
La Fiscalía Especializada en Materia Ambiental (FEMA) de Ucayali ejecutó una intervención decisiva contra la minería ilegal en Huánuco. En un operativo conjunto con la Marina de Guerra, el Comando Operativo de Ucayali y el Sernanp, se logró destruir tres campamentos clandestinos, una excavadora de alto poder, motobombas, generadores, baterías, balones de gas, alfombras y otros insumos utilizados para la extracción ilícita de oro dentro del área de influencia de la Concesión de Conservación Privada Regional Panguana.
Las acciones se desarrollaron en los sectores de La Ponderosa, Wembo (camino hacia la comunidad nativa Tahuantinsuyo) y Pampas Verdes, en el distrito de Yuyapichis. Todo el material incautado fue inutilizado en cumplimiento estricto de los protocolos ambientales y de seguridad implementados por las FEMA.
Un golpe coordinado contra redes criminales
Los fiscales adjuntos provinciales Iddo Nolberto Valverde Velásquez y Jimmy Méndez López lideraron la operación, que incluyó la verificación, aseguramiento y destrucción controlada de maquinaria e insumos. Según el Ministerio Público, este tipo de intervenciones busca detener el avance de redes criminales que operan cada vez más dentro de zonas de conservación, poniendo en riesgo ecosistemas altamente vulnerables.
La Marina y el personal del Comando Operativo de Ucayali brindaron el soporte táctico para garantizar la seguridad de los equipos que ingresaron a zonas donde grupos ilegales suelen resistir la presencia del Estado.

140 mil hectáreas arrasadas por minería ilegal
La devastación causada por la minería ilegal ha alcanzado notoriedad internacional. The Guardian, uno de los diarios más importantes del mundo, publicó un informe basado en datos del Monitoring of the Andean Amazon Project (MAAP) y Conservación Amazónica que revela cifras devastadoras:
- Más de 140.000 hectáreas de selva han sido destruidas desde 1984.
- La expansión ya no se limita a Madre de Dios: Loreto, Amazonas, Huánuco, Pasco y Ucayali muestran focos nuevos y acelerados de deforestación.
- El precio histórico del oro —que superó los US$ 4.000 la onza— está impulsando la expansión de grupos armados que ingresan desde países vecinos para explotar ríos y bosques.
Las imágenes aéreas difundidas por MAAP muestran zonas antes cubiertas por bosques densos ahora convertidas en terrenos grises, erosionados y contaminados. “Antes solo lo veíamos en Madre de Dios, pero ahora está en todas partes”, alertó Matt Finer, director del proyecto.

Ríos contaminados y comunidades intoxicadas
El uso indiscriminado de dragas fluviales ha contaminado al menos 225 ríos y quebradas con mercurio, una sustancia tóxica utilizada para separar el oro. Solo en Loreto se detectaron 989 dragas desde 2017, y 275 fueron halladas este año en el río Nanay, fuente de agua para Iquitos y decenas de comunidades indígenas.
Un estudio reciente encontró que los niveles de mercurio en sangre en poblaciones ribereñas cuadruplican los límites establecidos por la OMS. La exposición prolongada afecta el sistema nervioso, el desarrollo infantil y puede provocar malformaciones. “Están envenenando nuestros ríos, el agua que bebemos”, denunció Roberto Tafur Shupingahua, representante indígena de Loreto.
Un negocio ilícito que mueve miles de millones
El daño no es solo ambiental y sanitario. Según el Instituto Peruano de Economía (IPE), la minería ilegal genera pérdidas fiscales superiores a S/ 7.500 millones anuales por evasión tributaria y lavado de activos. El negocio mueve más de US$ 12.000 millones, cifra que se ha triplicado desde 2023.
“La minería ilegal dejó de ser un foco aislado. Hoy es una industria criminal articulada con logística, insumos, explosivos y flujos financieros de gran escala”, explicó Víctor Fuentes, gerente de políticas públicas del IPE en entrevista con Canal N.


