El arresto de Keiber Oscaiber Torres Torres, conocido como ‘Mamadeo’, puso en alerta a autoridades de Colombia y Perú frente al fortalecimiento de redes delictivas que trascienden fronteras. La policía peruana y sus pares colombianos trabajaron de manera conjunta para localizar al venezolano señalado como líder de Los Espartanos, una facción con lazos al Tren de Aragua, grupo criminal activo en varias ciudades sudamericanas.
La detención del presunto cabecilla en Chimbote, una ciudad portuaria en la costa norte peruana, ocurrió después de meses de investigaciones sobre operaciones que involucraban extorsión, amenazas y homicidios selectivos. Torres Torres fue apresado junto a dos colaboradores, luego de rastrear actividades que abarcaban desde el reclutamiento de extranjeros hasta el uso de la violencia para mantener el control territorial, según reportes oficiales.
Reclutamiento y expansión de actividades ilícitas
Con veintiocho años, alias ‘Mamadeo’ acumuló antecedentes por delitos como sicariato, tráfico de armamento y microtráfico, lo que atrajo la atención de organismos judiciales de ambos países. Las pesquisas lo relacionaron con aproximadamente diez asesinatos cometidos en territorio colombiano entre 2024 y 2025. Su modo de operar incluía la captación de compatriotas venezolanos en la región de la Orinoquía, a quienes intimidaba para integrarlos en su estructura delictiva.

De acuerdo con investigadores, quienes rechazaban colaborar sufrían represalias mortales, estrategia que consolidó la autoridad de Mamadeo dentro de su círculo. Diversas fuentes apuntan que la violencia empleada era acompañada de mensajes amenazantes y el uso de armamento pesado en vídeos que circulaban entre comerciantes y transportistas, con el fin de exigir pagos bajo intimidación directa.
Respuesta estatal ante la ola de violencia
La presencia de ‘Mamadeo’ en zonas fronterizas provocó una serie de medidas en Colombia, impulsadas por la aparición de mensajes intimidatorios y ataques contra líderes sociales y funcionarios públicos. Autoridades departamentales convocaron reuniones extraordinarias de seguridad para evaluar la posible reactivación de estructuras armadas como el denominado Erpac Renacer, en medio de la incertidumbre sobre si detrás del aumento en la violencia existían verdaderos grupos insurgentes o delincuentes comunes que usaban esa denominación.
El despliegue de efectivos adicionales, el refuerzo de controles en rutas estratégicas y la creación de unidades especializadas en inteligencia forman parte de las decisiones adoptadas por mandos civiles y militares. A la par, la Fiscalía designó funcionarios para combatir delitos conexos, incluyendo el abigeato y la extorsión desde cárceles, ante la sospecha de que algunos internos continuaban coordinando actividades ilícitas aún privados de libertad. Las acciones estatales buscaron frenar el avance de redes que, como Los Espartanos, se infiltraron en espacios urbanos y rurales.
Captura y judicialización en territorio peruano

El operativo que terminó con la aprehensión de Mamadeo puso en evidencia la magnitud de la cooperación policial entre Colombia y Perú. Agentes realizaron labores de seguimiento hasta ubicar al líder criminal en Chimbote, donde encabezaba la célula Los Espartanos y operaba bajo la fachada de una franquicia del Tren de Aragua. Se le atribuyen extorsiones a comerciantes, amenazas con armas y la emisión de vídeos en los que manifestaba intenciones de atentar contra personas y bienes materiales.
La organización internacional Interpol había emitido una circular de búsqueda, mientras desde Colombia se ofrecía una recompensa de 120 millones de pesos por información que permitiera su localización. Una vez capturado, las autoridades peruanas indicaron que será procesado por cargos de crimen organizado antes de cursar cualquier pedido de extradición, dada la gravedad de las acusaciones en ambos países.



