Un episodio más de inseguridad ciudadana. Una mujer vive horas de incertidumbre y angustia luego de que delincuentes sustrajeran su vehículo en San Luis. Al día siguiente del robo, la víctima empezó a recibir llamadas de extorsión en las que no solo le exigieron un pago de 5 mil soles por la devolución de su auto, sino que también le ordenaron buscar un garante en el mercado de San Jacinto, conocido por el comercio ilegal de autopartes.
De acuerdo con información de Buenos días Perú de Panamericana TV, esta modalidad de extorsión exige que la víctima se encargue de encontrar a un intermediario, denominado “garante”, que actúe como enlace entre ella y los criminales. Esa persona deberá validar la transacción y así, facilitará el rescate del vehículo robado.
La afectada relató que el robo ocurrió tras asistir junto a su esposo a un concierto en San Luis. Al salir del evento, descubrió que su automóvil había desaparecido del lugar donde lo estacionó.
Pese a haber alertado a agentes del serenazgo y pedir apoyo a un patrullero, solo pudo formalizar la denuncia en la comisaría del distrito. El personal policial le indicó que, una vez presentada la denuncia, el caso debía ser derivado a la División de Investigación de Robos de Vehículos (DIROVE).
La extorsión comenzó al amanecer del día siguiente. “Me llaman y me dicen: ‘tenemos tu carro, queremos 5 mil soles. Búscate un garante en San Jacinto y hacemos el trato’. No sabía a qué se referían ni cómo funcionaba ese mecanismo”, declaró la propietaria para el citado medio de comunicación.
Los delincuentes, mediante varias llamadas y mensajes de audio, insistieron en la necesidad del garante y proporcionaron instrucciones precisas. “Busca un garante, debes tener un mecánico o amistades, alguien que tenga un conocido en San Jacinto y esa persona te va a avalar (...) Yo quiero mi plata y te doy tu carro, nada más”, se escucha en uno de los audios enviados por los extorsionadores.
Uno de los aspectos más preocupantes para la víctima fue que los extorsionadores la contactaron horas después de haber formalizado su denuncia. Incluso, durante una visita a la DIROVE, los delincuentes volvieron a llamarla en presencia de un oficial, sin que hubiera una reacción efectiva por parte de la autoridad. “Me extorsionan delante del policía, le pongo la llamada en altavoz y él solo escucha sin intervenir”, denunció la perjudicada.
Entre la falta de apoyo de las autoridades y la presión constante de los delincuentes, la mujer se vio obligada a investigar por su cuenta. Logró identificar la línea telefónica desde la cual recibió los mensajes y descubrió que pertenecía a un sujeto domiciliado en el Cerro El Pino, zona donde sospecha que podría estar el automóvil. Al exponer estos hallazgos ante la policía, tampoco obtuvo respuesta concreta ni avances en la investigación.
El testimonio de la víctima deja en evidencia la ausencia de acción efectiva por parte de las fuerzas del orden y la sensación de desprotección que enfrentan quienes sufren este tipo de delitos. El caso, que involucra la matrícula VAU415 de un Nissan color plateado modelo Vaio Lab, sigue sin resolverse y el vehículo no ha sido localizado. Familiares y allegados esperan que, con la difusión de las características, alguna persona pueda proporcionar información para su recuperación.
Mientras tanto, la víctima advirtió que la red de extorsión opera con total impunidad, exigiendo no solo dinero sino participación activa de las víctimas para realizar el “pago del rescate”, obligándolas a adentrarse en mercados conocidos por la venta de autopartes ilegales y exponiéndose a mayores riesgos. Este caso refleja la vulnerabilidad de los ciudadanos ante el robo de vehículos y la creciente sofisticación de las redes criminales en Lima.
