
A las 14:06 (hora peruana) del lunes 17, la Dirección de Hidrografía y Navegación de la Marina de Guerra del Perú difundió un mensaje directo en redes sociales para calmar cualquier inquietud sobre un movimiento telúrico registrado en territorio japonés. El aviso incluyó datos técnicos y un punto clave: no existe peligro de tsunami en el litoral peruano. El reporte mencionó una magnitud de 5.5 Mw, con un epicentro ubicado a 107 kilómetros al este de Miyako y una profundidad de 41.84 kilómetros, información tomada del Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS).
La entidad naval remarcó su posición mediante una frase precisa: “NO GENERA TSUNAMI EN LITORAL PERUANO”. El mensaje circuló con rapidez y tomó relevancia debido a la gran cantidad de contenidos que suelen aparecer en momentos de sismo en otras partes del mundo. El comunicado buscó cortar especulaciones y confirmar que la situación en la costa peruana permanece bajo control.
Mientras tanto, en Japón, los organismos locales realizaron una primera revisión tras el evento sísmico registrado durante la madrugada del martes 18 de noviembre, hora del epicentro. El movimiento fue reportado en estaciones sismológicas del Pacífico Norte, lo que llevó a contrastar cifras, alcances y posibles riesgos asociados.

Sismo cerca de Kamaishi y reportes iniciales
Según los datos difundidos por centros internacionales de monitoreo, un sismo de magnitud 5.2 ocurrió en el Océano Pacífico Norte, a 126 kilómetros al noreste de Kamaishi. Ocurrió a las 05:06 del martes 18 (GMT +10) y contó con una profundidad estimada de 33 kilómetros. Informes preliminares señalaron percepciones leves en varias localidades próximas, aunque sin indicios de daños severos.
De acuerdo con el USGS, más de 2.8 millones de personas en Japón sintieron el movimiento en distinto grado. El organismo indicó que para la gran mayoría el temblor pudo sentirse como una vibración muy tenue, correspondiente a intensidades I a III. Además, alrededor de 210 personas se ubicaron en zonas con intensidad IV, catalogada por el sistema estadounidense como ligera.
El análisis del USGS señaló que el riesgo de pérdidas humanas o daños de consideración se mantiene bajo. Los modelos revisados no proyectan niveles peligrosos de movimiento del suelo en zonas densamente pobladas. El máximo esperado no superó intensidades compatibles con escenarios moderados, lo que reduce la probabilidad de impactos mayores.

Ciudades cercanas al epicentro y alcance del movimiento
La ciudad de Miyako, con una población superior a cincuenta mil personas, figura como la localidad más grande situada a menor distancia del epicentro. Se encuentra a 108 kilómetros al oeste del punto exacto donde se originó el movimiento. De acuerdo con las estimaciones iniciales, los residentes percibieron un temblor débil, sin interrupciones relevantes en sus actividades.
Diversas zonas rurales y pequeños poblados se encuentran incluso más próximos al epicentro, por lo que pudieron experimentar vibraciones más marcadas. No obstante, los reportes disponibles no describen daños cruciales en superficie. La capital japonesa, Tokyo, ubicada a 547 kilómetros del epicentro, registró un nivel de percepción muy débil, según la escala de intensidades del USGS.
En medio de estas evaluaciones técnicas, la Marina de Guerra del Perú mantuvo su mensaje enfocado exclusivamente en el impacto para el país. El comunicado oficial remarcó que el evento detectado por sensores internacionales no representa ningún riesgo para las costas peruanas. Su publicación incluyó toda la información requerida para evitar confusiones y añadió un elemento fundamental: la aclaración inmediata.
El organismo sostuvo su postura con una línea clara: “INFORMACIÓN - NO GENERA TSUNAMI EN LITORAL PERUANO”. Con ello, la autoridad competente para emitir alertas marítimas cerró cualquier duda respecto a la posibilidad de un cambio en las condiciones del océano frente al territorio nacional.
El monitoreo continúa activo, como ocurre ante cualquier evento sísmico de origen internacional. Sin embargo, de momento, las costas del Perú permanecen sin variaciones anómalas y los registros oficiales confirman que no existe amenaza para la población.



