Un sismo de magnitud 4,6 se registró a las 11:41 a. m. del 2 de diciembre de 2025, según el informe del Instituto Geofísico del Perú (IGP). El epicentro se localizó a 56 kilómetros al suroeste de Bellavista, en la provincia constitucional del Callao, a una profundidad de 44 kilómetros.
De acuerdo con el reporte, la intensidad del movimiento fue de nivel III-IV, por lo que varias personas de diferentes distritos de Lima Metropolitana también lo sintieron. Las coordenadas del evento fueron latitud -12,40 y longitud -77,52.
Hasta el momento, no se reportaron daños a la infraestructura ni personas heridas. Las autoridades recomiendan mantener la calma y verificar las rutas de evacuación ante cualquier réplica.
El Instituto Nacional de Defensa Civil (Indeci) aconseja que, durante un sismo, la ciudadanía conserve la calma, evalúe los riesgos y asista a quienes lo requieran según las indicaciones del plan familiar. Además, recomienda mantenerse alejado de ventanas, estanterías y objetos susceptibles de caer o desplazarse en las rutas de evacuación.
Si no es posible evacuar, la entidad sugiere ubicarse en un espacio seguro dentro de la vivienda, como junto a una columna estructural o cerca de la caja del ascensor. El organismo también recomienda disponer de la mochila de emergencia al evacuar el inmueble.
Otros dos sismos asustaron a limeños
Posteriormente, a las 17:06, un sismo de magnitud 4,9 ocurrió a 22 kilómetros al oeste de Huaral, a 89 kilómetros de profundidad. El tercer temblor fue a las 19:22, con epicentro a 21 kilómetros al norte de Ricardo Palma y magnitud 3,7, percibido con intensidad II-III.
Hernando Tavera, jefe del IGP, advirtió sobre la respuesta lenta de la población peruana ante los temblores. Señaló que la costumbre de esperar puede resultar peligrosa, recordando el terremoto de Pisco en 2007. Tavera insistió en que “no se puede anticipar la evolución de un evento sísmico”, por lo que es fundamental reaccionar de inmediato. El Instituto Nacional de Defensa Civil (Indeci) recomendó mantener la calma, conocer rutas de evacuación y preparar una mochila de emergencia. En un país de alta sismicidad, cada segundo resulta vital para la seguridad.
¿Qué hacer antes, durante y después de un sismo?
Antes de un sismo
- Identifica las zonas seguras y estructuras resistentes donde resguardarte ante una emergencia.
- Prepara una mochila de emergencia con insumos básicos.
- Participa en simulacros de sismo en tu comunidad.
- Enseña a los niños de la casa los pasos a seguir y las pautas de protección.
- Solicita la evaluación de la vivienda por parte de un profesional para reforzar la edificación.
- La práctica contempla la coordinación de autoridades locales, regionales y nacionales para optimizar los planes de evacuación, identificar riesgos y fomentar la colaboración con la sociedad civil.
Durante el sismo
- Conserva la calma, ya que el miedo puede afectar tus decisiones.
- Aléjate de ventanas u objetos que puedan caer.
- Si no logras salir de inmediato, busca un área protegida en el inmueble.
- Evita hacer llamadas para no congestionar las líneas, prioriza los mensajes de texto.
- No utilices ascensores.
Después del sismo
- Comprueba si existen escapes de gas que podrían causar accidentes.
- Llama a los servicios de emergencia si es necesario: Bomberos (116), Cruz Roja ((01) 2660481) o SAMU (106).
- Asiste a personas heridas o a quienes requieran mayor cuidado.
- Mantente alerta ante eventuales réplicas y no permanezcas cerca de edificaciones dañadas.
- Si te encuentras en la costa, evacúa el área hasta que sea seguro regresar.
¿Qué debe contener la mochila de emergencia?
La mochila de emergencia debe contar con suministros prioritarios para cubrir requerimientos básicos entre 24 y 72 horas. Se sugiere incluir lo siguiente:
- Agua potable en botellas individuales o envases seguros
- Comida no perecible enlatada o envasada, de fácil consumo
- Abrelatas manual
- Linterna, más pilas de repuesto
- Radio portátil a baterías
- Silbato para solicitar ayuda
- Botiquín de primeros auxilios y medicamentos personales
- Mascarillas y gel desinfectante
- Prendas de abrigo, manta ligera y poncho impermeable
- Copias de documentos esenciales (DNI, carné de salud, etc.)
- Números de emergencia escritos en un papel
- Dinero en billetes y monedas de baja denominación
- Cargador portátil para celular (power bank)
- Artículos de higiene personal, como papel higiénico, toallas húmedas y jabón
- Insumos para bebés o personas con necesidades específicas (pañales, leche en polvo, etc.)
La composición del bolso puede modificarse según la cantidad de integrantes de la familia y la existencia de menores, personas mayores o con discapacidad.
