
La concesionaria Rutas de Lima informó que, debido a la imposibilidad de cobrar peajes en las plazas de Villa y Punta Negra en la Panamericana Sur, sus reservas financieras se “agotarían” en los próximos días, lo que provocaría el cese de sus operaciones el 2 de diciembre de 2025.
En su comunicado oficial, difundido hoy miércoles 26 de noviembre, la empresa anunció que iniciaría un proceso de entrega ordenada de la concesión ante la inminente emergencia financiera que enfrenta.
El pronunciamiento de Rutas de Lima (RDL) detalla que desde el 5 de noviembre, cuando se le impidió recaudar en dos de sus principales peajes de la Panamericana Sur, la concesionaria quedó imposibilitada de cubrir gastos de operación, mantenimiento y pago de créditos vinculados al proyecto.

“De no reponerse los ingresos, Rutas de Lima suspenderá la operación de la concesión el 2 de diciembre”, indicó la empresa en el documento. La compañía subrayó que estos ingresos constituyen su única fuente de sostenibilidad y sin ellos resulta inviable mantener los servicios comprometidos por contrato.
Rutas de Lima notificó a la Municipalidad Metropolitana de Lima (MML) sobre el inminente cierre operativo y alertó sobre el impacto que esta decisión tendría en la infraestructura vial y la seguridad de los usuarios. Según la firma, la medida es consecuencia directa de la suspensión prolongada en el cobro de peajes, una decisión tomada por las autoridades durante el presente mes.
Llamado a la Municipalidad
En el comunicado, Rutas de Lima solicitó a la comuna de Lima participar en reuniones con el objetivo de coordinar una transferencia técnica del sistema vial concesionado. Sin embargo, la empresa expresó que no ha recibido respuesta por parte de la autoridad local.

“Esperamos que la Municipalidad se presente en las instalaciones y haga suya la operación de la infraestructura”, señaló la concesionaria. Además, advirtió que, tras el 2 de diciembre, Rutas de Lima asumirá únicamente las responsabilidades legales y los pasivos existentes, según las condiciones del contrato, e informó que ha iniciado procedimientos para retirar sus activos y personal.
La administración de Rutas de Lima remarcó su obligación de velar por los trabajadores, proveedores y contratistas, por lo que está procediendo a activar protocolos de desvinculación y cesión de contratos a partir del anuncio de cese. La firma puntualizó que su retiro responde a la imposibilidad de mantener la liquidez necesaria para operar las redes viales a su cargo.
Respuesta municipal
A través de una reciente nota de prensa, el alcalde Renzo Reggiardo informó que la comuna capitalina está preparada para asumir servicios operativos en los tramos afectados ante la eventual retirada de Rutas de Lima.

El burgomaestre sostuvo que la municipalidad podrá encargarse del mantenimiento, limpieza, seguridad vial y operatividad de ambulancias para garantizar la transitabilidad.
“No vamos a cobrar peajes, pero estamos preparados para asumir otros servicios de mantenimiento de la vía concesionada”, afirmó Reggiardo. Además, explicó que el contrato vigente prohíbe a la MML gestionar o recaudar los peajes aunque Rutas de Lima suspenda operaciones.
Mientras el destino final de la concesión se resuelve, el municipio afirma mantener un plan de contingencia activo para evitar afectaciones a los usuarios.
Fuentes municipales detallaron que, en caso de materializarse la salida de la concesionaria, la administración limeña implementaría medidas para mantener la seguridad operativa de las vías, aunque sin la transferencia de la función recaudadora.

Controversia legal
La crisis financiera de Rutas de Lima surge en un contexto de tensión con la Municipalidad de Lima. El pasado lunes, la concesionaria declaró que las acusaciones sobre supuestas ganancias excesivas carecen de fundamento.
“Es falso que Rutas de Lima haya tenido ganancias por más de USD 1.000 millones”, afirmó la empresa. También precisó que sus estados financieros auditados presentan pérdidas acumuladas, lo que motivó el proceso de disolución y liquidación. Recalcaron que “nunca repartieron utilidades ni dividendos ni realizaron ningún otro tipo de distribución a sus accionistas”.
La empresa atribuyó su crisis a la suspensión en el cobro de peajes y a la negativa de la autoridad limeña de cumplir laudos arbitrales favorables a la concesionaria, confirmados por cortes estadounidenses según declararon.



