El imperio de ‘El Monstruo’: polladas criminales, millones ocultos y la caída de Los Injertos del Norte

La estructura estaba dividida en células operativas, cada una con un distrito y una zona de extorsión asignada, abarcando empresas de transporte, comercios y locales de los alrededores. Para Moreno no fue impedimento operar desde la clandestinidad

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Desde Paraguay, el cabecilla conocido como ‘El Monstruo’ coordina extorsiones a comerciantes en el Perú a través de falsas polladas, esquema mediante el cual exige el pago de cupos bajo amenaza.

La sofisticación de las redes de extorsión en Perú ha alcanzado niveles alarmantes, como lo demuestra el caso de ‘El Monstruo’ Eric Moreno Hernández y su organización, 'Los Injertos del Norte, que transformaron la tradicional venta de polladas benéficas en un mecanismo de recaudación criminal. Bajo la apariencia de solidaridad, miles de familias se vieron forzadas a adquirir tarjetas de pollada, que en realidad funcionaban como un seguro de vida impuesto por la organización, según las investigaciones de la División de Investigación de Delitos de Alta Complejidad (DIVIAC) y la Fiscalía contra el Crimen Organizado.

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Red de extorsión en Perú usaba polladas para lavar dinero| Latina Noticias

¿Cómo lograba vender las polladas?

El esquema consistía en obligar a conductores de empresas de transporte a comprar entre veinte y cincuenta tarjetas de pollada o chuletada, cada una a S/ 20, aunque solo recibían entre cinco y diez unidades reales. De este modo, los pagos semanales de la extorsión quedaban disfrazados y podían realizarse mediante depósitos bancarios sin levantar sospechas.

Los investigadores de la DIVIAC documentaron este sistema, que permitía a la organización mantener un flujo constante de dinero y dificultaba la detección de las transacciones ilícitas.

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Caen remanentes de 'Los Injertos del Cono Norte', banda de 'El Monstruo', por los delitos de extorsión, secuestro y homicidio en distritos como San Martín de Porres y Comas| Foto: PNP

La estructura de Los Injertos del Norte estaba dividida en células operativas, cada una con un distrito y una zona de extorsión asignada, abarcando empresas de transporte, comercios y locales de los alrededores. El objetivo era evitar el colapso de la organización si alguna facción era intervenida. En junio, un operativo de la División contra el Crimen Organizado de la Dirinchi logró desarticular el núcleo financiero principal y congelar las cuentas de los principales receptores del dinero de Eric Moreno Hernández. No obstante, a pesar de que el líder permanece recluido en una prisión de Paraguay, parte del sistema continuó operando.

La operación

De acuerdo con informes de la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF), existen cuentas vinculadas a uno de los grupos de 'El Monstruo’ que siguen activas, sostenidas por un financiamiento oculto que Moreno mantenía junto a su colaborador Jeff Hidalgo Infante, alias ‘Cachete’. Este último, actualmente prófugo, busca asumir el control de las actividades delictivas y de las cuentas de la organización.

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El destino penitenciario de ‘El Monstruo’: lo que se sabe sobre el penal que lo recibiría

En el centro de la investigación aparece también Luciana Cruz Ruiz, cuñada de Moreno Hernández. Fue detenida por la División Antisecuestros de la Dirinchi con apoyo de la Dirección General de Inteligencia del Ministerio del Interior, luego de que los investigadores identificaran que el vehículo en el que fue capturado uno de los gatilleros de Moreno, conocido como el Loco John, estaba registrado a su nombre.

Además, se confirmó que en el baño del departamento de Cruz Ruiz, ubicado en un condominio en Comas, se grabó el video que enviaban a sus víctimas. Los reportes de la UIF revelan que Luciana Cruz Ruiz habría recibido en sus cuentas más de dos millones ciento noventa y cinco mil soles provenientes de la extorsión a los conductores de la empresa de mototaxis Los Andes, en Comas.

A estos transportistas se les exigía un pago inicial de 70 mil soles y luego un cobro diario de S/ 2.50 por cada mototaxi afiliada. Los pagos se realizaban mediante depósitos bancarios interdiarios de cuatrocientos soles, y los comprobantes eran enviados a Jeff Hidalgo Infante, identificado como lugarteniente de Moreno y prófugo en Bolivia.