contexto donde el sector aún no alcanza sus niveles prepandemia.



