
La infraestructura influye decisivamente en múltiples aspectos de la vida diaria en el Perú. Desde las posibilidades de acceso a vivienda digna y servicios públicos eficientes hasta el desarrollo económico local y la sostenibilidad ambiental, la infraestructura marca la diferencia en el bienestar de las personas y las comunidades.
Frente a las brechas históricas, la discusión sobre el sector construcción cobra particular relevancia para entender de qué manera las obras y los servicios habilitados modifican la realidad del país. De acuerdo con un reciente análisis de Holcim, existen hasta 5 claves para comprender el impacto de la infraestructura en la calidad de vida de los peruanos:
1. Condiciones de vivienda y hábitat seguro
Un entorno urbano o rural con viviendas adecuadas es fundamental para garantizar la salud y la seguridad. Según el INEI, alrededor del 10,1% de los hogares peruanos enfrenta déficit habitacional, y millones de familias requieren una nueva vivienda o mejoras estructurales.
La ausencia de espacios adecuados incide en la calidad del sueño, la privacidad, la disminución de enfermedades y el desarrollo físico y emocional, sobre todo en la infancia.
2. Acceso a servicios básicos esenciales
La provisión de agua potable, saneamiento, electricidad y redes de comunicación es determinante en el bienestar cotidiano. Comunidades que cuentan con hospitales, escuelas y sistemas de agua funcionan de manera más equitativa, favoreciendo la integración social y el acceso a oportunidades.
Las carencias en estos servicios se reflejan en la salud pública, en los indicadores educativos y en la prosperidad de cada localidad.
3. Movilidad y conectividad territorial
Una infraestructura vial eficiente facilita la integración del territorio, reduce los tiempos de traslado y permite el acceso a mercados, servicios y oportunidades laborales o educativas.
Carreteras, puentes y vías urbanas son medios para disminuir el aislamiento económico y social, especialmente en regiones rurales o periféricas, y contribuir a reducir la desigualdad entre zonas urbanas y rurales.
4. Desarrollo económico y generación de empleo
El desarrollo de obras de infraestructura, desde proyectos de vivienda hasta equipamientos urbanos, es motor para la economía y la generación de empleo.
Cada proyecto suele activar cadenas productivas y de servicios, lo que beneficia tanto a trabajadores directos como a proveedores y pequeñas empresas locales. La inversión en infraestructura pública tiene efecto multiplicador sobre el crecimiento y la dinamización de la economía nacional.
5. Sostenibilidad y calidad ambiental
La infraestructura sostenible incorpora tecnologías limpias, materiales ecoeficientes y criterios de bajo impacto ambiental.
Estas prácticas ayudan a crear entornos urbanos y rurales más saludables y resilientes ante el cambio climático, asegurando que el desarrollo no se realice en detrimento de los recursos naturales. Promover la sostenibilidad en la construcción significa garantizar calidad de vida ahora y en el futuro.
Construcción sostenible, herramienta para reducir brechas históricas
Según la multinacional cementera, el impacto de la infraestructura en el Perú va más allá de la obra física; transforma posibilidades de desarrollo, cohesión social y protección ambiental, influyendo en el bienestar presente y el horizonte de oportunidades para toda la población. Pero el trabajo debe ser articulado entre empresa privada, Estado y sociedad civil.
“Cada obra no solo representa metros construidos, sino oportunidades de progreso, empleo y bienestar para las comunidades”, destacó Norberto Ledea, CEO de Holcim Perú.



