
Karla Bacigalupo, representante de Perú, rompió el silencio y compartió su postura frente a la polémica que rodea la más reciente edición de Miss Universo. A una semana de la coronación de Fátima Bosch, la reina peruana abordó los cuestionamientos sobre la organización del certamen, así como el clima tenso que vivieron las participantes tanto en el escenario como fuera de él.
Tras varios meses de exposición, ensayos y presión pública, Bacigalupo optó por resguardar su privacidad y alejarse de la discusión mediática inmediatamente después de la competencia. “Me he tomado unos días para disfrutar de mi familia y de la tranquilidad de mi hogar después de varios meses de arduo trabajo”, explicó al iniciar su extenso comunicado. Enfatizó que no solo fue testigo, sino también protagonista de situaciones complejas que la colocaron a ella y a otras concursantes en posiciones incómodas durante su estancia en Tailandia.
Desde su perspectiva, la controversia que siguió al concurso supera cualquier diferencia individual. “Me indigna profundamente toda la controversia que se ha generado”, expresó. Bacigalupo puntualizó que situaciones ligadas a los criterios de evaluación y a la gestión del certamen afectaron la experiencia de numerosas delegadas.
“Hago un llamado a que las normas del Miss Universo sean claras, verificables y, sobre todo, aplicadas de manera uniforme: temas de inclusión como el estado civil o parental; controversias relacionadas a los puntajes o jurados; requisitos de visa; o la presencia de asistentes, estilistas y equipos de redes durante la concentración cuando esto no estaba permitido”.

Bacigalupo reiteró que viajó a Tailandia con el objetivo de desempeñarse al máximo nivel y respetar las reglas estipuladas por la organización. “Soy una persona que siempre respeta las reglas, cree profundamente en el profesionalismo y llegó a Tailandia fuerte, enfocada y lista para representar a mi país y competir con todo mi corazón”, subrayó. En ese contexto, describió la crisis del certamen como una situación que vulneró no solo el prestigio del evento, sino también la integridad emocional y profesional de las concursantes.
Karla Bacigalupo desea éxito a Fátima Bosch y resalta la dedicación de todas las participantes
En uno de los segmentos más destacados de su mensaje, Bacigalupo enfatizó el respaldo a Fátima Bosch, actual Miss Universo y figura central de la polémica. “Le deseo a Fátima todo el éxito del mundo. Construimos una bonita amistad durante la competencia. Tiene un corazón bello y merece felicidad y respeto, al igual que las 120 delegadas que representaron a sus países con dedicación y compromiso. Todas y cada una de ellas merecen ser celebradas”. De este modo, la peruana desligó a las concursantes de las decisiones administrativas y señaló que el reconocimiento debe ir más allá de la ganadora.
El comunicado incluyó una referencia directa a la hostilidad y los ataques recibidos por las participantes en el entorno digital. Bacigalupo lamentó el giro que tomó la competencia, donde la plataforma destinada a fomentar la inclusión y la diversidad devino en un espacio de enfrentamientos y agresiones.

“Me entristece que una plataforma creada para unirnos y mostrar nuestras culturas y diversidad se haya convertido en un campo de controversia, donde las mujeres que estamos dentro terminamos siendo las más afectadas o, muchas veces, insultadas en redes”.
En la parte final de su posicionamiento, Bacigalupo denunció el peso de intereses ajenos a la misión original del certamen. Según su testimonio, factores como opiniones públicas, grupos de admiradores, organizaciones, intereses políticos y el accionar de las altas autoridades han eclipsado la dedicación y la entrega de las delegadas. “Sé que todas deseábamos que esta experiencia nos permitiera celebrar, unirnos y construir puentes. Pero hay fuerzas —la opinión pública, ciertos grupos de fans, organizaciones, intereses políticos y altas autoridades— que siempre terminan reduciendo nuestro trabajo y alegría a algo secundario”.

La declaración de Bacigalupo se suma a un contexto de creciente presión sobre Miss Universo. Las controversias de esta edición incluyen renuncias en el jurado, acusaciones sobre preselección de finalistas, protestas por la falta de transparencia y denuncias en torno a vínculos comerciales dentro de la organización. A ello se suman las investigaciones abiertas contra figuras de peso en la administración actual del certamen, lo que ha profundizado el debate sobre la credibilidad y el rumbo futuro de uno de los eventos de belleza más tradicionales del mundo.



