Lideresa indígena Olivia Bisa gana Premio Global 2025 por enfrentar la contaminación petrolera en la Amazonía peruana

La defensora del medio ambiente fue elegida entre 22 aspirantes de seis continentes por su liderazgo frente a los derrames del Oleoducto Norperuano, que afectaron fuentes de agua y la seguridad alimentaria del pueblo Chapra

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(Composición Infobae)
(Composición Infobae)

Dos años después del derrame de crudo que marcó un antes y un después en la vida del pueblo Chapra, la lideresa indígena Olivia Bisa Tirko vuelve a ocupar la agenda internacional. Su nombre acaba de ser anunciado como ganadora del Premio Global 2025 a la Justicia Ambiental y Climática, una distinción creada por la organización Forum Eco-Social Transformations, con sede en Viena, que reconoce el trabajo de quienes defienden la naturaleza en contextos de riesgo permanente. El reconocimiento recae en ella como representante de Latinoamérica, seleccionada entre 22 candidaturas de distintos continentes.

Este logro llega mientras la Nación Chapra continúa enfrentando los efectos del derrame del Oleoducto Norperuano, ocurrido en 2022, y mientras la lideresa convive con amenazas, hostigamientos y episodios que la obligaron a desplazarse temporalmente de su territorio. Su voz, sin embargo, ha sido clave para visibilizar la contaminación petrolera, exigir remediación ambiental y alertar sobre los peligros que enfrentan los defensores indígenas en la Amazonía.

Defensa del territorio Chapra y la lucha contra la contaminación petrolera

Foto: Paula Elizalde / Infobae
Foto: Paula Elizalde / Infobae

Olivia Bisa preside el Gobierno Territorial Autónomo de la Nación Chapra desde 2022, en la provincia de Datem del Marañón. Desde ese espacio ha impulsado acciones para proteger los ríos, las quebradas y los suelos afectados por la actividad petrolera en zonas donde se reportan incidentes desde hace más de cinco décadas. Su liderazgo tomó fuerza tras el derrame registrado en el kilómetro 177 del oleoducto operado por Petroperú, que dejó fuentes de agua contaminadas, afectó la pesca y alteró la seguridad alimentaria de sus comunidades.

La tragedia ambiental no solo dañó el territorio. También intensificó el contexto de violencia que rodea a Bisa. De acuerdo con reportes de organizaciones amazónicas, la lideresa recibe amenazas telefónicas, seguimientos y advertencias de personas identificadas como “peligrosas” dentro y fuera de su comunidad. Este escenario la llevó a integrar listas nacionales de defensores indígenas en situación de alto riesgo, una condición que afecta incluso a sus dos hijos menores.

Los riesgos han sido denunciados en distintas plataformas. La dirigenta explicó que, aunque en su zona solo operan dos compañías telefónicas, la Policía Nacional del Perú (PNP) confirmó que las llamadas intimidatorias provienen de varias operadoras de otras ciudades, lo que dificulta rastrear a los responsables. Pese a ello, Olivia continúa viajando periódicamente a su territorio para ejercer su cargo, aunque cada retorno implica medidas adicionales para resguardar su integridad.

En paralelo, la comunidad enfrenta disputas vinculadas a la expansión de lotes petroleros como el Lote 64, operado por GeoPark y Petroperú, cuya intervención ha generado tensiones con grupos locales y externos que promueven su explotación sin procesos adecuados de consulta previa. Estas presiones han situado a la Nación Chapra en un mapa de riesgo creciente por intereses económicos que avanzan sobre sus territorios.

Un premio global y un espejo del riesgo que enfrentan los defensores amazónicos

Minería ilegal con dragas contamina
Minería ilegal con dragas contamina ríos de la Amazonía mientras el Estado y autoridades comunales guardan silencio.

El Premio Global 2025 destaca a personas cuyo trabajo refleja compromiso con la justicia climática, la protección de especies y la defensa de ecosistemas frágiles. En esta edición también fueron reconocidos Rose Abramoff (Estados Unidos), Olanrewaju Suraju (Nigeria), Lisa Privitera (Canadá) y Cynthia Houniuhi (Islas del Pacífico), todos vinculados a iniciativas contra la corrupción, daños climáticos y violaciones ambientales en distintos países.

El reconocimiento a Bisa cobra especial relevancia en un contexto donde los defensores ambientales enfrentan situaciones límite. Un reporte elaborado por ProPurús y ORAU reveló que al menos 226 defensores estuvieron en “situación de riesgo” entre 2010 y 2024 por amenazas relacionadas con economías ilegales como la minería ilegal, el narcotráfico y la tala clandestina. Las cifras ubican al país entre los territorios con mayor número de agresiones en la cuenca amazónica.

En medio de este panorama, la lideresa también ha denunciado episodios de revictimización durante el proceso para activar medidas de protección. Según relató, tuvo que repetir varias veces los detalles de las amenazas para diferentes instancias estatales, una situación que impactó su estabilidad emocional y evidencia las dificultades que enfrentan los defensores para acceder a un acompañamiento adecuado.

Otro elemento crítico es la situación de sus hijos, quienes debieron abandonar la comunidad y cambiar de centro educativo para evitar nuevos riesgos. A pesar de ello, su madre continúa encabezando reuniones, supervisando zonas afectadas por el crudo y participando en espacios nacionales e internacionales donde alerta sobre las afectaciones que atraviesan los pueblos amazónicos.

El premio internacional vuelve a colocar en el centro del debate la urgencia de atender los impactos de la contaminación petrolera y las amenazas contra quienes defienden los bosques. También refuerza el papel de las mujeres indígenas, especialmente en territorios donde la defensa de la naturaleza se ejerce en condiciones hostiles y sin garantías plenas de seguridad.