
El Ministerio de Energía y Minas (Minem) aseguró que, con el escenario actual, no existe riesgo de falta de GLP en Lima y Callao, pese a la paralización temporal de la planta de almacenamiento de ZetaGas. Según la Dirección General de Hidrocarburos (DGH), las instalaciones de esta empresa representan cerca del 10% de la capacidad de almacenamiento del país y movilizan alrededor de 9 mil barriles diarios (MBPD).
Actualmente, la demanda nacional de GLP bordea los 71 MBPD, mientras que la producción interna —estable desde el 2025— alcanza aproximadamente 42 MBPD. Además, el combustible que mantiene ZetaGas proviene de la planta de Solgás, ubicada en Ventanilla, y de las operaciones de Pluspetrol en Pisco.
La compañía comunicó que realizará trabajos de mantenimiento entre el 22 de noviembre de 2025 y el 16 de enero de 2026. Frente a ello, el Minem anunció que vigilará de manera permanente el comportamiento del mercado y cualquier variación que pueda surgir, con el fin de asegurar el suministro regular de GLP en el país.
Uso del GLP en Perú
El GLP (Gas Licuado de Petróleo) tiene un papel muy relevante en Perú, pues se ha consolidado como una fuente energética clave para muchos ámbitos de la vida cotidiana y productiva. En el plano doméstico, más de siete millones de hogares usan GLP para cocinar, lo que representa alrededor de 28 millones de personas. Este uso masivo ha tenido efectos significativos en salud pública, al reducir considerablemente la quema de leña, carbón y otros combustibles contaminantes que causan enfermedades respiratorias, especialmente en zonas rurales o más vulnerables.

Además de su uso residencial, el GLP ya está firmemente presente en el transporte: más de 650 mil vehículos, entre particulares y de servicio público, funcionan con este combustible. Dependiendo del reporte, ese segmento automotor representa entre el 20% y hasta el 35% de la demanda total de GLP en el país, lo que evidencia un crecimiento muy fuerte y una preferencia creciente por su menor costo frente a la gasolina o el diésel.
En el ámbito industrial y comercial, también se observa un uso creciente. Según datos recientes, el GLP granel para industrias como avícolas, hoteles o agroindustrias ha crecido, lo que sugiere que muchas empresas están adoptando este combustible para procesos de calefacción o producción, aprovechando su eficiencia energética.
Otro impacto importante del GLP en Perú es en la reducción de la pobreza energética. Gracias a la expansión del acceso al GLP, la tasa de pobreza energética habría bajado hasta aproximadamente 25%. Esto significa que muchas familias han dejado de depender de fuentes poco seguras o altamente contaminantes para cocinar, y han podido acceder a una energía moderna y más económica.
Asimismo, aunque gran parte del GLP que se consume proviene de fuentes nacionales (cerca del 70% sería originario del yacimiento de Camisea), el sector enfrenta retos importantes: durante la reciente XIV Conferencia Perú GLP se destacó la necesidad de fortalecer la infraestructura de distribución, así como de regular más estrictamente la informalidad, pues hay muchos cilindros adulterados en circulación.

Por otro lado, aún existe una brecha en zonas rurales: más de un millón de hogares rurales todavía utilizan combustibles contaminantes para cocinar, lo que muestra que no todos han podido acceder al GLP, a pesar de sus ventajas.



