La noche del domingo 30 de noviembre terminó abruptamente en Jesús María, cuando un ataque armado convirtió una zona considerada segura en el escenario de un crimen que ha encendido nuevas alarmas sobre la expansión del sicariato en Lima.
Todo ocurrió, en la intersección del jirón Castro Virreina con la avenida Brasil, a solo dos cuadras de la vivienda del presidente José Jerí, fue asesinado Sergio Bolaños Sarmiento, un hombre de 29 años con historial delictivo y presuntos vínculos con la organización criminal Los Pulpos. El ataque, ejecutado con una precisión que reveló seguimiento previo, incluyó quince disparos que no le dieron opción de escapar.
El crimen ocurrió cerca de las ocho de la noche, en un punto céntrico del distrito y en plena zona residencial, donde se esperaba un alto nivel de vigilancia debido a la proximidad con el edificio donde reside el jefe de Estado. Esa cercanía, sumada al hecho de que la capital se encuentra bajo estado de emergencia, incrementó la preocupación de vecinos y autoridades, quienes señalaron su sorpresa ante la facilidad con la que los sicarios actuaron para luego huir sin ser capturados.

Implicado en la minería ilegal, secuestro, a la tenencia ilegal de armas
Hasta el lugar llegó la prensa y diversas unidades especializadas de la Policía. En transmisión en vivo para un medio conocido, el reportero describió el ambiente: calles parcialmente cerradas, vecinos observando desde las ventanas y el cuerpo de la víctima aún tendido sobre la vía, rodeado de peritos y casquillos esparcidos sobre el pavimento.
“Aquí hace tan solo algunas horas un hombre fue baleado hasta morir, con quince disparos. Ello ha sorprendido a los vecinos, sobre todo porque ha ocurrido en una zona bastante céntrica y donde debería existir bastante seguridad debido a la proximidad que existe con la vivienda del presidente”, relató el periodista de Exitosa.
La autoridad que brindó la primera reconstrucción oficial de los hechos fue el comandante general de la Policía Nacional, Óscar Arriola, quien confirmó la identidad de la víctima y detalló que este no era un ciudadano ajeno al mundo delictivo.

“La persona asesinada es nada menos que Sergio Bolaños Sarmiento, con antecedentes policiales y con operaciones en Trujillo ligadas a la minería ilegal, al secuestro, a la tenencia ilegal de armas”, señaló ante la prensa. Sus palabras fueron contundentes al recalcar que el crimen apunta a un ajuste de cuentas.
Arriola también recordó que uno de los episodios más notorios relacionados con la víctima fue el atentado con dinamita registrado meses atrás en Trujillo. “Uno de los atentados dinamiteros en avenida Mi Perú, en Trujillo, es la casa de un familiar de él”, explicó, haciendo referencia a la explosión que destruyó la vivienda de su madre y afectó a más de veinte viviendas en agosto pasado. En aquel momento, la Policía ya manejaba varias hipótesis de que la explosión había sido una advertencia criminal.

De acuerdo con la reconstrucción del comandante, Bolaños había salido minutos antes de una vivienda cercana, donde se encontraba alojado. En ese momento, no se habría percatado de que estaba siendo vigilado por dos sujetos en motocicleta. “Él estaba comiendo un helado, llegó a la esquina y ya vino una persona con casco, se le ha acercado mientras que una moto estaba en la esquina de allá para dirigirse hacia el oeste”, indicó Arriola. Cuando Bolaños vio al atacante a pocos pasos, corrió desesperadamente intentando cruzar la avenida, pero no llegó lejos. “Le han realizado quince disparos. Y igual cantidad de heridas por proyectil de arma de fuego están presentes en el cuerpo, según el examen de los médicos legistas y peritos de criminalística”, añadió.

La secuencia no tomó más de un minuto. Los vecinos, que escucharon la ráfaga, pensaron inicialmente que se trataba de pirotecnia o de un choque, pero al ver a la gente gritar rápidamente entendieron que se trataba de un ataque directo y letal. Algunos mencionaron que el sonido fue tan fuerte que retumbó en los edificios cercanos, lo que significa que el sicario disparó a corta distancia y sin silenciamiento.
El general Arriola descartó, por el momento, que el ataque esté vinculado directamente a la residencia del presidente, pero sí remarcó su cercanía como un factor que evidencia la audacia de las bandas criminales. También confirmó que Bolaños tenía ingresos a un penal por tenencia ilegal de armas y que seguía siendo investigado por brigadas especializadas en Trujillo por su presunta conexión con la red delictiva Los Pulpos, activa en cobros de cupos, extorsión, minería ilegal y sicariato.

Meses atrás, tras el atentado contra la vivienda de su familia, Bolaños negó vínculos con el crimen organizado y afirmó que se trataba de un intento por perjudicarlo. Sin embargo, la Policía sostiene que existían indicios suficientes para colocar su nombre dentro de estructuras delictivas que operan entre La Libertad y Lima. En paralelo, se investiga si mantenía conflictos recientes con integrantes de bandas rivales como Los Pepes, conocidos por atacar propiedades con explosivos como mecanismo de amenaza.
Las primeras diligencias realizadas en Jesús María incluyen la revisión de cámaras municipales y privadas, pues los sicarios huyeron por una avenida transversal sin dejar huellas visibles. Según información preliminar, el celular de la víctima contenía intercambios recientes con otras figuras criminales trujillanas, entre ellas “Jhonsson”, enemigo de “Jolín”, a quien él mismo había señalado anteriormente como responsable del ataque dinamitero.

Mientras agentes de Homicidios y peritos trabajan en la recolección de pruebas, el crimen abre de nuevo el debate sobre la eficacia del estado de emergencia y la capacidad de respuesta ante la escalada del sicariato. El hecho de que un ataque de esta magnitud ocurra a metros del hogar del presidente no solo genera inquietud en la ciudadanía, sino que también plantea interrogantes sobre la sofisticación con la que operan estas organizaciones.
En la parte final del reporte en vivo, el periodista cerró con la confirmación policial: “Esto se trataría, muy probablemente, de un ajuste de cuentas. Se conoce la vida criminal que ha tenido esta persona, sin embargo, se va a investigar cuáles han sido los móviles para determinar quiénes terminaron con la vida de esta persona”. El caso continúa en investigación.




