
Cuidar los niveles de potasio en sangre es esencial para la salud, ya que un exceso (la llamada hiperkalemia) puede derivar en problemas graves. En el Perú, la insuficiencia renal crónica (una de las causas más comunes de hiperkalemia) afecta con frecuencia a pacientes atendidos por el Ministerio de Salud (Minsa) y el Seguro Social de Salud (EsSalud).
La hiperkalemia es una condición médica en la que el nivel de potasio en la sangre es más alto de lo normal, superando generalmente los 5,0 mEq/L (miliequivalentes por litro). El potasio es esencial para la función muscular y el ritmo cardíaco, pero en exceso puede alterar la actividad eléctrica del corazón y provocar arritmias peligrosas. Esta condición suele estar relacionada con enfermedades renales, uso de ciertos medicamentos o una eliminación inadecuada del potasio.
Hiperkalemia: señales de que tienes un nivel elevado de potasio en la sangre
La hiperkalemia puede ser difícil de detectar porque muchas veces no causa síntomas evidentes. Sin embargo, cuando los signos aparecen, pueden incluir:
- Debilidad muscular o sensación de fatiga, incluso entumecimiento u hormigueo.
- Palpitaciones o latidos irregulares del corazón, puesto que el potasio alto altera la conducción eléctrica cardíaca.
- Dolor en el pecho o presión torácica, que pueden indicar afectación cardíaca.
- Dificultad para respirar, especialmente si los niveles de potasio alteran la función de los músculos respiratorios.
- Náuseas o vómitos; estos síntomas digestivos también se han asociado a hiperkalemia.
- En casos severos, la hiperkalemia puede provocar desmayos o incluso parada cardíaca si no se trata a tiempo.
Estos síntomas son señales importantes, pero no siempre están presentes, por lo que suelen detectarse mediante análisis de sangre o electrocardiogramas cuando hay factores de riesgo.
Cómo la hiperkalemia afecta la salud

El potasio es un electrolito esencial para el funcionamiento de los músculos y del corazón. Cuando sus niveles suben demasiado, pueden ocurrir arritmias cardíacas potencialmente mortales, ya que el exceso altera la forma en que los impulsos eléctricos se transmiten en el corazón. Además, puede debilitar los músculos, lo que genera fatiga, parálisis parcial e incluso parálisis respiratoria en niveles muy altos.
El riesgo cardiovascular es especialmente preocupante: estudios recientes han demostrado que los pacientes con hiperkalemia tienen un mayor riesgo de eventos adversos cardiovasculares graves, como arritmias y muerte súbita.
Dado que muchos casos son asintomáticos, la hiperkalemia puede pasar desapercibida hasta que los niveles se vuelven peligrosos. Por eso, en personas con enfermedades renales o que toman medicamentos que afectan el potasio, el monitoreo regular es clave.
Cómo prevenir la hiperkalemia

Prevenir la hiperkalemia implica actuar sobre sus causas más comunes, especialmente las relacionadas con la función renal y la dieta:
- Vigila tu salud renal: si tienes riesgo de insuficiencia renal (por diabetes, hipertensión, edad avanzada), consulta con un nefrólogo y realiza controles periódicos.
- Modera la ingesta de potasio en la dieta: evita o limita alimentos muy ricos en potasio, como bananas, papas, tomates, legumbres o frutos secos. En algunos casos, se recomienda una dieta baja en potasio con ayuda profesional.
- Cocina con técnicas que reducen el potasio: por ejemplo, hervir vegetales en agua y desechar el líquido ayuda a reducir su contenido de potasio.
- Evita suplementos de potasio sin supervisión médica: algunos fármacos o suplementos pueden aumentar tus niveles, especialmente si tus riñones no regulan bien este mineral.
- Mantén una buena hidratación y un buen tránsito intestinal: el estreñimiento puede favorecer la acumulación de potasio.
- Haz un seguimiento médico regular: si estás en riesgo, tu doctor puede pedir análisis de potasio en sangre o un electrocardiograma para detectar cambios antes de que sean peligrosos.
Hipokalemia e hiperkalemia
Los niveles normales de potasio en la sangre suelen ubicarse entre 3,5 y 5,0 mEq/L. Cuando el potasio baja de 3,5 mEq/L se considera hipokalemia, lo que puede causar debilidad muscular, calambres o arritmias. Si supera los 5,0 mEq/L, se habla de hiperkalemia, una condición potencialmente peligrosa que puede alterar el ritmo cardíaco y requerir atención médica. Mantener estos valores dentro del rango adecuado es fundamental para el funcionamiento de los músculos, los nervios y el corazón.



